Entradas para Profesionales
¿Qué es la quimioterapia?
La quimioterapia es un tipo de tratamiento farmacológico contra el cáncer y funciona destruyendo las células cancerosas o frenando su proliferación. Se trata de un tratamiento sistémico, ya que, una vez administrada, circula a través del torrente sanguíneo pudiendo alcanzar casi cualquier parte del cuerpo. Existen más de 100 quimioterápicos diferentes, como las antraciclinas (doxorubicina, epirubicina), las sales de platino (oxaliplatino, carboplatino, cisplatino) o los taxanos (paclitaxel, docetaxel), entre otras. En función del tipo de cáncer, del grado de extensión y del estado de salud general en el que se encuentre, su oncólogo prescribirá una quimioterapia u otra, sola o en combinación con otros tratamientos.
¿Por qué la quimioterapia causa efectos secundarios?
La quimioterapia no solamente ataca a células cancerosas, sino que también actúa sobre células de tejidos sanos, especialmente aquellos que estén continuamente produciendo células nuevas, por ejemplo, la médula ósea, las mucosas del tracto digestivo o respiratorio, la piel, el cabello, o las uñas. Esto puede conllevar a la aparición de efectos secundarios, como la disminución del nivel de glóbulos rojos y blancos o de las plaquetas en la sangre, vómitos, diarreas, erupciones en la piel, pérdida del cabello, cansancio, mareo, o debilidad. Cada quimioterapia tiene un perfil de efectos secundarios propio, y la mayoría de estos estarán relacionados con su mecanismo de acción y la dosis prescrita. La mayoría de estos efectos secundarios aparecen durante los días posteriores a la administración del ciclo, son temporales y mejoran con el reajuste de la dosis o añadiendo medicación para aliviar los síntomas.
¿Qué es la alergia a la quimioterapia?
La alergia a la quimioterapia es una reacción adversa poco frecuente y está causada por una respuesta inusual del sistema inmunitario frente al fármaco. La mayoría de las reacciones alérgicas a la quimioterapia aparecen inmediatamente o durante la administración al fármaco, y normalmente, aunque no siempre, se acompañan de síntomas en la piel como picor, enrojecimiento o erupciones. En ocasiones, pueden producirse reacciones alérgicas graves, como la anafilaxia, esto es, una reacción de inicio brusco y con síntomas generalizados como la dificultad respiratoria o la hipotensión, pudiendo evolucionar rápidamente a cuadros más graves.
¿Todas las reacciones adversas a la quimioterapia son por alergia?
No, como cualquier medicamento, la quimioterapia puede producir reacciones adversas con síntomas similares a los de una alergia, pero no todas se producen por una respuesta del sistema inmunitario y se deben a otro motivo, por ejemplo, un efecto secundario al propio mecanismo del fármaco.
¿Qué ocurre si tengo alergia a la quimioterapia?
La re-exposición a la quimioterapia en un paciente que se ha vuelto alérgico puede ser potencialmente grave. Por este motivo es importante que los pacientes que han presentado una reacción a su quimioterapia sean estudiados por un especialista en alergología antes de continuar con el tratamiento, para poder confirmar o descartar el origen alérgico de la reacción. En caso de que se confirme la alergia, la desensibilización es un procedimiento que permite que un paciente alérgico a la quimioterapia continúe recibiéndola de forma segura a pesar de su alergia. Este procedimiento no está exento de riesgos y debe realizarse siempre en manos de personal experto, con recursos apropiados y en un entorno preparado.
En resumen, la quimioterapia puede desencadenar distintos efectos secundarios, siendo la alergia a la quimioterapia una reacción poco común pero potencialmente grave. Sin embargo, no todas las reacciones adversas a la quimioterapia son causadas por alergia, ya que pueden deberse a otros factores, como los efectos secundarios propios del fármaco. La identificación precoz de las reacciones alérgicas y el diagnóstico preciso son esenciales para poder elegir la mejor estrategia de tratamiento y garantizar la seguridad de los pacientes.
Paula Vázquez Revuelta
Facultativa Especialista – Servei d’Al·lergologia | Hospital Universitari Bellvitge
La penicilina pertenece al grupo de los antibióticos betalactámicos y es uno de los grupos de antibióticos más utilizados a nivel mundial. En la práctica clínica, la sospecha de alergia a los antibióticos betalactámicos (amoxicilina y penicilina principalmente), es una de las consultas más frecuentes relacionadas con la alergia a medicamentos en las unidades de alergia.
Hasta la fecha, según estudios previos, no existe clara evidencia de que un familiar de un paciente con alergia confirmada a penicilina o a otros antibióticos betalactámicos tenga más riesgo de presentar una reacción que la población general. No existe ninguna prueba alergológica que pueda predecir si dicho paciente va a presentar una reacción alérgica ante la administración de penicilina; por tanto, no está indicado realizarle ningún estudio alergológico a penicilina ni a otros antibióticos betalactámicos.
Un familiar de un paciente con alergia a penicilina y a otros antibióticos betalactámicos, no precisa ninguna precaución adicional con respecto a la administración de antibióticos betalactámicos. No debe ser privado de la administración de dichos antibióticos en caso que los precise ya que pueden ser esenciales para el tratamiento de su proceso infeccioso.
Se debe realizar un estudio alergológico en aquellos pacientes que consulten porque hayan presentado una reacción alérgica a penicilina o a otros antibióticos betalactámicos. Dichos pacientes requerirán de una evaluación alergológica a través de una historia clínica detallada y, posteriormente, se programarán las pruebas alergológicas pertinentes (pruebas cutáneas, pruebas de administración controlada y pruebas de laboratorio) para llegar a su diagnóstico. Entre el 70% y el 90% de los pacientes con sospecha de alergia a antibióticos betalactámicos no son verdaderamente alérgicos.
Pilar Berges Gimeno
Hospital Ramón y Cajal
Bibliografía
1. Ojeda P, Sastre J, Olaguibel JM, Chivato T. Alergologica 2015: A National Survey on Allergic Diseases in the Adult Spanish Population. J Investig Allergol Clin Immunol. 2018;28(3):151- 64
2. Castells M, Khan DA, Phillips EJ. Penicillin Allergy.N Engl J Med. 2019 Dec 12;381(24):2338-2351. doi: 10.1056/NEJMra1807761
3. Faitelson Y, Boaz M, Dalal I. Asthma, family history of drug allergy, and age predict amoxicillin allergy in children. J Allergy Clin Im- munol Pract 2018; 6:1363–7.
4. Paño-Pardo JR, Moreno Rodilla E, Cobo Sacristan S, Cubero Saldaña JL, Periañez Párraga L, Del Pozo León JL, Retamar-Gentil P, Rodríguez Oviedo A, Torres Jaén MJ, Vidal-Cortes P, Colás Sanz C. Management of Patients with Suspected or Confirmed Antibiotic Allergy: Executive Summary of Guidelines from the Spanish Society of Infectious Diseases and Clinical Microbiology (SEIMC), the Spanish Society of Allergy and Clinical Immunology (SEAIC), the Spanish Society of Hospital Pharmacy (SEFH) and the Spanish Society of Intensive Medicine and Coronary Care Units (SEMICYUC). J Investig AllergolClin Immunol 2023 Apr 18;33(2): 95-101.doi: 10.18176/jiaci.0859.
5. Romano A, Atanaskovic-Markovic M, Barbaud A, Bircher AJ, Brockow K, Caubet JC, et al. Towards a more precise diagnosis of hypersensitivity to betalactams – an EAACI position paper. Allergy. 2019 Nov;10.1111/all.14122.
6. Bourke J., Pavlos R., James I., Phillips E.: Improving the effectiveness of penicillin allergy de-labeling. J Allergy Clin Immunol Pract 2015; 3: 365-334.e1
7. Torres MJ, Adkinson NF, Caubet JC, Khan DA, Kidon MI, Mendelson L, et al. Controversies in Drug Allergy: Beta-Lactam Hypersensitivity Testing. J Allergy Clin Immunol Pract. 2019 Jan;7(1):40-5
8. Stone C.A., Jr., Trubiano J., Coleman D.T., Rukasin C.R.F., Phillips E.J. The challenge of de-labeling penicillin allergy. Allergy. 2020;75:273–288.
Según los expertos de la OMS la adolescencia comprende un periodo de edad que va desde los 10-11 hasta los 19 años, aunque algunos autores hablan de adolescencia inicial (10-14 años), adolescencia media (15-17 años) y adolescencia tardía (18-21 años).
