La respuesta es no. La realización de este tipo de prueba sin criterios de preparación no tiene ningún valor predictivo y además puede inducir una sensibilización al medicamento, que condicione una futura reacción. Las pruebas cutáneas deben ser realizadas bajo indicación del alergólogo ante la sospecha de alergia a un medicamento, pero nunca como pruebas previas a su empleo terapéutico.