Eficacia y seguridad de la provocación oral durante 5 días para la evaluación de la alergia a la amoxicilina no grave en niños

La alergia a antibióticos betalactámicos es la alergia medicamentosa  más frecuente, entre las cuales las aminopenicilinas son causa de erupciones tardías en los niños, particularmente en el contexto de las infecciones virales.

Una proporción significativa de individuos continúa evitando los antibióticos betalactámicos por temor a una reacción alérgica a pesar de tener un estudio negativo frente a ellos.

Efficacy and Safety of 5-Day Challenge for the Evaluation of Nonsevere Amoxicillin Allergy in Children. Labrosse R, Paradis L, Lacombe J, Samaan K, Graham F, Paradis J, Bégin P, Des Roches A.

En este estudio, se comparó la seguridad y la eficacia de la prueba de exposición oral con amoxicilina durante 5 días respecto a la administración de una dosis única de este antibiótico durante la prueba. Asimismo se evaluó la proporción de pacientes que a posteriori utilizaron la amoxicilina una vez confirmada su tolerancia

En el estudio se reclutaron prospectivamente pacientes pediátricos menores de 18 años con historia previa de reacción en el contexto de la administración de amoxicilina. Todos los pacientes siguieron una prueba de exposición frente a este antibiótico, y aquellos con respuesta negativa se sometieron a una prueba oral ambulatoria de 5 días para descartar reacciones no inmediatas. Los pacientes fueron llamados 2 años después de su evaluación inicial para evaluar el uso posterior de amoxicilina y su tolerancia.

Los resultados fueron los siguientes: de los ciento treinta niños con antecedentes de alergia a amoxicilina todos se sometieron a una prueba de exposición oral frente a amoxicilina. 3 pacientes tuvieron una prueba inmediata positiva,  otros 3 una prueba positiva no inmediata y en 2 pacientes los resultados fueron ambiguos. De los 122 pacientes con una prueba de exposición negativa, 114 (93,4%)  fueron valorados vía telefónica 2 años después de su evaluación inicial: 75 niños habían usado antibióticos con posterioridad, de los cuales solo 1 (1,3%) se había negado a reutilizar amoxicilina por temor a una reacción alérgica . Finalmente, la prueba de exposición oral de 5 días dio como resultado en la prevención futura de la evitación de betalactámicos un 25,4% en comparación con la prueba oral clásica de dosis única (1,3%) realizada durante 1 día en una cohorte histórica p <0,0001).

La provocación oral durante 5 días es una forma segura y efectiva de descartar la alergia a la amoxicilina no inmediata, y garantiza un mejor cumplimiento del uso futuro de la penicilina.

Sara Martínez Molina. Comité de Alergia Infantil SEAIC.

Cuándo recomendar una dieta de eliminación de alimentos en niños dermatitis atópica

La dermatitis atópica es una enfermedad muy prevalente en niños, calculándose que hasta un 20% de la población infantil podría padecerla. Afecta notablemente a la calidad de vida del paciente y sus familiares por las repercusiones en su vida social y familiar y porque puede afectar a la autoestima del niño.

El carácter recurrente de esta enfermedad y la falta de un tratamiento definitivo han animado a pacientes, familiares y comunidad científica a detectar sus posibles desencadenantes o factores agravantes, tanto ambientales como alimentarios. A lo largo de nuestra experiencia probablemente se nos haya sugerido por parte de algunos padres la posible relación de algún alimento o grupo de alimentos con los brotes que padece su hijo, pudiendo generarnos dudas sobre la necesidad o conveniencia de realizar dietas de exclusión en dichos casos.

Para intentar responder a la pregunta sobre la posible implicación de los alimentos o el beneficio de determinadas dietas en la evolución de la dermatitis atópica, se ha publicado una revisión sistemática de la literatura médica que comprende hasta julio 2016 (Lim et al. The role of elimination diets in atopic dermatitis -a comprehensive review. Pediatric Dermatology 2017; 34:516-527). Los autores han agrupado los estudios según el tipo de dieta utilizada y las características de pacientes (sensibilizados o no sensibilizados a los alimentos). La metodología de los estudios es variable , lo que hace difícil obtener conclusiones claras, siendo la mayoría no controlados con placebo y con resultados contradictorios. Teniendo en cuenta solo aquellos con nivel I de evidencia, sí se detecta una mejoría en la dermatitis atópica en pacientes con alergia confirmada mediante provocación oral doble ciego controlada con placebo, teniendo en cuenta tanto reacciones inmediatas como tardías. No hay datos que apoyen aconsejar dietas de eliminación estrictas de varios alimentos en pacientes con dermatitis atópica no alérgicos a los alimentos.

Teniendo en cuenta estos resultados solo deberían eliminarse los alimentos a los que el paciente se ha confirmado alérgico. La evitación de dichos alimentos no ofrece ninguna duda en el caso de las reacciones inmediatas, pero varios de los estudios de la referida revisión incluyen también las respuestas tardías, y con frecuencia no se especifican los criterios de positividad tenidos en cuenta en las prueba de exposición oral con el alimento. Hay que recordar que, según recomendaciones de la EAACI (Allergy 2007; 62: 723-728) para evaluar el empeoramiento de la dermatitis atópica por un alimento deben realizarse dietas de exclusión con el mismo durante al menos 4-6 semanas y en caso de mejoría, reintroducirlo a continuación para detectar, mediante datos objetivos (SCORAD), el empeoramiento o no de la dermatitis en los días siguientes  a la prueba de exposición.

Por otro lado, la cada vez más amplia experiencia con la inmunoterapia oral con alimentos contradice la idea de que el alimento que provoca una reacción inmediata en el paciente también podría empeorar la dermatitis atópica ya que, entre los efectos adversos de este tipo de inmunoterapia no se describe, al menos como frecuente, el empeoramiento de la dermatitis atópica que padecen con cierta frecuencia estos pacientes .

De todo ello podría concluirse que, en los pacientes con dermatitis atópica, debe valorarse muy cuidadosamente la recomendación de una dieta de exclusión de uno o varios alimentos. No deberá indicarse si solo hay una sensibilización detectada mediante pruebas cutáneas en prick o determinación de IgE específica sino cuando exista una verdadera alergia al alimento, con una respuesta clínica inmediata o tardía que, en este último caso, requerirá de una dieta de exclusión durante varias semanas y la reintroducción del alimento bajo control del especialista, ante la eventualidad de una reacción inmediata por pérdida de tolerancia durante el periodo sin exposición oral al alimento.

Rosa García Rodríguez. Facultativa especialista de área del Hospital General Universitario de Ciudad Real. Comité de Alergia Infantil

Contaminación ambiental y asma infantil. ¿Estamos perjudicando a nuestros niños?.

El asma es una de las enfermedades crónicas más común en los niños. La contaminación del aire relacionada con el tráfico se ha sugerido en numerosas ocasiones como un factor que puede contribuir a su desarrollo.

Recientemente se ha publicado en Reino Unido (Bradford) un estudio para analizar el impacto que la exposición a los óxidos de nitrógeno tiene en el desarrollo del asma infantil.

Khreis M., de Hoogh K., Nieuwenhuijsen MJ. Full-Chain Health Impact Assessment of Traffic-Related Air Pollution and Childhood Asthma. Environ Int. 2018; 114: 365-375.