El asma es una de las enfermedades crónicas más prevalentes en el adolescente y los sanitarios somos conscientes de que en estas edades cambia el modo de afrontar la enfermedad, especialmente si se trata de una enfermedad crónica. Actitudes de negación o de culpabilidad, complican el abordaje del problema por parte del profesional, cambian sentimientos y actitudes de nuestro paciente y lo que hasta ese momento era responsabilidad de los padres o cuidadores pasa a serlo del propio enfermo, que debe ir asumiendo paulatinamente sus propios compromisos ante la enfermedad.
Para el adolescente con asma la ansiedad y depresión son desencadenantes que favorecen peor control de los síntomas y pueden influir decisivamente en su calidad de vida. La visión del adolescente con asma dificulta en la relación con el grupo de amigos, siente vergüenza.
Conocer al paciente adolescente
¿A qué se dedica, estudia, cuáles son sus aficiones?
¿Qué sabe sobre su enfermedad?
¿Cómo controla el asma?
Intervención enfermera educadora:
Tratamos los objetivos más importantes para el adolescente con asma:
Realizamos un plan estructurado con citas que el paciente pueda acudir y de ese modo se pueda repasar sus inquietudes e intentar llegar a acuerdos asumibles y siempre teniendo presente su tratamiento terapéutico.
Conclusiones:
¿Alguna vez has necesitado un documento para tus pacientes que recogiera información imprescindible sobre la inmunoterapia sublingual o subcutánea?
El Comité de Inmunoterapia de la SEAIC pone a disposición de los profesionales la “Cartilla de Seguimiento de Inmunoterapia Sublingual” para su descarga.
Es un documento escrito en donde se recogen las condiciones de conservación de la inmunoterapia en domicilio, describe la forma correcta de aplicar la inmunoterapia, detallas las circunstancias por las que se debería suspender la inmunoterapia sublingual, cómo y cuándo retomarla, proporciona información de las reacciones adversas asociadas a su uso y esquemas sobre la actuación en caso de presentar una reacción adversa. Además ofrece un calendario para registro de administración de las dosis y otro apartado para registrar las reacciones adversas en caso de sufrirlas.
La puedes descargar en el siguiente link: https://www.seaic.org/profesionales/material-de-utilidad-clinica/cartilla-seguimiento-inmunoterapia-sublingual.html
¿Necesitas uno así para tus pacientes con inmunoterapia subcutánea?
El Comité de Inmunoterapia de la SEAIC también ofrece a los profesionales la “Cartilla de Seguimiento de Inmunoterapia Subcutánea” para su descarga.
Es un documento escrito en donde se recogen las indicaciones para la administración de la inmunoterapia subcutánea para otros profesionales de la salud, información acerca de las reacciones adversas, la clasificación de las reacciones adversas, cómo actuar ante estas según el grado de reacción y cómo modificar la dosis siguiente.
A los pacientes les ofrece indicaciones de conservación de la inmunoterapia en domicilio, información tras la administración de la dosis de inmunoterapia, un calendario para registro de administración de las dosis y otro apartado para registrar las reacciones adversas en caso de sufrirlas.
La puedes descargar en el siguiente link: https://www.seaic.org/profesionales/material-de-utilidad-clinica/cartilla-seguimiento-inmunoterapia-subcutanea.html
Aprovechamos para agradecer a Inmunotek por su ayuda en la maquetación de las cartillas de seguimiento de inmunoterapia.
Desde el Comité de Alergia a Alimentos y el Comité de Anafilaxia hemos creado esta Infografía acerca de la Alergia a Alimentos y los Cofactores que pueden incrementar el riesgo de sufrir una reacción alérgica.
Esperamos que os sea de utilidad:
La realización del estudio de alergia en el paciente con asma tiene como objetivo conocer el alérgeno (sustancia que desencadena la alergia) que pueda estar siendo responsable de los síntomas (tos, ahogo, dolor torácico y “pitos”) que presenta el paciente, o que puedan desencadenar las crisis (1).
En la actualidad las normas de evitación, el tratamiento con fármacos y la educación sanitaria, se consideran los pilares fundamentales para evitar que el paciente con asma presente una crisis (2,3).
– Tratamiento farmacológico del asma
Los fármacos para tratar el asma podemos clasificarlos como fármacos de control o mantenimiento, y fármacos de alivio, también llamados “de rescate”. Los medicamentos de control o mantenimiento deben administrarse de forma continua durante periodos prolongados de tiempo y los medicamentos de rescate se utilizan a demanda para tratar de forma rápida una crisis de asma (2).
– Tratamiento no farmacológico del asma
Por otro lado, conocer los factores que pueden desencadenar los síntomas constituye una parte importante del tratamiento no farmacológico del paciente con asma. El no conocer estos desencadenantes puede convertirse en un factor que facilite la aparición de una crisis.
Además, la educación del paciente asmático debe considerarse como un elemento básico del tratamiento, ya que reduce el riesgo de padecer una crisis y aumenta la calidad de vida del paciente.
Se denominan factores desencadenantes, aquellos factores que presentan capacidad de provocar síntomas o crisis de asma y pueden ser múltiples y diversos.
Es muy importante que el paciente pueda identificarlos y establecer las medidas adecuadas para su evitación.
En el asma alérgica, una vez que se ha identificado el alérgeno o los alérgenos causantes de los síntomas de asma, se deben realizar una serie de recomendaciones para evitarlos.
Los alérgenos que se encuentran en el ambiente o aeroalérgenos son responsables tanto de desencadenar síntomas de asma como la crisis.
Entre las medidas de evitación de los aeroalérgenos más frecuentes y relevantes encontramos:
I. Ácaros
Los ácaros son artrópodos de muy pequeño tamaño, no visibles a simple vista. Los ácaros, por estar muy presentes en el espacio doméstico, son una causa importante de alergia y la segunda causa de asma. Ambientes cálidos y húmedos van a ser los hábitats perfectos donde más crezcan. Los podemos encontrar principalmente en colchones, edredones, almohadas, moquetas y alfombras.
Recomendaciones de evitación:
II. Epitelios de animales
Los animales de pelo son una importante fuente de alergia respiratoria, los que más los gatos, seguido de los perros y caballos, aunque también los conejos, hámster y vaca entre otros.
La retirada de la mascota del ambiente que rodea al paciente constituye el tratamiento de elección en el caso de pacientes alérgicos a epitelio de las mismas, ya que se trata de una medida muy efectiva.
En caso de NO seguir ese consejo será preciso:
III. Pólenes
En primer lugar, es preciso conocer a qué polen es alérgico el paciente y conocer la época de polinización. En la actualidad podemos encontrar distintas aplicaciones (apps) que nos ayudan a conocer los niveles de polinización ambiental. (https://www.polenes.com/es/home)
Debemos saber que los granos de polen pueden ser diseminados por insectos, viento o ambos y en la época de polinización, pueden desplazarse a kilómetros de distancia.
En días de viento, secos y soleados hay más polen en el ambiente, por el contrario, en días húmedos o de lluvia la presencia de polen disminuye.
Recomendaciones:
IV. Hongos
Los hongos están muy extendidos en la naturaleza y es muy difícil evitarlos por completo.
Cuando hablamos de alergia a los hongos, nos referimos a alergia a la humedad o al moho.
Crecen en el exterior, en lugares con vegetación (tierra, troncos, plantas, restos de hojas), donde se acumula suciedad o desperdicios, pero también en las casas y recintos cerrados (sótanos, trasteros, bodegas). Las piscinas cubiertas son una importante fuente de exposición a esporas de hongos
Abundan especialmente en condiciones de humedad, oscuridad y viento.
Recomendaciones:
Por último, y no por ello menos importante, siempre que tenga una duda, diríjase y pregunte a su alergólogo o a su enfermera del Servicio de Alergia.
Bibliografía
ALFA TRIPTASEMIA HEREDITARIA (HaT), UNA ENTIDAD EMERGENTE EN ANAFILAXIA.
La alfa triptasemia hereditaria es un rasgo genético que ha supuesto un nuevo biomarcador a tener en cuenta, sobre todo entre los pacientes que tienen anafilaxia.
Sin embargo, su diagnóstico está limitado a algunos centros especializados y sus implicaciones clínicas continuan en exploración.
