Contactantes
Los metales son la causa más frecuente de dermatitis alérgica de contacto.
El níquel es un metal ampliamente distribuido que forma parte de numerosos objetos metálicos de uso habitual: monedas, relojes, bisutería, hebillas, cremalleras, tijeras, cubiertos, utensilios de cocina, herramientas, etc. Prácticamente cualquier objeto con baño metálico puede contener níquel, que puede liberarse en mayor o menor proporción. El acero inoxidable, la plata alemana, la alpaca y el oro blanco también lo contienen. Es posible encontrarlo también en piezas ortopédicas y algunos pigmentos para pinturas y colorantes.
El cromo es un metal que se puede encontrar en muy diversos productos: metales cromados, cemento húmedo, cuero, pigmentos amarillo-anaranjados, cerillas de seguridad, productos de limpieza (detergentes, abrillantadores), reactivos de laboratorio, tintas de bolígrafos, papel carbón. Puede existir una exposición intensa en la industria metalúrgica y textil, así como en la elaboración de pinturas, cerámica y vidrio.
El cobalto es un metal que se encuentra en diversos objetos con baño metálico: hebillas, botones, cremalleras, monedas, bisutería, etc. Otras fuentes de exposición a cobalto pueden ser: cemento húmedo, pigmentos azulados (pinturas, tatuajes, etc.), prótesis metálicas dentales y ortopédicas. También puede existir una exposición intensa en la industria metalúrgica y textil, así como en las artes gráficas.
El mercurio es un metal de amplio uso como antiséptico y desinfectante. Se encuentra en varias formas: mercurocromo (merbromina), tiomersal (mertiolato), sales de fenilmercurio, etc. También se ha utilizado para la formación de amalgamas dentales y en termómetros. Otras fuentes de exposición a mercurio son: pinturas, pesticidas, reactivos de fotografía y litografía, reactivos de laboratorio, conservantes de la madera, fieltro, fabricación de baterías y catalizadores.
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