Utilizado un modelo de nuevo desarrollo para analizar el impacto que la exposición a los óxidos de nitrógeno (NOx, NO2) —gases que se encuentran entre los contaminantes del aire junto con datos de otros cuatro modelos distintos relativos a tráfico, emisiones, dispersión atmosférica y estudio de impacto en salud en Bradford (Reino Unido) se pudo determinar toda una cadena, desde las fuentes de contaminación del aire hasta las vías por las que esta impacta la salud de los niños. Utilizando la tasa de incidencia del Reino Unido para el asma infantil, las funciones metaanalíticas de respuesta a la exposición y las estimaciones de los modelos de exposición, se calculó el número anual de casos de asma atribuibles a NO2 y NOx en Bradford y el número anual de asma casos específicamente atribuibles al tráfico.

Los resultados del estudio indicaron que hasta en 687 (38%) de todos los casos anuales de asma infantil en Bradford pueden ser atribuibles al aire contaminación y más específicamente hasta 109 casos (6%) y 219 casos (12%) pueden atribuirse a la contaminación del aire relacionada con el tráfico. Éste es el primer estudio que realiza una evaluación de impacto de salud de cadena completa de contaminación relacionada con el tráfico y asma infantil en una población desfavorecida con preocupación pública sobre la misma.

Los casos de asma infantil están aumentado constantemente con los años al igual que han ido en aumento las emisiones de gases contaminantes y el desarrollo industrial y de tráfico urbano. El progreso futuro con el asma infantil requiere un enfoque que no se limite a controlar y tratar la enfermedad y vaya hacia su prevención, entre otras causas reduciendo la contaminación del aire relacionada con el tráfico de las ciudades. Una causa prevenible por parte de todos.

Margarita Tomás Pérez. Médico Adjunto Alergología Hospital General Universitario La Paz. Madrid.  Comité de Alergia Infantil SEAIC.

Nuevo documento de consenso sobre la introducción precoz de los alimentos en niños de “riesgo alérgico”.

En los últimos años se han publicado algunos estudios que han hecho replantear determinados aspectos la práctica clínica habitual respecto al a alergia a los alimentos que parecían bien establecidos.

Las recomendaciones previas sobre la introducción de los alimentos en pacientes de “riesgo alérgico” eran hasta hace algunos años retrasar la introducción de los alimentos sólidos e incluso en algunas guías restricción materna de alimentos potencialmente alergénicos durante la lactancia. A pesar de estas medidas la prevalencia de alergia a alimentos ha ido en aumento en las últimas décadas.

Los resultados del estudio LEAP (The Learning Early About Peanut Allergy), y otras observaciones previas, han dado lugar a la modificación de las recomendaciones respecto a la introducción del cacahuete en las guías de las sociedades de alergia Americanas (AAAAI y AAP), Europea(EAACI), y Australiana(ASCIA). Recomendándose la introducción de forma precoz del cacahuete, en pacientes de alto riesgo de presentar alergia (pacientes con eccema severo y/o alergia al huevo), en contra de las recomendaciones previamente establecidas.

Recientemente la APAPARI Asia Pacific Association of Pediatric Allergy , Respirologi & Immunology ha publicado  un documento de consenso a este respecto en el que analiza los resultados de los estudios publicados hasta el momento, las características de la población asiática y los puntos comunes y diferencias con las poblaciones del oeste.

Early introduction of allergenic foods for the prevention of food allergy from an Asian perspective-An Asia Pacific Association of Pediatric Allergy, Respirology & Immunology (APAPARI) consensus statement.

Tham EH, Shek LP, Van Bever HP, Vichyanond P, Ebisawa M, Wong GW, Lee BW; Asia Pacific Association of Pediatric Allergy, Respirology & Immunology (APAPARI). Pediatr Allergy Immunol. 2018 Feb;29(1):18-27

 

Destaca un estudio realizado en población asiática publicado en 2017 en el Lancet “Two-step egg introduction for prevention of egg allergy in high-risk infants with eczema (PETIT): a randomised, double-blind, placebo-controlled trial”.

En este trabajo, analiza los resultados de 121 pacientes con eccema,   60 pacientes en el grupo de intervención y 61 pacientes en el grupo placebo, en los que  se realizó  la introducción precoz de huevo cocinado mediante un protocolo de 2 pasos.  Se inició con dosis equivalente a 0.2 gramos de huevo cocido, que se administraba de los 6-9 meses diariamente, seguido de administración de una dosis equivalente a 1.1 gramo de huevo cocido diariamente de los 9-12 meses en el grupo de intervención y dosis similares de placebo en el grupo de no intervención. Se realizó tratamiento intensivo de la DA en todos los pacientes a lo largo del estudio.

A los 12 meses se realiza provocación abierta con dosis equivalentes a 32 gr de huevo cocido presentado resultado positivo el 8% (5/60) de los pacientes en el grupo de intervención frente al 29.4% (23/61) en el grupo placebo. NNT 3.40(2.30-6.52). El estudio concluye que la introducción en dos pasos del huevo  combinado con el tratamiento intensivo del eccema reduce la prevalencia de alergia al huevo en los niños de alto riesgo.

En los estudios revisados realizados con leche, trigo, soja, mariscos, cereales y nuez los resultados de los estudios no son consistentes.

El documento de consenso concluye que con la evidencia actual parece que la introducción precoz de cacahuete y huevo en pacientes de alto riesgo disminuye el riesgo de padecer la enfermedad alérgica pero que actualmente no existe evidencia respecto a si la introducción precoz de otros alimentos podría disminuir la frecuencia de alergia a estos.

Por otra parte existe acuerdo con las recomendaciones previas de otras guías sobre la población de bajo riesgo en la que no existe indicación de introducción precoz de los alimentos.

Autora: Mónica Rodríguez Álvarez. Comité de Alergia Infantil SEAIC.

Médico Adjunto Servicio de Alergia Hospital Universitario Fundación Alcorcón.

Anafilaxia a carne de cocodrilo: reactividad cruzada por parvalbuminas

La carne de cocodrilo se  consume fundamentalmente en el sur de Estados Unidos y en Australia, en España se considera una carne exótica pero con frecuencia la podemos encontrar en restaurantes y mercados. La carne de cocodrilo tiene una buena proporción proteína/grasa, motivo por el que es una fuente muy saludable de alimento. La prevalencia de alergia a este alimento es desconocida, sin embargo en el último año se han publicado dos artículos de alergia a este reptil en dos niños que nunca lo habían consumido previamente.

Severe anaphylaxis due to crocodile-meat allergy exhibiting wide cross-reactivity with fish allergens. Haroun-Díaz E, Blanca-López N, et al. J Allergy Clin Immunol Pract. 2017 Sep 8. pii: S2213-2198(17)30540-8. doi: 10.1016/j.jaip.2017.07.015 Anaphylactic Reactions to Novel Foods: Case Report of a Child With Severe Crocodile Meat Allergy. Ballardini N, Nopp A ,et al. Pediatrics. 2017;139(4): e2016140.