La actividad tripsina-like se describió por primera vez en mastocitos (MC) en 1960 empleando técnicas histoenzimáticas.(1) Posteriormente, en 1981, se demostró esta misma actividad en los MC humanos de tejido pulmonar,(2) se aisló la enzima con una pureza en torno al 90% y se denominó triptasa (EC 3.4.21.59). La triptasa es producida y almacenada principalmente por los MC, y en una mínima cantidad por los basófilos.(3)
Las protriptasas (α y β) son enzimáticamente inactivas y se liberan de forma constitutiva al plasma, constituyen lo que se determina como triptasa sérica basal (sBT). Tras un proceso de maduración, se producen las triptasas maduras (tetrámeros enzimáticamente activos que forman complejos con la heparina), que se acumulan en los gránulos de los MC. Los tetrámeros activos de β-triptasa y α/β triptasa, se liberan al medio extacelular tras la desgranulación secundaria a la activación mastocitaria, y su determinación resulta de gran utilidad en el diagnóstico de anafilaxia.(4)
Los tetrámeros de β-triptasa madura se comportan como serín proteasas, que actuando sobre el complemento, algunas citoquinas, el fibrinógeno, el cininógeno, prostromelisina y los receptores activados por proteasas (PAR), pueden inducir los siguientes efectos: la proliferación de fibroblastos y músculo liso, la degradación de la matriz extracelular, el reclutamiento de eosinófilos y neutrófilos, la estimulación de células nerviosas y epiteliales, la angiogénesis y la fibrinogenolisis.(5) Sin embargo, los tetrámeros de α-triptasa madura son inactivos.(5,6)
Los heterotetrámeros de α/β triptasa madura, también tienen actividad peptidolítica, siendo su diana los PAR2 presentes en células endoteliales e induciendo extravasación in vitro; y los EMR2 (like module–containing mucin-like hormone receptor-like 2) receptores (proteínas G mecanosensitivas) presentes en la superficie de los MC. La unión de los heterotetrámeros de triptasa madura a este receptor inducen la escisión de la subunidad α del EMR2, y desencadenan la desgranulación mastocitaria(5), mecanismo que se ha relacionado con la urticaria vibratoria.(7) El incremento del número de copias de α-triptasa aumenta la proporción de heterotetrámeros frente a los homotetrámeros llevando a una sobre activación de estos receptores.(8)
La técnica comercial actualmente disponible para la detección de triptasa (ThermoFisher Scientific) es un inmunoensayo que utiliza dos anticuerpos anti-triptasa (el B12 que se emplea para la captura y el G4 para el revelado) siendo el límite inferior de detección de la técnica de 0,5 ng/mL. Esta técnica cuantifica la triptasa total sin distinguir entre formas maduras o precursores, ni isoformas α y β en los fluidos biológicos. El punto de corte establecido para los valores séricos basales de triptasa (sBT) en sujetos sanos es de 11.4 ng/mL.(4)
La triptasa en humanos se codifica por 4 genes parálogos TPSG1 (alelos γ), TPSB2 (alelos β2 y β3), TPSAB1 (alelos α y β1), y TPSD1 (alelos δ) localizados en el cromosoma 16p13.3. Presenta diferentes isoformas: α-triptasa, β-triptasa, δ-triptasa y γ-triptasa. El genotipo normal para α y β triptasa contiene 4 copias de los genes, incluyendo estas variaciones 0α:4β, 1α:3β y 2α:2β.(4,9)
También se han descrito variaciones en el número de copias que codifican la β-triptasa, sobre todo en algunos grupos raciales, pero estas variaciones no se asocian con elevaciones de la sBT en las familias. Mientras que, los valores elevados de sBT heredados con patrón dominante en una familia, se asocian con un alelo portador de un gen TPSAB1 que codifica α-triptasa, y se trata de HαT incluso aunque se detecten copias extra de β-triptasa. (4) (Figura 1).
La alfa triptasemia hereditaria (HaT) fue descrita en 2016.(10) Se caracteriza por presentar un número aumentado de copias del gen TPSAB1 que codifica la α-triptasa, tiene un patrón autosómico dominante, se ha descrito en el 4-7% de donantes sanos,(4,6) y asocia un leve predominio entre el género femenino.(11) Los pacientes con HαT suelen tener cifras basales de triptasa (sBT) >11.4 ng/mL; aunque existen casos con valores normales de triptasa (raramente <8 ng/mL). Se recomienda realizar el estudio de HaT en aquellos individuos con sBT >8 ng/mL;(12–14) este punto de corte ha demostrado una sensibilidad del 94% y una especificidad del 100% para detectar copias extra del gen TPSAB1.(12)
Se ha detectado una relación entre el número de copias extra del alelo α del gen TPSAB1 (hasta 4 copias extra) y los niveles de sBT, en familias con HαT+. Parece seguir un patrón por el cual las duplicaciones implican unos niveles de sBT de 15 ± 5 ng/mL, las triplicaciones de 24 ± 6 ng/mL, y las cuadruplicaciones de 37 ± 14 ng/mL.(4)
Además, los valores elevados de sBT se pueden encontrar en otras patologías como las mastocitosis sistémicas (MS), neoplasias mieloides e insuficiencia renal.(7) También se ha publicado en varios estudios, la relación entre los niveles elevados de sBT con la prevalencia y la gravedad de anafilaxia, sin embargo, estos datos deben interpretarse con cautela ya que en muchos de ellos no se ha valorado la presencia concomitante de MC clonales ni de HαT+.(4) En cambio, sí que resulta clara la relación entre HαT+ y las anafilaxias graves desencadenadas por veneno de himenóptero, otras alergias IgE mediadas, así como la asociación con MS.(4)
Las PCR (reacción en cadena de la polimerasa) digital, es una tecnología de última generación que se emplea para la cuantificación de ADN de forma reproducible y sensible, y se recomienda para analizar la variación del número de copias. Para llevar a cabo las mediciones, la muestra se divide en particiones, de forma que en cada una de ellas haya cero, una o varias moléculas diana presentes en cada reacción individual. Cada partición es analizada después de un ciclado de PCR en punto final para detectar la presencia (reacción positiva) o ausencia (reacción negativa) de una señal de fluorescencia. Finalmente, se calcula el número absoluto de moléculas presentes en la muestra, sin que los resultados dependan de una curva estándar, de este modo se reduce el error y se incrementa la precisión.(15) Existen en el mercado dos tipos de PCR digital: “Dropled digital PCR (ddPCR)” y “arraybased PCR”. La diferencia principal entre los dos modelos se debe a la estrategia diseñada para la división de la muestra: mediante la formación de gotas tipo emulsión, o mediante el uso de chips compuestos por micropocillos.(16)
Esta técnica detecta las secuencias α y β en los locus de TPSAB1 y TPSB2, a partir de DNA genómico (gDNA) se puede extraer tanto de sangre periférica como de MO.(6) Existe un KIT comercial para conseguir el DNA a partir de un “swab bucal”(17) y posteriormente proceder al estudio de las variaciones en el número de copias de TPSAB1; sin embargo, puede ocurrir que este método se encuentre limitado por problemas de daños y contaminación de las muestras.
La expresión clínica de HαT puede ser muy variable, desde sujetos asintomáticos (descrito en el 4% de donantes sanos de población española(6), y 1/3 de los portadores) hasta cuadros de anafilaxia grave.(11)
En una reciente revisión, se ha descrito que los síntomas que con mayor frecuencia presentan los pacientes con HαT incluyen: 1) síntomas neuropsiquiátricos (depresión 59%, alteraciones del sueño 69% y alteraciones de memoria 59-68%); 2) síntomas gastrointestinales (colon irritable 30%-60%, nauseas 51%, y reflujo 49%-77%); 3) síntomas secundarios a la liberación de mediadores mastocitarios (flushing 47%, prurito 69%, urticaria 37%, y anafilaxia 14-28%); 4) hiperlaxitud articular 28%; 5) disfunción del sistema autónomo 34% (hipotensión ortostática, palpitaciones, taquicardia, presincope, síncope), y 6) síntomas constitucionales (dolor crónico, astenia 85%).(18,19)
Algunos de los síntomas descritos, aunque se encuentren con una elevada prevalencia, son difíciles de validar como secundarios a HαT+.(18)
Además, los síntomas de HαT+, en muchas ocasiones se pueden superponer con lo que se producen por activación mastocitaria. En este sentido, hay que tener en cuenta que los fenotipos hasta ahora asociados a HαT+ son muy heterogéneos, y que la mayoría de los casos descritos provienen de centros monográficos en patología mastocitaria y/o síndromes genéticos, por lo que es probable la existencia de sesgos en los datos obtenidos a partir de estas poblaciones.(4)
Sí que ha sido validado que los individuos con HαT+ tienen una mayor prevalencia de reacciones de hipersensibilidad inmediata sistémicas. (18)
4.1 HαT Y ANAFILAXIA
La elevación aguda de triptasa es un biomarcador de anafilaxia. El aumento de los valores de sBT triptasa en un 20 % + 2 ng/ml sobre el valor basal de cada individuo en el periodo comprendido entre 1-4 horas desde el inicio del cuadro agudo, es el criterio para confirmar activación mastocitaria y anafilaxia.(20) Esta fórmula tiene una elevada sensibilidad y es útil para identificar anafilaxia en los individuos con exposición parenteral al alérgeno.(21) Sin embargo, se encuentra limitada en algunas circunstancias como en la población pediátrica con alergia a alimentos, y pacientes con reacciones no IgE mediadas. Además, la variabilidad de los niveles de sBT en cada individuo a lo largo del tiempo no está bien estudiada.(22)
Por otra parte, diferentes estudios han identificado los niveles de sBT como un biomarcador asociado con el aumento en la prevalencia y la gravedad de la anafilaxia tras picaduras de insectos (sobre todo himenópteros),(4) y en alergia alimentaria infantil.(23)
HαT+ es el primer modificador genético hereditario descrito para la anafilaxia, que se asocia con un incremento en el riesgo para reacciones alérgicas graves al veneno de himenóptero con un riesgo relativo=2; así como un incremento del riesgo para la anafilaxia idiopática grave(12) y la anafilaxia grave desencadenada por alimentos en niños.(24)
Se ha estimado una prevalencia de HαT+ ≥8.5% en los pacientes con anafilaxia por veneno de himenóptero (HVA) en los que se ha descartado una patología mastocitaria clonal. Además, HαT+ no parece influir en la frecuencia de sensibilización al veneno de himenóptero, sólo influye en la gravedad de la reacción entre los individuos sensibilizados.(25)
También se ha descrito una mayor prevalencia de HαT+ en la anafilaxia idiopática (17%)(25) y en la anafilaxia desencadenada por alimentos en población infantil.(24)
4.2 HαT Y PATOLOGÍA MASTOCITARIA.
HαT+ está asociado a la presencia de patología mastocitaria clonal, encontrándose entre el 12-21% de los pacientes con síndrome de activación mastocitaria clonal (cSAM) y/o MS, sobre todo con formas no avanzadas de la enfermedad -MS indolentes (MSI) y MS quiescentes-.(11)
Un estudio realizado en población adulta española, ha descrito la prevalencia de HαT+ en el 29% de SAM no clonales (ncSAM) y el 18% de las mastocitosis. Entre los casos con mastocitosis, la detección de HαT+ es significativamente más frecuente (21% vs. 10%) entre los casos con la mutación D816V de KIT restringida a mastocitos vs. los casos con la mutación D816V de KIT multilineal. Además, entre los pacientes con mastocitosis, su cuadro clínico debutó con anafilaxia en el 76% vs. 65% (p = 0.18) de los HαT+ vs. HαT–.(6)
El mecanismo subyacente entre ambas entidades no es conocido, pero se ha planteado la hipótesis de que pudiera ser secundario al efecto de mitógeno del exceso de triptasa sobre el microambiente de la médula ósea (MO), promoviendo la selección de los clones aberrantes de MC.(11)
Los pacientes HαT+ con MS tienen una frecuencia de HVA del 30%, y una prevalencia de anafilaxia grave con síntomas cardiovasculares del 35.5%.(11) Así mismo, en población española se ha descrito que los pacientes con mastocitosis tienen una frecuencia de anafilaxia por alimentos del 15% en HαT+ vs. 5% en HαT– (p=0.013).(6)
Si se valora la patología mastocitaria global (clonal y no clonal), se ha descrito que la frecuencia de anafilaxia aumenta progresivamente desde los casos que no tienen alelos para α-triptasa (58%), los que tienen 1 alelo (65%), quienes tienen 2 alelos (72%) y aquellos que tienen ≥3 copias de este alelo (84%). En este estudio, también se describe, que si se analizan sólo los casos HαT+, la frecuencia de anafilaxia es mayor en los que tienen ≥3 copias vs. 2 copias de α-triptasa (82% vs. 61%; p=.017).(6)
Actualmente, para controlar los síntomas que habitualmente presentan los pacientes HAT+, se recomienda emplear el tratamiento antimediador que se suele emplear en la patología mastocitaria.(4) Se ha empleado con éxito el Omalizumab en casos plurisintomáticos complejos, consiguiendo la resolución de la urticaria y de la anafilaxia en el 94% de los pacientes.(13)
MTPS9579A, es un anticuerpo monoclonal humanizado IgG4 anti-triptasa, que inhibe selectivamente la actividad de la triptasa al disociar los tetrámeros activos en monómeros. Este anticuerpo anti-triptasa reduce la gravedad de la anafilaxia IgE mediada en un modelo murino humanizado.(26) Además, se ha desarrollado un modelo farmacocinético/farmacodinámico (PK/PD) para elegir la dosis de anticuerpo anti-triptasa MTPS9579A en pacientes con asma moderado-grave que permite predecir el nivel de exposición y de supresión de la triptasa en los tejidos diana.(27)
Otros estudios, describen anticuerpos monoclonales dirigidos a los receptores inhibidores de los mastocitos, como Siglec-8 (sialic acid-binding immunoglobulin-like lectin 8) [Lirentelimab/AK002], Siglec-6 [AK006], y CD200R [LY3454738].(28)
La eficacia y seguridad de Lirentelimab ha sido evaluado en ensayos clínicos con diferentes patologías en las que participan los mastocitos (incluyendo MSI, urticaria crónica espontanea, dermografismo sintomático, y conjuntivitis alérgica); en todos ellos los pacientes refieren mejoría se los síntomas.(28)
LY3454738 no demostró superioridad frente a placebo en un estudio fase II de urticaria crónica, por lo que esta línea de investigación se ha cerrado. Sin embargo, está pendiente de publicarse sus resultados en un estudio fase I en dermatitis atópica.(28)
AK006 inhibe la anafilaxia IgE mediada en modelos murinos.(28)
Todos estos anticuerpos, podrían abrir líneas de tratamiento de la anafilaxia y de los síntomas de HαT+ en el futuro.
FIGURAS.
Figura. Genotipos de triptasa codificados por TPSAB1 y TPSB2. (18)
BIBLIOGRAFÍA
¿Cuáles son las diferencias entre estos dos términos?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define una Reacción Adversa a un Medicamento (RAM) como “cualquier manifestación clínica de laboratorio no deseada que ocurre después de la administración de uno o más medicamentos”.1 Es un EFECTO INDESEADO de un fármaco a dosis terapéuticas. Ej.: paciente con tratamiento antihipertensivo, siente mareo o aturdimiento si el fármaco disminuye demasiado la tensión arterial. Según el Manual MSD las reacciones adversas a un medicamento pueden ser de tres tipos:2
Por otro lado, un efecto secundario según la OMS es “efecto que no surge como consecuencia de la acción farmacológica primaria de un medicamento, sino que constituye una consecuencia eventual de esta acción”.4 Es el resultado NO DESEADO, no es una parte esencial de su acción terapéutica. PUNTUAL. Ej.: la diarrea asociada con la alteración de la flora bacteriana, producto de un tratamiento antibiótico.2
La FDA aprueba el uso de Omalizumab en pacientes con múltiples alergias alimentarias
La alergia a alimentaria es un problema que se estima que afecta a 1-5% de la población europea y al 8-10% de la población estadounidense. La evitación del alimento es la medida terapéutica más generalizada y en muchas ocasiones es el único tratamiento disponible. El abordaje de la alergia alimentaria a múltiples alimentos es complicado, ya que los pacientes deben ser estrechamente vigilados para evitar problemas nutricionales, y educar en el manejo de las reacciones, ya que la evitación puede resultar complicada, especialmente en alimentos muy ubicuos, y no estar exenta de reacciones por ingestas accidentales, por este motivo, en los últimos años se están implementando en la clínica múltiples abordajes para tratar la alergia a diferentes alimentos de forma específica, como puede ser la inmunoterapia oral con alimentos (ej. huevo, leche) o la inmunoterapia sublingual al melocotón.
Recientemente, se han publicado los datos de un ensayo clínico realizado en Estados Unidos (OUtMATCH) en pacientes desde el año de edad con alergia a cacahuete y al menos dos alimentos adicionales (anacardo, leche, huevo, nuez, trigo y avellana) en los que se ha observado que el tratamiento con el anticuerpo bloqueante de la IgE Omalizumab, empleando en otras enfermedades alérgicas desde hace años, es capaz de aumentar la cantidad de alimento tolerada siguiendo una dieta de evitación del alimento. Este estudio sugiere que el tratamiento con Omalizumab podría proteger a los pacientes de ingestas accidentales frente a la sola evitación del alimento, aunque esta pregunta se pretende resolver en otra fase de este mismo estudio, siguiendo de forma más prolongada a estos pacientes tratados. Además, este ensayo clínico está evaluando el efecto del uso de Omalizumab como posible facilitador del tratamiento de inmunoterapia oral con alimentos.