En el primero de los artículos se trataba de un niño de 9 años, con antecedentes de dermatitis atópica y alergia a pescado blanco diagnosticado a los 19 meses de edad. A los pocos minutos de la ingesta de un trozo de hamburguesa de carne de cocodrilo comienza a presentar prurito oral intenso, eritema perioral, habones generalizados y disnea. Acudieron a urgencias donde se le trata con adrenalina, antihistamínico y corticoide con resolución completa del cuadro en 6 horas. En el segundo artículo se trataba de un niño de 13 años, con antecedentes personales de alergia a aves de corral (pollo y pavo) diagnosticado a los 5 años de edad. De manera inmediata a la ingesta de un trozo de carne de cocodrilo el niño presenta prurito oral y faríngeo, habones en cara, conjuntivitis, angioedema palpebral y dificultad respiratoria con opresión torácica. En el domicilio se le administra adrenalina intramuscular y b2-agonistas inhalados acudiendo a urgencias donde no se evidencia broncoespasmo pero si disnea intensa, con resolución del cuadro en 4 horas sin reaparición de la sintomatología. El estudio alergológico realizado confirmó en ambos casos la alergia a la carne de cocodrilo. En el primer caso, el niño es diagnosticado mediante prueba cutánea: prick positivo con extracto de carne cruda (10x7mm) y con extracto de carne cocinada (6x6mm). Se realizó prick-prick con alimento fresco con resultado positivo con carne cruda (12×12 mm) y con carne cocinada (6×6 mm) y una IgE específica a parvalbúmina de pescado positiva (rGad C1: 24.6 KU/L).

En el segundo caso, el niño es diagnosticado mediante determinación de IgE específica a carne de cocodrilo (6 KUA/L) y mediante test de activación de basófilos. En ámbos pacientes se descartó alergia a otros componentes de la carne de cocodrilo mediante administración controlada (mezcla de ajo, cebolla, arroz, patata y especias) en el primer caso, y mediante estudio de DNA y de proteínas de pollo o pavo en el segundo caso. Para tratar de demostrar la proteína causante de la reacción alérgica en el primer artículo se realiza un IgE Immunoblotting con el suero del paciente obteniéndose una banda de entre 10-14 KDa en el extracto realizado con carne cruda de cocodrilo. Mediante SDS-.PAGE se determina que se trata de una banda de 11 KDa que tras ser analizada mediante proteómica se detectan en esa banda péptidos que contienen la misma secuencia que otros péptidos de otras parvalbúminas (rana, aves, peces y caimán). Al realizar un IgE immunoblotting con el suero del paciente y extractos de merluza y bacalao se obtiene también una banda de entre 10-14 KDa. Este mismo perfil de inmunoglobulina se detecta en este extracto con antisuero de conejo frente a la parvalbúmina de sardina, revelando que es la parvalbúmina el origen de la banda descrita. Se realiza un SDS-PAGE inmunoblotting inhibición utilizando carne cruda de cocodrilo en la fase sólida, observándose una inhibición completa cuando se incuba con extracto de carne cruda de cocodrilo, con extracto de carne cocinada de cocodrilo, así como con extractos de merluza y bacalao.

En el segundo artículo se realiza un IgE immunoblotting con el suero del paciente y extracto de carne cruda de cocodrilo obteniéndose una banda de entre 18-50 KDa; un IgE immunoblotting con carne cocinada de cocodrilo obteniéndose una única banda de 14 KDa y un IgE immunoblotting con carne de pollo obteniéndose 3 bandas: 14 KDa, 19-22 KDa y de 30 KDa. La preincubación con el extracto de cocodrilo no inhibió completamente la unión de la IgE a los alérgenos del pollo, y si se inhibió completamente cuando se preincubó con extracto de pollo. Finalmente, dado que la carne de pollo se consume preferiblemente cocinada se realizó un immunoblotting con un extracto de carne de pollo cocinado observándose que la IgE del suero reconocía una única banda de 14 KDa. Se confirmó que la banda de 14 KDa era una parvalbúmina al emplear un anticuerpo antiparvalbúmina. La secuencia de aminoácidos reveló un 94% de homología entre la parvalbúmina de cocodrilo y la de pollo. En el primer artículo descrito se demuestra la reactividad cruzada entre parvalbúmina de pescados y de carne de cocodrilo, mientras que en el segundo artículo se demuestra la reactividad cruzada entre carne de pollo y la parvalbúmina de la carne de cocodrilo. El primer paciente tolera bien la ingesta de carne de aves y el segundo niño toleraba la ingesta de pescados. Las parvalbúminas son proteínas ácidas de bajo peso molecular ligadoras de calcio, presentes en animales vertebrados. Resisten tanto la digestión enzimática como la exposición al calor, por lo que producen reacciones incluso con el alimento cocinado.

Las parvalbúminas son las responsables de la reactividad cruzada entre especies de pescado, siendo mayor en las especies taxonómicamente más cercanas (como la merluza y el bacalao que pertenecen al orden Gadiformes o entre el lenguado, gallo, rodaballo del orden Pleuronectiformes). Se ha descrito reactividad cruzada entre parvalbúminas de pescado y de rana y entre pescado y carne de pollo.

Nunca antes se había descrito la reactividad cruzada con carne de cocodrilo. En el primer niño que había presentado reacciones alérgicas con varios pescados, la presencia de IgE específica a parvalbúmina y la inhibición completa sugiere que la parvalbumina de pescado es el alérgeno responsable de la sensibilización primaria. En el segundo caso los autores concluyen que no es posible determinar si la sensibilización primaria fue por la carne de pollo o por la de pavo, pero que debido a que la alfa-parvalbúmina es idéntica en ambas carnes deben ser especies muy cercanas filogenéticamente.

La importancia de estos hallazgos son de especial interés dado que en ámbos casos los niños presentaron una reacción anafiláctica la primera ocasión que probaban la carne de cocodrilo. El hecho de que ocurrió con pequeña cantidad de carne de cocodrilo  pone de relevancia su alto potencial alergénico, no descrito previamente.

La accesibilidad a este tipo de carnes exóticas tanto en restaurantes como en mercados, asociado a la posibilidad de viajes al extranjero donde este tipo de carnes son con frecuencia consumidas, hace que debamos aconsejar a nuestros pacientes alérgicos a pescados y/o carne de aves de corral evitar la toma de carne de cocodrilo (y por ende de otros reptiles) hasta que se confirme su tolerancia en los Servicios de Alergia por un alergólogo.  

Autor: Francisco Javier Ruano Perez. Medico Adjunto Servicio de Alergia Hospital Universitario Infanta Leonor

Influencia de las bacterias ambientales en alergia.

Recientemente se ha publicado un artículo  en el que se expone una revisión resumida de la evidencia actual de estudios epidemiológicos y experimentales en los que las bacterias ambientales y / o sus metabolitos podrían ser explotados para prevenir el asma y las alergias en el futuro.