Actualmente en nuestro país, en pacientes con múltiples alergias alimentarias o con alergias graves que realizan inmunoterapia oral con alimentos, se está empleando Omalizumab, pero fuera de indicación de ficha técnica. Gracias a los resultados de esta primera fase del estudio OUtMATCH, la FDA ha aprobado e uso de Omalizumab en pacientes con alergia alimentarias múltiples.
Seguiremos de cerca los resultados de las siguientes fases de este estudio, así como la respuesta de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) a las mismas.
Bibliografía:
Wood RA, Togias A, Sicherer SH, Shreffler WG, Kim EH, Jones SM, Leung DYM, Vickery BP, Bird JA, Spergel JM, Iqbal A, Olsson J, Ligueros-Saylan M, Uddin A, Calatroni A, Huckabee CM, Rogers NH, Yovetich N, Dantzer J, Mudd K, Wang J, Groetch M, Pyle D, Keet CA, Kulis M, Sindher SB, Long A, Scurlock AM, Lanser BJ, Lee T, Parrish C, Brown-Whitehorn T, Spergel AKR, Veri M, Hamrah SD, Brittain E, Poyser J, Wheatley LM, Chinthrajah RS. Omalizumab for the Treatment of Multiple Food Allergies. N Engl J Med. 2024 Feb 25. doi: 10.1056/NEJMoa2312382. Epub ahead of print. PMID: 38407394.
Wood RA, Chinthrajah RS, Rudman Spergel AK, Babineau DC, Sicherer SH, Kim EH, Shreffler WG, Jones SM, Leung DYM, Vickery BP, Bird JA, Spergel JM, Kulis M, Iqbal A, Kaufman D, Umetsu DT, Ligueros-Saylan M, Uddin A, Fogel RB, Lussier S, Mudd K, Poyser J, MacPhee M, Veri M, Davidson W, Hamrah S, Long A, Togias A; OUtMATCH study team. Protocol design and synopsis: Omalizumab as Monotherapy and as Adjunct Therapy to Multiallergen OIT in Children and Adults with Food Allergy (OUtMATCH). J Allergy Clin Immunol Glob. 2022 Jul 21;1(4):225-232. doi: 10.1016/j.jacig.2022.05.006. PMID: 37779534; PMCID: PMC10509974.
¿Qué es la esofagitis eosinofílica (EoE)?
– Es una enfermedad inflamatoria del esófago de carácter crónico, mediada por mecanismos inmunológicos, que se caracteriza por la presencia de infiltración de eosinófilos en mucosa esofágica. Se puede observar eosinofilia en sangre periférica entre aproximadamente el 10 y el 50% de los casos.
– En la actualidad, es la segunda causa de esofagitis crónica tras la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) y la principal causa de disfagia e impactación de alimentos en niños y adultos jóvenes
– Fue descrita en los años 90, actualmente con un aumento dramático en la prevalencia hasta afectar al menos a un habitante por cada 2.000 en Europa y Norteamérica.
– Es más frecuente en varones y puede manifestarse a cualquier edad
– En la mayoría de los casos, la inflamación esofágica está desencadenada por alimentos, aunque es posible que también influyan factores ambientales. Los alimentos más frecuentes implicados son: leche de vaca, gluten y huevo.
– Puede ser causada por mecanismos de sensibilización alimentaria mediados por inmunoglobulina E (IgE), no mediados por IgE o mixtos.
– Un problema importante es la falta de correlación entre la intensidad de los síntomas y la inflamación del tejido ya que actualmente el único método diagnóstico y de seguimiento es la gastroscopia con toma de biopsias.
¿Cuándo se debe sospechar una esofagitis eosinofílica?
• Ingiere muchos líquidos con las comidas para lubricar los alimentos
• Modifica la comida (cortarla en pequeños trozos)
• Tiempos de comida prolongados
• Evita alimentos de textura dura (pan, carnes)
• Mastica excesivamente
• Rechaza pastillas/comprimidos
• Dolor en el pecho
¿Cuáles son los síntomas?
– Depende de la edad:
• Preescolares: fallo de medro, rechazo del alimento, dolor abdominal, vómitos, trastornos del sueño, etc.
• Escolares, adolescentes y adultos: disfagia, impactación, odinofagia, regurgitación.
¿Cómo se diagnostica?
– Gastroscopia con toma de biopsias de esófago proximal y distal
El diagnóstico etiológico o causal se realiza:
– Pruebas cutáneas con batería extensa de alérgenos.
– Determinación de IgE específicas
– Dieta de evitación y valoración de la respuesta de la mucosa esofágica
¿Cuál es el tratamiento?
– Dieta de eliminación
– Inhibidores de la bomba de protones (IBP)
– Corticoides deglutidos
– En casos de estenosis o estrechamiento importante del esófago: Dilatación esofágica
– Terapias en trámites de aprobación en Europa: anti IL4 y IL13 (Dupilumab)
IMPORTANTE: La EoE no es una enfermedad mortal pero su carácter crónico y agresivo afectan la calidad de vida de los que la padecen y de sus familias. Recuerda consultar con tu alergólogo/a, si presentas síntomas descritos.
Bibliografía:
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2. Straumann A, Spichtin HP, Bernoulli R, Loosli J, Vögtlin J. Idiopathische, eosinophile Osophagitis: eine häufig verkannte Krankheit mit typischer Klinik und diskretem endoskopischem Bild [Idiopathic eosinophilic esophagitis: a frequently overlooked disease with typical clinical aspects and discrete endoscopic findings]. Schweiz Med Wochenschr. 1994 Aug 20;124(33):1419-29. German. PMID: 7939509.
3. Spergel JM, Beausoleil JL, Mascarenhas M, Liacouras CA. The use of skin prick tests and patch tests to identify causative foods in eosinophilic esophagitis. J Allergy Clin Immunol. 2002 Feb;109(2):363-8. doi: 10.1067/mai.2002.121458. PMID: 11842310.
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La alergia a la proteína de la leche de vaca es la alergia alimentaria más frecuente en niños, la mayoría llegan a tolerar la leche de vaca antes de los 5 años, pero si persiste se debe hacer una dieta de exclusión.
En los lactantes alérgicos a la leche se debe sustituir la fórmula adaptada normal por una fórmula especial, habitualmente fórmulas extensamente hidrolizadas de proteínas de leche. Las fórmulas de hidrolizado de arroz también pueden ser una alternativa válida. En lactantes que reciben leche materna, muy pocas veces en necesario que la madre excluya también los lácteos de su dieta.
Si la alergia persiste se debe hacer una dieta de evitación, pues la leche y los productos lácteos se encuentran formando parte de muchos alimentos como la nata, quesos, mantequilla, helados y yogures, pero pueden estar también ocultos en otros muchos alimentos.
Las palabras “no lácteos” en la etiqueta de un producto indica que no contiene mantequilla, crema ó leche. Sin embargo, pueden contener con frecuencia una proteína de la leche, el caseinato sódico.
Alimentos que NO deben consumir los niños alérgicos a la leche:
Lectura de etiquetas: asegúrese de evitar los alimentos que contienen alguno de los siguientes componentes:
Recomendamos consultar cualquier duda con su Alergólogo o Enfermera de tu Servicio de Alergia.
Presentamos en plan estratégico para la Comisión de Alergólogos Jóvenes y Médicos Internos Residentes en formación (CAJMIR) para el próximo periodo 2022-2024.
La comisión está conformada por un total de 130 miembros con Isabel Fernández de Alba como presidenta e Irene García como secretaria.
CAJMIR cuenta con 4 grupos grandes de trabajo, los cuales se dividen en:
– Estudiantes. Coordinadores: Miriam Sobrino, Beatriz Moya y Diana Betancor
– Residentes. Coordinadores: Paula Galván, Ana G. Mariño y Leticia Dominguez
– Salidas profesionales: Alberto García, Teresa Aramburu y Vanessa Chica
– Redes sociales, como grupo transversal a los 3 anteriores. Coordinadores: Ana Montoro y Alejandra Carrón
Este documento de consenso ha sido realizado en el seno de una Task Force de la EAACI en la que han participado expertos de diferentes países europeos en la evaluación de reacciones alérgicas a medicamentos (RAM) y en el test de activación de basófilos (TAB) en este tipo de reacciones. Este trabajo parte del desafío que hoy día representa la evaluación de este tipo de reacciones, específicamente las reacciones inmediatas (RAIM), debido a su complejidad y a la necesidad de un test in vitro de utilidad sobre todo en las reacciones graves.
Actualmente existe un consenso sobre la utilidad del TAB en la evaluación de RAIM, sin embargo, aunque se han publicado estudios sobre su uso para diferentes tipos de fármacos, los protocolos aún no están completamente estandarizados en términos de identificación celular y marcadores de activación, momento ideal de su realización, factores que influyen en la activación de los basófilos, así como las concentraciones y manejo de los fármacos. Todo ello hace que el uso de esta técnica no se haya trasladado aún a la práctica clínica de forma amplia.
En este trabajo se realizó en primer lugar una encuesta de opinión sobre el uso y utilidad del TAB en RAIM. A partir de los resultados de esta encuesta, sobre las necesidades que surgieron, el grupo de trabajo ha realizado este documento de consenso aportando una serie de recomendaciones de uso del TAB de forma específica a la alergia a fármacos.
La encuesta fue respondida por profesionales de 14 países la mayoría alergólogos de los cuales un 58% indicaron que usaban el TAB en su práctica clínica para evaluar RAIM tanto en adultos como en niños. Además, revelaron su uso preferente en las reacciones graves. Sin embargo, sólo el 34% de los participantes tenía acceso a TAB en su propio centro.
La conclusión de la encuesta realizada indica que el TAB es un ensayo de citometría de flujo que mide la expresión de marcadores de activación/desgranulación en basófilos sanguíneos antes y después de la incubación con fármaco/alérgeno que representa una alternativa más segura a la provocación con fármacos y en aquellos casos particulares, donde podría ser el único test diagnóstico disponible. Sin embargo, presenta una serie de limitaciones entre las que se encuentra: falta de disponibilidad de un citómetro de flujo y de personal con experiencia en el test. Además, se observa que no existen protocolos estandarizados que considere aspectos específicos como la naturaleza hapténica de los fármacos (compuestos de bajo peso molecular), el bajo nivel de IgE específica sérica o capacidad de inducción de la activación de basófilos que garanticen una correcta ejecución e interpretación de los resultados.
A partir de estos resultados, el grupo de expertos ha trabajado en diferentes aspectos que han de ser tenidos en cuenta a la hora de realizar el TAB en la evaluación de RAIM realizando una serie de recomendaciones basados en el nivel de evidencia:
Aunque existen evidencias de que TAB ofrece un valioso complemento de diagnóstico seguro para los pacientes con reacciones inmediatas a medicamentos, su posición en el algoritmo de diagnóstico varía mucho según la clase de fármaco estudiado y la población de pacientes (fenotipo, geografía, edad). Además, puede aportar un valor añadido en el conocimiento sobre el mecanismo inmunológico implicado y mejorar nuestra comprensión sobre las estrategias de desensibilización. La estandarización del TAB y su análisis es importante si queremos generalizar más allá del laboratorio individual.
Introducción:
El huevo es el alimento, por detrás de la leche, que produce más alergia alimentaria en menores de 5 años.
La importancia de esta alergia radica en la gran dependencia que la alimentación infantil tiene de los productos elaborados con él.
A los 4 o 5 años, una gran parte de los niños han alcanzado la tolerancia espontánea a este alimento, pero si no se consigue y la alergia persiste, se debe hacer una dieta exenta de huevo e incluso de todos los alimentos que lo contengan para evitar sintomatología leve o grave.
Las recomendaciones que podemos dar si su hijo es alérgico al huevo:
DIETA EXENTA DE HUEVO:
El Reglamento (UE) Nº1169/2011 que actualiza el campo de la legislación en materia de etiquetado, pretende garantizar la seguridad de la salud de aquellos consumidores que sufren alergias a algún alimento. Por ello obliga a las empresas a informar a los consumidores cuando cualquiera de sus platos o alimentos contenga alguno de los 14 alergenos a declarar.
Es obligatorio que en la lista de ingredientes de estos alimentos se indique explícitamente que contiene HUEVO en su composición, y que se destaque del resto de la lista de ingredientes (en mayúsculas y en negrita).
La información sobre los alergenos también deberá ser indicados en los alimentos no envasados que se vendan al consumidor final, tales como los servidos en cafeterías y restaurantes.
Si tienes más dudas, pregunta a tu Alergólogo o tu Enfermera del Servicio de Alergia.
El yodo es un oligoelemento y nutriente que se encuentra en forma natural en el cuerpo humano, que se obtiene de los alimentos y que es necesario para el correcto funcionamiento de la glándula tiroides y para la síntesis de las hormonas tiroideas.
Habitualmente se utiliza el término de “alergia al yodo” para agrupar a los pacientes que han presentado reacciones adversas en relación con fármacos que incluyen yodo en su estructura química. A este tipo de pacientes se les recomendaba evitar la utilización de todos ellos, en aras de una posible reactividad cruzada relacionada con la presencia del yodo.
Los dos principales grupos farmacológicos que incluyen este átomo son los contrastes yodados, administrados en los estudios radiológicos en los que se utilizan rayos X, como son el TAC y el cateterismo vascular y la povidona yodada (Betadine©), utilizado como antiséptico tópico.
Los contrastes yodados están formados por un anillo de benceno con 3 átomos yodados y una serie de cadenas laterales, diferentes en los diversos contrastes yodados. Cuando se produce una reacción de hipersensibilidad con los contrastes yodados, existe la idea errónea de que está relacionada con su contenido en yodo, cuando realmente la causa de dicha reacción es el reconocimiento alergénico de zonas del anillo de benceno, o bien, de la cadena lateral, pero no del yodo.
Por otro lado, el Betadine© está formado por un polímero de múltiples cadenas de vinilpirrolidona asociado a átomos de yodo. Tras su aplicación tópica se pueden producir reacciones locales, habitualmente por mecanismos irritativos, y con menor frecuencia, reacciones alérgicas de tipo tardío (dermatitis de contacto); y excepcionalmente, reacciones inmediatas como urticaria o anafilaxia. En cualquier caso, las reacciones alérgicas al Betadine© son inducidas por el reconocimiento de la molécula de povidona, y no del yodo.
En resumen, la alergia al yodo es un artificio sin base científica, basada en una inexistente reactividad cruzada entre moléculas yodadas. Por lo tanto, si un paciente está diagnosticado de alergia a contrastes yodados podría utilizar Betadine©, y viceversa, con el mismo riesgo de reacción que la población general.
Azahara López Raigada
¿QUÉ SON LOS MASTOCITOS?
Los mastocitos son las células del sistema inmune que se originan en la médula ósea y posteriormente se distribuyen a distintos órganos y tejidos como piel, tubo digestivo o tracto respiratorio. Cuando se encuentra activadas producen una liberación de los gránulos que tienen en su interior (degranulación), provocando diferentes síntomas que pueden afectar a la piel (urticaria, angioedema, prurito, etc), al sistema gastrointestinal (dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea), al sistema respiratorio (dificultad respiratoria o disnea, sibilancias, estridor, congestión nasal, tos, etc) o al sistema cardiovascular (hipotensión, taquicardia y en los casos más graves shock o parada cardiorrespiratoria).
¿QUÉ ES LA MASTOCITOSIS?
El término mastocitosis define un grupo heterogéneo de enfermedades poco frecuentes en las que la característica común a todas ellas es la expansión, proliferación y el acúmulo de mastocitos clonales en diferentes órganos y sistemas como la piel, médula ósea, bazo o tubo digestivo. Se produce como resultado de una mutación en una proteína de la membrada den los mastocitos que favorece la alteración de su función normal.
Se clasifican en diferentes categorías según la afectación exclusivamente cutánea o sistémica y a su vez según la infiltración tisular, siendo las más frecuentes la mastocitosis cutánea y la sistémica indolente, que tienen un pronóstico excelente.
– Mastocitosis cutánea:
o Mastocitosis máculopapular
o Mastocitosis cutánea difusa.
o Mastocitoma solitario.
– Mastocitosis Sistémica:
o Indolente (con o sin afectación cutánea).
o Bien diferenciada.
o Quiescente (“smouldering”).
o Asociada a neoplasia hematológica.
o Mastocitosis sistémica agresiva.
o Leucemia de mastocitos.
– Sarcoma de mastocitos.
¿CÓMO SE DIAGNOSTICA LA MASTOCITOSIS?
Una buena historia clínica y la sospecha ante síntomas de liberación de mediadores ha de hacernos sospechar el diagnóstico.