Influences of environmental bacteria and their metabolites on allergies, asthma, and host microbiota, G. Jatzlauk and S. Bartel et cols. Allergy, Volume 72, Issue 12, December 2017 , Pages 1859–1867

En los últimos 50 años, la incidencia de enfermedades alérgicas y asma ha aumentado en los países ricos y también está llegando al segundo mundo. El asma constituye una gran carga para los sistemas sanitarios con un coste global en Europa de 19.300 millones de euros en 2010, para pacientes de entre 15 y 64 años. Existe una gran necesidad de desarrollar nuevas estrategias para el asma y la prevención de alergias. Como hay indicios iniciales de que el desarrollo del asma está influenciado, al menos en parte, por el medio ambiente, y especialmente por la exposición microbiana durante la infancia,  podría valer la pena modular el microbioma o utilizar metabolitos bacterianos para la prevención del asma en candidatos de riesgo.
La hipótesis de la higiene propone que la creciente prevalencia de enfermedades alérgicas se relaciona causalmente con una menor exposición a microbios ambientales e infecciones inofensivas, con un aumento paralelo de la riqueza económica. Además, el momento de las exposiciones microbianas parece ser particularmente relevante

Se exponen 4 ejemplos que vienen a dar fuerza a estas teorías :

– El modo de parto, es decir, la sección vaginal o cesárea, se asocia con el riesgo de desarrollar enfermedades atópicas más adelante en la vida y con diferentes colonizaciones microbianas del recién nacido

– La lactancia materna, en comparación con la alimentación con fórmula, es beneficiosa para la salud infantil, ya que está relacionada con una morbilidad y mortalidad infecciosa más baja, mayor inteligencia y probablemente menor riesgo de sobrepeso y diabetes. Sin embargo, la influencia de la lactancia materna en las enfermedades alérgicas es poco concluyente y los resultados de numerosos estudios a menudo se ven obstaculizados por las limitaciones metodológicas

No solo la diversidad bacteriana per se es importante, sino que también la correcta composición de la microbiota intestinal  y si estos se adaptan a las necesidades del huésped se rigen por las respectivas ventanas de tiempo de vida.

– Se ha descrito una relación inversa para el riesgo de enfermedades alérgicas y el contacto temprano con un mayor número de personas, como crecer en familias numerosas o asistir a escuelas de párvulos en los primeros 2 años de vida

– Una de las observaciones más importantes que respaldan la hipótesis de la higiene son los llamados estudios agrícolas, que demuestran que los niños que crecen en granjas tradicionales son menos propensos a enfermedades alérgicas que los niños que viven en el campo pero no en una granja

Es tentador especular que cuanto mayor es la diversidad microbiana a la que están expuestos los niños durante la vida temprana, menor es el riesgo de enfermedades alérgicas en la edad adulta y que esto se relaciona causalmente con la diversidad de la colonización temprana del microbioma

El contacto temprano con comunidades microbianas complejas es un factor principal para el desarrollo de un sistema inmunitario equilibrado

Una comprensión detallada de los mecanismos de cómo las comunidades microbianas influyen en las respuestas inmunes es clave para el desarrollo de nuevas estrategias preventivas o terapéuticas.

Y aunque la inducción de células T reguladoras parece ser un tema general por el cual las bacterias podrían inducir la protección contra el asma, otras células y vías parecen estar implicadas también y requieren una mayor elucidación.  En particular, los estudios sobre los efectos potencialmente sinérgicos de las combinaciones de bacterias, que reflejan una mayor protección en un entorno microbiano más diverso, son claramente necesarios.

La aplicación general de las bacterias probióticas para influir positivamente en el desarrollo del microbioma temprano y, por lo tanto, supuestamente la aparición de enfermedades alérgicas, ya se ha investigado en una serie de estudios de intervención en humanos.

La interacción entre las cepas bacterianas administradas y el microbioma del huésped, así como el epitelio y el sistema inmune es muy compleja y puede diferir sustancialmente entre los individuos. Por lo tanto, una alternativa podría ser utilizar compuestos bacterianos definidos o metabolitos en lugar de bacterias vivas. Las posibles ventajas de estos compuestos son la supuesta mayor biodisponibilidad, una evaluación más fácil de las relaciones dosis-respuesta y, muy probablemente, una menor variabilidad de las respuestas clínicas. Además, las propiedades fisicoquímicas definibles de un compuesto aislado facilitarán considerablemente la investigación de su modo de acción

Sin embargo, la evidencia de compuestos bacterianos específicos que tienen características inmunomoduladoras es todavía limitada.

Recientemente, se ha identificado, el D-triptófano (D-Trp), derivado de las bacterias probióticas Lactobacillus rhamnosus GG y Lactococcus casei W58 como tal compuesto. La administración oral de D-Trp inhibió las respuestas inmunes asociadas a Th2 y mejoró el fenotipo de AAI en un modelo de ratón. Además, se ha propuesto que los metabolitos de triptófano derivados de bacterias también influyen en la respuesta inmune.

Las investigaciones con bacterias comensales también revelaron compuestos inmunomoduladores.

Tomados en conjunto, estos estudios demuestran que una amplia variedad de metabolitos químicamente no relacionados suprime la inflamación de las vías respiratorias y en parte la hiperreactividad de las vías respiratorias. Por lo tanto, parece probable que existan muchos metabolitos hasta ahora no identificados con propiedades antiinflamatorias.

En resúmen, hay datos incipientes de que los compuestos derivados de bacterias pueden ser inmunomoduladores en el huésped, pero el conocimiento de los mecanismos detallados sigue siendo escaso. El siguiente paso importante será aclarar si los compuestos actúan directamente sobre las células huésped, por ejemplo, las células inmunitarias, o indirectamente a través de la influencia del microbioma del huésped, o ambos en sinergia. También se necesitará más estudios  para identificar las células diana, los receptores y las vías de señalización posteriores. Como estas son todas moléculas biológicas y no son productos farmacéuticos altamente efectivos, será necesario aclarar si una mezcla de compuestos identificados mejora los efectos beneficiosos mediante la sinergia. Como resultado hipotético, la presencia de ciertos componentes bacterianos podría influir positivamente en un desequilibrio microbiano entre los factores beneficiosos y de riesgo para las enfermedades alérgicas. Esto podría evitar o mejorar la sensibilización atópica por antígenos inocuos. Si es posible inhibir esta forma incipiente de enfermedad alérgica, sería posible detener la marcha atópica  y, por lo tanto, el inicio de la alergia.
Sin embargo, hasta el día de hoy aún existen grandes lagunas de conocimiento que deben completarse antes de desarrollar estrategias preventivas. En esta línea, no está claro qué ruta de entrada para las bacterias ambientales es más importante / efectiva para la colonización, es decir, sistémicamente a través de los alimentos o tópicamente a través de aerosoles o lociones. Además, la exposición a cierto ambiente durante la infancia claramente tiene influencias beneficiosas, pero aún no se sabe cómo afecta esto a nuestro microbioma en detalle. Finalmente, aunque los estudios en animales han proporcionado ideas iniciales prometedoras, estos hallazgos preclínicos deben trasladarse a entornos clínicos en términos de dosis aplicadas, formulación del tratamiento y puntos de tiempo más efectivos para desarrollar terapias nuevas y eficientes.

 

Remedios Cárdenas Contreras.

 

DESENSIBILIZACIONES A MEDICAMENTOS

En los últimos años se ha incrementado el uso de quimioterápicos y de anticuerpos monoclonales para el tratamiento del cáncer, asociando a su vez un mayor número de reacciones de hipersensibilidad debidas a estos fármacos. Las reacciones alérgicas son imprevisibles, potencialmente graves, y pueden conllevar la restricción en el uso de tratamientos de primera línea, y como consecuencia, generar un gran impacto en la supervivencia y en la calidad de vida del paciente.