Pueden existir síntomas cutáneos (flushing facial, urticaria, prurito, angioedema), síntomas gastrointestinales (dolor abdominal, diarrea, vómitos, distensión abdominal), síntomas respiratorios (disnea, sibilancias, rinitis, tos), síntomas cardiovasculares (hipotensión, hipertensión, taquicardia, síncope, presíncope, dolor torácico), síntomas neurológicos y neuropsiquiátricos (cefalea, mareo, letargia, somnolencia, depresión, falta de atención, insomnio). Estos síntomas se pueden producir de forma espontánea o bien desencadenados por algunos factores como agentes físicos (calor, frío, roce o fricción en el caso de lesiones cutáneas, cambios de temperatura, duchas de agua caliente), factores emocionales (estrés, ansiedad, llanto intenso), fármacos (AINEs, opiáceos, relajantes musculares, anestésicos generales o locales, contrastes iodados), veneno de himenópteros (abejas, avispas), etc.
El diagnóstico de confirmación de la mastocitosis sistémica requiere la realización de una biopsia de médula ósea. En niños la forma más frecuente de afectación es la mastocitosis cutánea que afortunadamente tiene buen pronóstico y en la adolescencia la gran mayoría de pacientes dejan de tener lesiones y no presentan síntomas de degranulación de mastocitos. Por ello, no se realiza la biopsia de médula ósea salvo en casos excepcionales.
Una herramienta de screening muy útil para sospechar mastocitosis en aquellos pacientes que no tienen lesiones cutáneas es el score o sistema de puntuación propuesto por la Red Española de Mastocitosis (REMA) que cuenta con una gran sensibilidad y especificidad. Aquellos pacientes con un REMA score ≥2 tienen una alta sospecha de clonalidad y deberán realizarse dicho procedimiento para confirmar el diagnóstico. En el caso de los adultos con lesiones cutáneas compatibles, habrá que realizar la biopsia de médula ósea para confirmar o descartar afectación sistémica.
TRATAMIENTO
El tratamiento debe ser individualizado según la gravedad y frecuencia de los episodios de liberación, así como de la calidad de vida del paciente. Se basa en conocer y evitar los factores desencadenantes y en instaurar tratamiento antimediador preventivo y/o de los episodios agudos de anafilaxia. Para ello se pueden utilizar antihistamínicos antiH1, antihistamínicos antiH2, montelukast, cromoglicato disódico, corticoides sistémicos, AAS u omalizumab. Además, hay que prevenir el daño a largo plazo que puede producirse en algunos pacientes como resultado de la liberación crónica de mediadores como en el hueso produciendo osteoporosis.
Es fundamental informar a los pacientes y a sus familias sobre la enfermedad, así como del manejo en algunas situaciones consideradas de riesgo por la facilidad que se puede ocasionar para la liberación de los mediadores (cirugías, administración de vacunas, etc). Por ello el documento informativo de protocolos de actuación en situaciones de riesgo desarrollado por el Centro de Estudios de mastocitosis de Castilla La Mancha trata de prevenir episodios agudos en estas situaciones de riesgo con protocolos de prevención y premediación.
Cristina Morales
Médico Especialista en Alergología
Miembro del Comité de Alergia a Himenópteros
Cuantas veces nos han preguntado “¿Eres la enfermera/o de alergia? ¿La que pone las vacunas no?”.
Pues bien, es el momento de afirmar, que la administración de inmunoterapia (IT) subcutánea no solo consiste en el procedimiento de administración del alérgeno en dosis crecientes al paciente por vía subcutánea, sino que es un proceso donde se realiza previamente una valoración integral del paciente.
El paciente acude a nuestra consulta con la incertidumbre ante lo desconocido, a pesar de haber recibido información el día de la prescripción del tratamiento por el alergólogo/a, sobre el procedimiento y sus riesgos.
Es importante que nos presentemos, que conozca nuestro nombre, y le indiquemos que somos las enfermeras/os responsables de la administración del tratamiento. Es muy importante que el paciente se encuentre tranquilo.
Así mismo, procederemos a resolver aquellas dudas que pueda tener acerca de la inmunoterapia (IT) específica de alergia, además de informarle que este tratamiento consta de dos fases:
Respecto a la administración del tratamiento, como responsables de su administración, deberemos comprobar siempre:
Procederemos a realizar la valoración de enfermería, recogiendo información sobre su estado de salud:
A continuación procederemos a la toma de constantes vitales (tensión arterial, frecuencia cardiaca, saturación de oxígeno y temperatura) y a la administración del tratamiento de IT específica de alergia siguiendo el protocolo establecido.
Los pacientes deben saber:
Las reacciones alérgicas perioperatorias (RAP) son las reacciones alérgicas que surgen en quirófano o en el área de reanimación. La incidencia es baja, varía entre 1:353 hasta 1:18600 anestesias, sin embargo, pueden ser graves e implicar un retraso en la cirugía. Tienen un diagnóstico diferencial amplio y precisan un estudio extenso ya que hay múltiples causas que pueden simular una RAP además de recibir un gran número de fármacos en este periodo.
Las reacciones pueden surgir en cualquier momento de la anestesia, pero la mayoría, aproximadamente el 90% de ellas, aparecen en la fase de inducción. Además de los fármacos anestésicos recibidos, cualquier medicamento administrado en ese periodo (antibióticos, antiinflamatorios no esteroideos, contrastes yodados, antisépticos, látex, etc.) puede ser responsable de la RAP.
Clásicamente los relajantes musculares están descritos como la causa más frecuente de RAP y en algunos países como Francia, Noruega, Bélgica lo siguen siendo. Sin embargo, los antibióticos se han convertido en la primera causa de RAP en países como, Estados Unidos, España y el Reino Unido, siendo los betalactámicos, especialmente la amoxicilina y la cefazolina los agentes más implicados.
Anteriormente el látex era una de las principales causas, pero en la última década, debido a la mejora de la calidad del látex y a la reducción de la exposición al mismo, el número de casos ha disminuido de forma muy importante siendo anecdótica en los últimos estudios.
La clorhexidina, el desinfectante más utilizado, representa una causa relativamente frecuente de RAP en algunos países como Reino Unido o Dinamarca. Por este motivo, actualmente en muchos centros se recomienda incluir la clorhexidina en el estudio alergológico de rutina de una RAP.
Las reacciones por propofol son raras a pesar de ser el anestésico intravenoso más utilizado. También, los anestésicos locales, a pesar de su uso muy frecuente, raramente causan RAP.
Entre los fármacos utilizados para el control del dolor, los antiinflamatorios no esteroideos son otras de las causas, aunque no muy frecuentes, estando el metamizol entre los más implicados de este grupo en España.
En los últimos años se han presentado casos de RAP por excipientes y cada vez más casos por gelatinas y sugammadex.
Otras causas raras de RAP pueden ser las heparinas, el ácido tranexámico, la atropina o la oxitocina.
En conclusión, las RAP representan un problema importante para el paciente y suponen en muchas ocasiones un reto diagnóstico. Es recomendable por tanto que los hospitales tengan protocolos de actuación en esta situación que contemplen la colaboración estrecha entre alergólogos y anestesistas.
Cosmin Boteanu
Hospital Central de la Cruz Roja, Madrid.
La anafilaxia, como extremo más grave del espectro de las reacciones alérgicas, de afectación sistémica, aguda y potencialmente mortal, representa una patología de especial interés en pediatría.
En Europa, la anafilaxia es un problema común que afecta aproximadamente a 1 de cada 300 habitantes en algún momento de su vida. Según datos de la red europea de reacciones alérgicas graves, el 27% de los casos de anafilaxia se produce en menores de 18 años. Además, se ha descrito un incremento de su incidencia, especialmente en niños y preescolares.
Causas/desencadenantes
La causa más común de anafilaxia en niños son los alimentos (75%), seguida a distancia por los medicamentos (11%). Estudios epidemiológicos de la SEAIC* señalan a la alergia alimentaria como tercer motivo de consulta a los servicios de Alergología en edad pediátrica, con una tendencia al alza. La anafilaxia representa el 7,5% de los casos diagnosticados, siendo la leche de vaca, el huevo, los frutos secos y las frutas, los alimentos implicados más frecuentemente.
Los desencadenantes alimentarios varían según la edad y el área geográfica. En los dos primeros años de vida, la leche de vaca y el huevo son los desencadenantes más habituales; posteriormente, los frutos secos en edad preescolar, siendo el cacahuete el más común en todas las edades. En ciertos países europeos, particularmente en el área mediterránea, el melocotón tiene especial relevancia.