Las manifestaciones clásicas de las reacciones oscilan desde leves, con afectación cutánea como picor o habones, hasta shock anafiláctico de compromiso vital. Pero la presentación puede ser atípica como ocurre con el dolor asociado a las reacciones por taxanos, o a los escalofríos y la fiebre descritos con oxaliplatino y los anticuerpos monoclonales. Las reacciones tardías tras la quimioterapia, que suelen aparecer tras 24 horas de la infusión, pueden deberse a la vida media prolongada de los anticuerpos monoclonales y a la administración de premedicación.

El término desensibilización se utiliza para describir el proceso mediante el cual se modifica la respuesta inmune del paciente para generar tolerancia temporal, y se basa en modelos in vitro e in vivo que demuestran que mastocitos y basófilos pueden inhibirse mediante el incremento progresivo de dosis de antígeno, desactivando señales de transducción y liberación de mediadores. Los protocolos de desensibilización se han utilizado con éxito con antibióticos, antiquimioterápicos, anticuerpos monoclonales y otros fármacos, en pacientes con reacciones de hipersensibilidad mediadas y no mediadas por IgE.

Debe considerarse en aquellos pacientes cuyas reacciones sugieran un mecanismo tipo I y tipo IV sin terapia alternativa o en aquellos cuya terapia alternativa tenga menor valor o pueda inducir más efectos secundarios. Se pueden realizar desensibilizaciones en pacientes de cualquier edad y en mujeres embarazadas cuando no hay tratamientos alternativos, o cuando retrasar un tratamiento puede acortar la vida. El proceso de desensibilización es seguro, se ha demostrado que las reacciones que ocurren generalmente son leves y menos graves que la reacción inicial del paciente, sin haberse descrito fallecimientos. Deben realizarse por alergólogos entrenados en los protocolos personalizados y en el manejo de las posibles reacciones.

No se debe desensibilizar a los pacientes que hayan presentado reacciones de hipersensibilidad de tipo II y III, reacciones descamativas, síndrome de Stevens–Johnson, necrolisis epidérmica tóxica, porque pequeñas cantidades del fármaco pueden inducir reacciones potencialmente fatales.

Durante los días 1 y 2 de diciembre de 2017 tuvo lugar el Curso de Avances en Desensibilización a Medicamentos (DDIM) en la Universidad Internacional de Catalunya (UIC) en Barcelona. Se trata de un evento anual internacional monográfico en desensibilización a fármacos, que cuenta con expertos de talla mundial como la Profesora Mariana Castells, Catedrática de la Universidad de Harvard.

 

María Rueda García

Alergóloga

Servicio de Alergología y Neumología, Hospital Quirón, Barcelona

Novedades de la 5ª reunión Bianual centrada en alergia pediátrica de la EAACI, “The 5th Pediatric Allergy and Asthma Meeting (PAAM 2017)”

El Congreso PAAM (Pediatric Allergy and Asthma Meeting) se centra en alergia en población infantil y es la reunión más grande a nivel mundial sobre este tema. Recientemente se ha celebrado su quinta edición, en Londres, del 25 al 27 de Octubre.

Ha habido prácticamente 1300 participantes de 81 países distintos. Siguiendo la estructura habitual del congreso anual de la EAACI, el congreso se inició el jueves 26 a primera hora con cursos para posgraduados. Dichas sesiones se centraron en distintos aspectos (inmunología, patología digestiva no mediada por IgE, patología alérgica respiratoria, y ensayos clínicos en niños) de la alergia en población pediátrica. Dichas sesiones tuvieron un formato más extenso, con charlas de alrededor de 50 minutos, estructuradas a modo de clase magistral y aportando un repaso de la evidencia sobre cada uno de los temas.

Estas sesiones son especialmente recomendables para aquellos que deseen tener una panorámica general de los temas tratados. El congreso fue oficialmente inaugurado el jueves a las 13:00, con bienvenida y primera plenaria. A lo largo del congreso se impartieron tres sesiones plenarias, Asma en población pediátrica, Avances en alergia a alimentos, y Tratamiento y prevención de la alergia, todas ellas de gran interés e impartidas por especialistas de primera línea. La estructura del congreso permitió dar cabida a otros tipos de sesiones con formatos interesantes como simposios, talleres y debates pro y con, donde pudimos disfrutar de la visión de los expertos sobre temas actuales en la alergia de la población infantil.

Como viene siendo habitual, se creó un “Clinical Village” con distintos puestos dedicados a varios aspectos del niño alérgico, desde su nutrición, hasta la práctica de la inmunoterapia con aeroalérgenos pasando por calidad de vida y provocaciones orales con alimentos. Los miembros junior de la academia tuvieron la oportunidad de participar con sesiones especialmente dirigidas para ellos, manteniendo la apuesta que la EAACI hace para fomentar el desarrollo de jóvenes especialistas. A nivel académico, el protagonismo de la edición lo tuvieron las Guías de Consenso sobre inmunoterapia, recientemente publicadas por la EAACI. El último gran proyecto presidencial de la EAACI está siendo culminado en este 2017, y para la fecha del PAAM muchas de estas importantes guías ya estaban publicadas o están en vías de publicación. Los asistentes tuvimos la oportunidad de recibir de manos de sus propios autores la información más relevante de las mismas. Merece la pena, por último, hacer mención a la representación española (hasta 7 representantes en el programa) dentro de este congreso de la EAACI.

En los últimos años nuestro enfoque de la alergia y nuestros conocimientos tienen más cabida, gracias al esfuerzo de todos por mantener y aumentar nuestra representación en la Academia Europea. Queremos hacer una llamada a la participación en la EAACI a cualquier nivel, por los distintos cauces que existen, para que podamos tener el peso que la alergia y la inmunología clínica pediátricas en España merece. El alto nivel científico, así como su utilidad como punto de encuentro y de fomento de colaboraciones lo convierten en una cita imprescindible para los que tratamos niños alérgicos.

Para aquellos que pudieron asistir este año y quieran repetir, y los que se quedaron con ganas de haberlo hecho, es bueno ir reservando hueco en las agendas para la siguiente cita, que será en Florencia en 2019.

Pablo Rodríguez del Rio Miembro del“Pediatric Board de EAACI”

Montserrat Alvaro Lozano “Chair” del “Pediatric Board de EAACI”

Primera Guía mundial sobre Inmunoterapia con Alimentos

La alergia a los alimentos es un importante problema de salud pública que puede en algunos casos comprometer incluso la vida de las personas que la padecen. Personas que deben llevar un estricto control de los alimentos que toman para evitar la ingestión accidental de aquellos a los que son alérgicos. El riesgo y el temor a una reacción, la dificultad para poder realizar actividades familiares y sociales en las que hay presentes alimentos, e incluso en ocasiones el rechazo por parte de otros, limita la vida de estas personas, más aun cuando son niños. De unos años a esta parte, la inmunoterapia con alimentos (ITO) se ha convertido en una esperanza para ellos.

Alergólogos y pediatras, de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) y de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP), han publicado la primera guía sobre ITO con alimentos de la literatura científica (1,2). En este caso, aborda la dirigida a la alergia a leche de vaca y huevo, aunque abre la puerta al tratamiento de otras alergias alimentarias.

La publicación de la Guía es el fruto del trabajo coordinado de más de 30 especialistas de 18 centros de toda España, cinco de ellos miembros del Comité de Alergia Infantil de la SEAIC. La Guía se basa en la evidencia científica disponible de los estudios publicados hasta junio de 2016, y en la opinión de expertos. Se establecen recomendaciones acerca de las indicaciones y contraindicaciones del procedimiento, requerimientos de personal y medios materiales, aspectos prácticos del tratamiento en las diferentes fases de la ITO, y pautas especiales para los pacientes con alto riesgo de presentar reacciones adversas durante el tratamiento.
La Guía marca las directrices para el manejo de la ITO con leche y huevo en la práctica clínica y recoge la opinión consensuada de expertos españoles.

Destacar por último, que el Instituto de Estudios del Huevo (IEH) acordó conceder su Galardón de Oro anual a SEAIC y SEICAP por la publicación de la Guía de inmunoterapia con leche y huevo. El IEH es una asociación sin ánimo de lucro creada para fomentar la investigación relacionada con el huevo en España y la divulgación sobre su interés como alimento y su adecuado manejo. El IEH reconoció la importante labor desarrollada por los profesionales de ambas sociedades para curar la alergia alimentaria infantil al huevo. El Galardón fue entregado durante el Día Mundial del Huevo 2017 en un acto que el IEH celebró en Calatayud (Zaragoza) el día 25 de octubre.

 

  1. Martorell A, Alonso E, Echeverría L, Escudero C, García-Rodríguez R, Blasco C, et al. Oral Immunotherapy for Food Allergy: A Spanish Guideline. Immunotherapy Egg and Milk Spanish Guide (ITEMS Guide). Part I: Cow Milk and Egg Oral Immunotherapy: Introduction, Methodology, Rationale, Current State, Indications, Contraindications, and Oral Immunotherapy Build-up Phase. J Investig Allergol Clin Immunol 2017; Vol. 27(4): 225-237.

 

  1. Martorell A, Alonso E, Echeverría L, Escudero C, García-Rodríguez R, Blasco C, et al. Oral Immunotherapy for Food Allergy: A Spanish Guideline. Egg and Milk Immunotherapy Spanish Guide (ITEMS GUIDE). Part II: Maintenance Phase of Cow Milk (CM) and Egg Oral Immunotherapy (OIT), Special Treatment Dosing Schedules. Models of Dosing Schedules of OIT With CM and Egg. J Investig Allergol Clin Immunol 2017; Vol. 27(5): 279-290.

 

Dr. Carmelo Escudero Díez

Los Aditivos Alimentarios: El mal de todo paciente, el olvido de todo alergólogo.

Los aditivos alimentarios son sustancias que habitualmente no se consumen como producto alimentario. No obstante, tienen un papel fundamental a la hora de mantener la calidad y las características de los alimentos que exigen los consumidores y hacen que estos alimentos sigan siendo seguros, nutritivos y deseables. De este modo, los aditivos no son alimentos en sí, sinó sustancias que se añaden a los alimentos para mejorar su conservación, color, sabor o consistencia.

A este grupo de sustancias se les ha atribuído con bastante frecuencia la capacidad de producir reacciones adversas, e incluso alérgicas. No obstante, en la actualidad se desconoce la prevalencia exacta de reacciones adversas frente aditivos, si bien sabemos y se ha demostrado que los aditivos alimentarios muy raramente provocan auténticas reacciones inmunológicamente mediadas (hecho poco creíble entre la población general).

A continuación se describen los grupos de aditivos existentes en el mercado actual, sus características fundamentales y algunas de las principales reacciones adversas descritas hasta el momento debido a estas sustancias:

Antioxidantes y conservantes: Son aditivos que mantienen la frescura e impiden su deterioro. Contribuyen a qué los alimentos se puedan conservar durante más tiempo protegiéndolos contra el daño ocasionado por la oxidación o los microrganismos. Los antioxidantes evitan la oxidación de las grasas de los alimentos e impiden que se decoloren y se vuelvan rancios. Los conservantes limitan, retrasan o previenen la proliferación de los microorganismos.

Antioxidantes: Ácido ascórbico E300, Ascorbato De Sodio E301, Ascorbato De Calcio E302, Ascorbato De Potáseo E303, palmitato ascorbil E304, estearato ascorbil E305, Extractos Naturales Ricos En Tocoferol E306, Alfa Tocoferol E307, gamma tocoferol E308, delta tocoferol E309, Galato De Propil E310, Galato De Octil E311, Galato De Dodecil E312, Ácido Eritórbico E315, Eritorbato Sódico E316, Butilhidroquinona (Bhq) E319, Butilhidroxianisol (Bha) E320, Butilhidroxitolueno (Bht) E321, lactato de sodio E325, lactato de potáseo E326, lactato de calcio E327, etileno diamino tetra acetato E385, ácido etilendiaminotetracético E386, extracto de romero E392, Tocoferoles (E306-307-308-309), Ácido ascórbico (E300), BHA (butilhidroxianisol o E320) y BHT (butilhidroxitoluol o E321). La incidencia de broncoespasmo debido a estos aditivos es realmente muy baja. Se han descrito casos de urticaria de contacto, urticaria crónica y dermatitis atópica debido a estos antioxidantes.

Los conservantes físicos son muy efectivos, pero, en muchos casos, tienen una duración muy corta y un elevado coste. Los conservantes físicos serían el frío (refrigeración o congelación), la liofilización y el envasado al vacío. Existen también los conservantes químicos que según su origen pueden dividirse en:

  1. Minerales
  • Cloruros: cloruro sódico o sal común, es el primer conservante químico utilizado y un eficaz agente antimicrobiano.
  • El dióxido de azufre y los sulfitos (E220 hasta 228): Anhídrico sulforoso y sulfitos con concentraciones superiores a 10 mg/l expresados como SO2: Los sulfitos y bisulfitos son sustancias derivadas del azufre y se utilizan como antioxidantes o conservantes. La normativa europea obliga a etiquetar cualquier alimento que contenga sulfitos a concentraciones superiores a 10 mg/kg o 10 mg/l, y estos productos han de ser declarados con el término sulfito o dióxido de azufre (E-220, E-221, E-222, E-223, E-224, E-225, E-226, E-227 i E-228). Los sulfitos pueden ser responsables de reagudizaciones asmáticas en pacientes con asma. Los principales alimentos que contiene sulfitos son: el vino (que contiene sulfitos producidos durante la fermentación) y otras bebidas alcohólicas o no alcohólicas envasadas (zumos, mosto, sidra), alimentos envasados, alimentos pre-cocinados, conservas, alimentos ultracongelados y vinagre. A parte de síntomas respiratorios bronquiales, los sulfitos también pueden ocasionar molestias nasales (rinitis), digestivas y/o cutáneas (urticaria, angioedema y dermatitis de contacto).
  • Nitratos y nitritos (sales potásicas y sódicas) (desde E249 a 252). Se utilizan como conservantes en el procesado de carnes como el jamón y otros embutidos con la finalidad de garantizar la seguridad de los productes e inhibir el crecimiento de la bacteria botulínica. Los nitritos y los nitratos se encuentran en productos cárnicos curados, derivados del pescado y los quesos. La formación de nitrosamina se considera cancerígena. Pueden ser responsables de agravar la clínica de dermatitis atópica en algunos pacientes. También se han descrito casos de reacciones alérgicas graves (anafilaxia) debido a estos conservantes.

 

  1. Orgánicos:
  • Ácidos grasos saturados y sus derivados: Ácido acético y acetatos, ácido fórmico y formiatos, ácido propiónico y propionatos.
  • Ácido sórbico y sorbatos. Tienen actividad frente Clostridium botulinum. Se han descrito casos de urticaria de contacto perioral debida a estos conservantes.
  • Ácido benzoico y benzoatos. Los benzoatos se encuentran de manera natural en las cerezas y la canela. Son unos de los aditivos más relacionados con reacciones alérgicas. Pueden ser responsables de agravar la clínica de dermatitis atópica en algunos pacientes. También se han descrito casos de urticaria, urticaria de contacto, angioedema, rinitis y asma debido a estos conservantes si bien la incidencia es muy baja. Los benzoatos también se han asociado a otras reacciones como por ejemplo el dolor de cabeza, la migraña, la dificultad de concentración, la hiperactividad y las artralgias, si bien la incidencia es también muy baja.
  • Antioxidantes fenólicos.
  • Antibióticos. Se utilizan poco por el riesgo de producir efectos indeseables así como por la posibilidad de producir cepas microbianas resistentes. La nisina es el más utilizado ya que inhibe el crecimiento de

Aditivos que aumentan o potencian las cualidades sensoriales.

  1. Modificadores del sabor y la textura:
  2. Emulsionantes y estabilitzantes: se utilizan para mantener la consistencia de la textura y evitar que los ingredientes se disgreguen. La lecitina (E322), los monoglicéridos y los diglicéridos, entre otros pertenecen a este grupo. Entre los estabilizantes destaca la metilcelulosa (E461), habiéndose descrito sobre todo reacciones adversas gastrointestinales debidas a este estabilizante (predominantemente dolor, distensión abdominal y en algunos casos incluso obstrucción intestinal). De entre los emulsionantes, destaca el triestearato de sorbitán (E492), el cual puede incrementar la absorción de sustancias solubles en grasas.

 

  1. Espesantes: ayudan a incrementar la viscosidad de los alimentos. Habitualmente se utilizan como espesantes sustancias naturales como la gelatina (E441: se han descrito reacciones alérgicas graves –anafilaxia- debidas a la gelatina) o la pectina [E440a: grandes cantidades pueden producir síntomas gastrointestinales (sobre todo dolor y distensión abdominal)]. Otros espesantes son el ácido algínico (E400), el alginato de sodio (E401), el alginato de potáseo (E402), el alginato de amonio (E403), el alginato de calcio (E404) o el agar-agar (E406). A pequeñas cantidades no se les conocen efectos adversos atribuíbles. No obstante, grandes cantidades pueden inhibir la absorción de algunos nutrientes y ocasionar patología gastrointestial. Las gomas naturales también se utilizan como espesantes. Pertenecen a la familia de las legumbres la goma arábiga (E414), la goma de algarroba (E410), la goma guar (E412), la goma de tara (E417) y la goma de tragacanto (E413). La goma guar (E412) es una goma natural proviniente de la semilla de la planta Cyamopsis tetragonoloba (familia Fabaceae). Este aditivo se encuentra casi siempre en forma de polvo, pero, cuando se combina con otros ingredientes también puede verse en forma líquida o de gel. Debido a qué es una fibra soluble en agua, la goma guar puede tener un efecto laxante en aquellas personas que la consuman. Muy frecuentemente también es la responsable de ocasionar patología gastrointestinal (diarrea, dolor abdominal, distensión abdominal), habiéndose incluso descrito casos de obstrucción intestinal debido a su consumo. Al igual que la goma de algarroba puede incrementar los niveles de colesterol. La goma de tragacanto (E413) se obtiene de diversas especies de Astragalus. Se han descrito reacciones alérgicas por contacto (dermatitis de contacto y/o urticaria).
  2. Edulcorantes: proporcionan un sabor dulce a los alimentos y se utilizan en productos bajos en calorías. Son edulcorantes intensos el acesulfam K (E950), el aspártamo (E951) y la sacarina (E954). También son edulcorantes la taumatina (E957), que es una proteína edulcorante natural que se extrae de la planta Thaumatococcus danielli (es 2.500 veces más dulce que el azúcar), el sorbitol (E420), la isomaltosa (E953), el maltitol (E965i), el ciclamato E 952, la sucralosa E955, la glicirricina E958, la neohesperidina (Nhdc) E959, la estevia (extracto de stevia) E960, el jarabe de maltitol E965ii, el lactitol E966, el xilitol E967, el eritritol E968, el advantamo E969, el sorbitol (E420), el manitol (E421) y el glicerol (E422). Principalmente pueden producir trastornos gástricos (náuseas, vómitos y diarreas).
  1. Potenciadores del sabor: El más conocido es el glutamato monosódico (se identifica con los códigos GMS o E621). Se utiliza sobre todo en productos salados, alimentos de sobre y en una gran variedad de platos orientales. Es la sal sódica del ácido glutámico. Originariamente se extraía de las algas y del trigo. Se utiliza sobre todo para la preparación de alimentos de sobre y en las cocinas orientales. Las manifestaciones clínicas más características de las reacciones adversas por glutamato se engloban dentro del “síndrome del restaurante chino” que se describe como la aparición de dolor de cabeza, sensación de ardor en la piel (sobre todo en escote y cara) que posteriormente afecta al resto del cuerpo y se acompaña de náuseas, palpitaciones y en ocasiones incluso pérdida de conocimiento. El cuadro se inicia a los pocos minutos de la ingesta de una alta cantidad de glutamato y cede en 2-3 horas. Actualmente está todavía en controversia el papel del glutamato monosódico como desencadenante de crisis de asma o de patología cutánea (urticaria y/o angioedema). Parece que sí que podría estar relacionado con la clínica de rinitis.
  2. Acidulantes: Un acidulante es un aditivo alimentario que incrementa la acidez de un alimento o le da un sabor ácido. Entre los diversos acidulantes que se utilizan están los ácidos orgánicos y los ácidos inorgánicos.
  3. Otros: antiaglomerantes, antiespumantes, gases de envasado, midones, disolventes, entre otros.
  4. Colorantes: Los colorantes se utilizan en los alimentos para añadir o restaurar el color con el objetivo de mejorar su aspecto visual. Pueden inducir reacciones de urticaria, angioedema (hinchazón), asma, rinitis, eczemas cutáneos, dermatitis de contacto e incluso anafilaxia. Parece que también pueden inducir reacciones pseudoalergicas o anafilactoides. Los colorantes también se han involucrado en otras reacciones afortunadamente bastante infrecuentes tales como dolor de cabeza, migraña, hiperactividad, dificultad de concentración y atención así como artralgias. Desde el punto de vista de su origen, los colorantes alimentarios se pueden clasificar en colorantes naturales [extracto de pimiento (paprika)], minerales y de síntesis. Dentro de los colorantes de síntesis encontramos dos grupos principales:
  • Azoicos: Los colorantes azoicos son los que más frecuentemente se han implicado en reacciones adversas. Tartrazina: La tartrazina puede provocar clínica de urticaria en algunos pacientes aunque la prevalencia en la actualidad se sabe que es realmente muy baja. Tampoco queda claro su posible papel como desencadenante de crisis de asma. Sí parece que podría ser responsable de agravar la clínica de dermatitis atópica en algunos pacientes. Amarillo naranja: Se han descrito casos de urticaria, angioedema, eczemas y clínica gastrointestinal debidas a este colorante. Rojo de cochinilla: Es un colorante de síntesis muy utilizado en la industria, sobre todo para la conservación del color de los frutos rojos y de las conservas de marisco. Se han descrito casos de anafilaxia debido a este colorante en los que se ha podido demostrar un mecanismo alérgico mediado por anticuerpos IgE. Rojo carmín o ácido carmínico: Se obtiene a partir de la maceración de las hembras del insecto conocido popularmente como cochinilla (Dactylopius coccus). Es un colorante de color rojo intenso y no debe confundirse con el mismo colorante de origen sintético llamado rojo de cochinilla. Se ha implicado en casos de reacciones adversas y en muchos casos se ha podido demostrar un mecanismo alérgico mediado por anticuerpos IgE. Se han descrito reacciones de urticaria, asma, rinitis e incluso anafilaxia debidas a este colorante. Amarillo tartrazina: Este colorante se ha involucrado en reacciones alérgicas cruzadas con los derivados pirazolónicos (grupo de medicamentos antiinflamatorios donde pertenece el metamizol) así como con múltiples reacciones alérgicas.
  • No azoicos: eritrosina, amarillo quinoleína e indigosina. Eritrosina: Es un polvo de color marrón que disuelto proporciona una tonalidad roja y puede presentar reactividad cruzada con la eosina. Según el lugar donde se añadan pueden ser de dos tipos:
  1. Los que se añaden directamente al alimento y se pueden consumir con ellos. En la Unión Europea se identifican con la letra E seguida de un número de 3 cifras.
  2. Los que se utilizan para dar un determinado color en el exterior de algunos alimentos y que no se suelen consumir. En la Unión Europea se identifican con la letra C, seguida de un número.

 

Aditivos que pueden contener trigo:

Almidones modificados: 1400, 1401a, 1402, 1403, 1404, 1405, 1410, 1412, 1414, 1420, 1.422, 1440, 1442, 1450, 1451. Los almidones abundan en los alimentos amiláceos (cereales y patata). El almidón más utilizado es el que se obtiene del maíz.

Polidextrosa E-1200.

E-306 Vitamina E. Son extractos de origen natural ricos en tocoferoles. Pueden ser de trigo, de arroz, de maíz o de soja.

 

Aditivos que contienen proteína de leche de vaca:

H-4511 caseinato cálcico

H-4512 caseinato sódico

H-4513 caseinato potásico

 

Aditivos que pueden contener proteína de leche de vaca:

E-101 Riboflavina o lactoflavina: Se utiliza como colorante. Actualmente casi siempre es de origen sintético.

E-270 Ácido láctico, E-325 Lactato sódico, E-326 Lactato potásico, E-327 Lactato cálcico: Tanto el ácido láctico como los lactatos se producen comercialmente a partir de la fermentación bacteriana del almidón y melazas, sin embargo, es posible que el cultivo para iniciar la producción de ácido láctico pueda contener leche.

E-966 Lactitol: Es un azúcar-alcohol sintético producido a partir de la lactosa que es un azúcar que contiene la leche de vaca. Aunque es bastante improbable que este aditivo contenga proteína de leche de vaca, el hecho de provenir de la lactosa hace que no se pueda descartar alguna posible contaminación.

E-472b Ésteres lácticos de los mono y diglicéridos de ácidos grasos, E-481 Estearoil-2-lactilat sódico, E-482 Estearoil-2-lactilat cálcico: Generalmente se producen a partir de grasas vegetales. Sin embargo, también pueden provenir de grasas animales por lo que en caso de provenir de grasas animales bovinos podrían contener proteína de leche de vaca.

 

Aditivos que contienen huevo:

E-161B Luteína, E-1105 Lisozima

 

Aditivos que pueden contener huevo:

E-101 Riboflavina: Se utiliza como colorante. Actualmente casi siempre es de origen sintético.

E-322 Lecitina: Actualmente casi siempre se obtiene de la soja, pero, en caso de duda se debe consultar al fabricante.

 

Aditivos que pueden contener pescado:

Potenciadores del sabor (E-626, E-627, E-628, E-629, E-630, E-631, E-632, E-633, E-634, E-635): Se obtienen a partir de levaduras o de extractos de carne o de peces.

Dra. Teresa Garriga Baraut

Umbrales de alérgenos y hábitos de compra de los consumidores con alergia alimentaria

Los pacientes  con alergia a alimentos y  sus  familiares presentan dificultades para encontrar alimentos seguros y confiar en que el etiquetado sea fiable . Por ello las asociaciones de pacientes Food Allergy Research & Education (FARE), Food Allergy Canada (anteriormente Anaphylaxis Canada) y otras, han liderado  el primer estudio para evaluar las diferencias de los consumidores con alergia a alimentos , en cuanto su percepción sobre los niveles umbral , así como en  el etiquetado. En esta encuesta han participado  casi 10000 personas , de  16 paísses , entre los que se encuentra España . Los resultados han sido presentados en le congreso de la EAACI en Viena , Austria,  en junio de este año.

 

Las frases que normalmente se utilizan en los etiquetados no se  entienden bien , la mayoría de los encuestados tuvieron problemas al leerlas , también les resultó difícil entender el significado del nivel umbral de alérgeno ( la cantidad más pequeña de un alérgeno alimentario capaz de provocar reacción ) . Los datos más relevantes fueron los siguientes :

  • Menos del 20 % de los participantes en 11 de los 16 países contestaron que estarían dispuestos a comprar alimentos que contengan su alérgeno si la cantidad no es capaz de causar una reacción alérgica.
  • Un promedio del 3 % del total de los participantes contestaron que comprarían un alimento que contuviera su alérgeno si este sólo pudiera causar una reacción leve.
  • Los consumidores parecían evaluar el riesgo basándose en el tipo de frase de la advertencia precautoria
  • Alrededor del 16 % de los participantes contestaron que comprarían alimentos con la advertencia “Puede contener alérgenos” (los encuestados de España fueron los de menor índice <6 %)
  • Al preguntar si comprarían un alimento etiquetado “Puede contener trazas del alérgeno”, la media ponderada de respuestas afirmativas fue ligeramente más alta , 25 %
  • Al preguntar si comprarían un alimento que etiquete “Elaborado en una fábrica/instalaciones donde también se procesa el alérgeno”, la media ponderada de respuestas afirmativas fue la más alta, 41%.
  • El cacahuete fue el alérgeno más común de los que se informó en 9 de 16 países.

Hay poca correlación entre la cantidad de alérgeno presente en un producto alimentario y el tipo de frase que se utiliza en el etiquetado . Existe mucha confusión  con las frases que se utilizan , por lo que los consumidores siguen asumiendo riesgos al comprar estos productos . Este estudio aboga por la inclusión de las asociaciones de consumidores  en la elaboración de las frases utilizadas en el etiquetado y los niveles umbral de alérgenos validados

Por lo tanto , es necesario más claridad y consistencia en el etiquetado , para evitar el riesgo al consumir estos alimentos , y cantidades de alimentos que puedan estar presentes por contaminación cruzada. Hasta entonces lo más recomendable es no consumir ningún producto que contenga o pueda contener  el alérgeno o trazas del mismo.

 

Dra. Mª Isabel Alvarado Izquierdo