La anafilaxia inducida por ejercicio y dependiente de alimentos también debe ser considerada en los niños. Es un tipo especial de alergia mediada por IgE en la que el ejercicio o el consumo de un alimento causante no inducen síntomas por sí solos, pero el ejercicio tras la ingestión del alimento desencadena anafilaxia.
Por último, los padres con frecuencia expresan su preocupación sobre el riesgo de anafilaxia por vacunas; sin embargo, son una causa excepcional en niños.
Factores de riesgo y casos fatales
Las muertes por anafilaxia son raras. En aquellas relacionadas con alimentos, el 73% son debidas a frutos secos o cacahuete, siendo la leche de vaca responsable del 21% de las muertes en <16 años. El riesgo de muerte por anafilaxia aumenta dos veces entre adolescentes en comparación con los niños de 0-2 años. En general, los factores de riesgo identificados para la anafilaxia fatal por alimentos en niños incluyen asma coexistente, edad >10 años, alergia al cacahuete o frutos secos y la falta o la administración tardía de adrenalina.
Un tercio de los casos de anafilaxia ocurren en casa, el 25% en restaurantes y un 15% en la escuela.
Diagnóstico de anafilaxia
La anafilaxia es un diagnóstico predominantemente clínico, con afectación de varios sistemas y de inicio rápido tras la exposición al desencadenante. En los niños muy pequeños, el diagnóstico puede presentar algunos desafíos por la dificultad para describir ciertos síntomas como el prurito o la opresión faríngea; y ciertos signos, como la irritabilidad y los cambios de comportamiento, pueden ser difíciles de interpretar. La anafilaxia en los lactantes suele afectar a la piel (98%), al sistema respiratorio (59%), al aparato digestivo (56%) y, con menos frecuencia, al sistema cardiovascular. Cuando se produce hipotensión, en niños <10 años se define como una tensión arterial sistólica inferior a <70mmHg + (2 x edad en años) o un descenso >30% respecto a un registro basal.
Los síntomas respiratorios aparecen con frecuencia en los niños, especialmente en aquellos que padecen asma. Por otro lado, la anafilaxia puede suceder sin afectación de la piel, de tal forma que los signos cutáneos están ausentes en 10-20% de las anafilaxias. Este hecho afecta de manera crítica a su diagnóstico y tratamiento precoces.
Manejo
Para el autocuidado temprano de los pacientes con anafilaxia es fundamental educar a los padres, cuidadores y a los niños sobre el riesgo de anafilaxia, el control de las enfermedades concomitantes y sus desencadenantes y el autotratamiento de cualquier recurrencia. Durante la infancia, el cuidado/responsabilidad en la aplicación de medidas de evitación, reconocimiento de reacciones y tratamiento de las mismas recae inicialmente en padres y cuidadores. A medida que el niño crece se le enseña a evitar los desencadenantes, reconocer los síntomas y tratar futuras reacciones. Se ha estimado por encuestas que los niños de 9-11 años podrían reconocer síntomas y utilizar correctamente un AIA*.
A los pacientes se les deben recetar uno o más AIA*. Se recomienda que lleven siempre consigo un plan de acción de emergencia escrito y personalizado que ilustre cómo reconocer los síntomas e instruya sobre cómo inyectar rápidamente la adrenalina. Esta debe ser administrada por vía intramuscular en la parte anterolateral media del muslo manteniendo el AIA durante aproximadamente 3-10 segundos. La administración de adrenalina es el tratamiento de primera línea y no existen contraindicaciones absolutas para su administración. La dosis debe repetirse cada 5-15 minutos si los síntomas persisten y tras su administración se debe solicitar asistencia médica. Estas medidas preparan a los padres y a los niños para afrontar una reacción y evitar que se agrave.
Durante una anafilaxia es crucial evaluar periódicamente las vías respiratorias, la respiración, la circulación, el estado mental y la piel, posicionar al paciente según sus características y simultáneamente llamar a los servicios de emergencia. La mayoría de los niños deben colocarse tumbados boca arriba, a menos que haya dificultad respiratoria, en cuyo caso una posición sentada optimiza el esfuerzo respiratorio; si está inconsciente, el niño puede colocarse en posición de recuperación. Al mismo tiempo, y si es posible, se debe eliminar la exposición al desencadenante (p. ej., suspender la administración de medicamentos/agentes terapéuticos).
El tratamiento de la anafilaxia continúa con el traslado a un entorno de atención sanitaria, idealmente en ambulancia. En niños con anafilaxia y síntomas de broncoespasmo, se pueden administrar agonistas beta-2 de acción corta inhalados (p. ej., salbutamol); sin embargo, en presencia de síntomas persistentes no son alternativa a la administración repetida de adrenalina intramuscular. En caso de obstrucción de las vías respiratorias superiores debe considerarse nebulizar adrenalina. Los medicamentos de segunda línea incluyen agonistas beta2-adrenérgicos, glucocorticoides y antihistamínicos. Es necesario observar a los niños durante varias horas, siendo especialmente importante en reacciones graves y en aquellas que requieren varias dosis de adrenalina.
Conclusiones
La anafilaxia es una patología de especial relevancia en edad pediátrica, siendo los alimentos su causa más común. En los niños, los síntomas respiratorios y la ausencia de afectación cutánea son características que deben ser consideradas en su presentación. El asma, la adolescencia, la alergia al cacahuete o los frutos secos y la falta o la administración tardía de adrenalina son factores asociados a mayor gravedad. La educación periódica de niños y familias, sobre cómo identificar los episodios, responder adecuadamente y emplear el AIA son vitales y deben ser revisados regularmente.
Dr. Carmelo Escudero Díez. Servicio de Alergología Hospital Infantil Universitario Niño Jesús (Madrid). Comité de Alergia Infantil.
*SEAIC: Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica.
*AIA: Auto-inyector de adrenalina.
Referencias recomendadas
No se puede negar que actualmente los teléfonos móviles se han convertido en compañeros de la mayoría de los habitantes del planeta y les permiten desarrollar diferentes actividades y obtener información desde la palma de la mano. Dada esta proximidad a las personas se han desarrollado aplicaciones para información sobre la polinización, datos de aerobiología y seguimiento de los síntomas de enfermedades alérgicas. La reciente pandemia de la COVID-19 aumento su uso y la necesidad de desarrollo para comunicación con los pacientes.
Sin embargo, este desarrollo de numerosas herramientas digitales que abordan aspectos de la salud, necesita unos criterios de calidad que han sido propuestos por la World Allergy Organization (WAO) en lo referente a cuatro campos: el paciente, como herramienta de educación, información de síntomas y efectos sobre su calidad de vida; los agentes sanitarios, para evaluar seguimientos, evolución de tratamientos e investigación; el aspecto legal en lo que respecta a la protección de datos y sobre las aplicaciones, fáciles de manejar e intuitivas, así como que permitan la coordinación entre pacientes, sanitarios e investigadores (1).
En nuestra especialidad existen herramientas digitales que brindan información referente a la polinización siendo la www.polenes.com la de referencia en la nuestra sociedad y que también se puede acceder por los móviles. Así mismo la Red Española de Aerobiología (REA) cuenta con una aplicación Polen REA que da información sobre las concentraciones de polen a nivel nacional.
Con respecto al estudio y seguimiento de síntomas de rinitis se han desarrollado algunas APP, pero de ellas la totalmente validada es MASK- air, disponible en iOS y Android, que ha sido usada por la ARIA-EAAACI como herramienta digital para llevar a los móviles de los pacientes el seguimiento de la rinitis alérgica y su impacto en el asma. Lo que se ha demostrado con la inclusión de alrededor de 50 000 usuarios en 29 países (20 idiomas), cifras que se ampliarán a futuro. (2,3,4)
Esta aplicación se ha convertido en una potente herramienta validada y aplicable como instrumento de monitorización durante intervenciones y tratamientos en los pacientes con rinitis y asma, por lo que también se valora usarla para investigar el impacto de la inmunoterapia en los síntomas, calidad de vida y uso de medicación de estos pacientes. Se trata de aprovechar la capacidad de llegar a miles de personas y obtener datos antes, durante y después del tratamiento y minimizar los sesgos de abandono u olvido con recordatorios que brinda la aplicación. Se espera que se confirmen en vida real y de forma más económica lo encontrado en estudios aleatorizados y surjan más evidencias que deben ser corroboradas por estudios controlados. (2)
1. Verhoeven E, Rouadi P, Jaoude EA, et al. Digital tools in allergy and respiratory care. World Allergy Organ J. 2022;15(7):100661. Published 2022 Jun 23. doi:10.1016/j.waojou.2022.100661
2. Bousquet J, Shamji MH, Anto JM, et al. Patient-centered digital biomarkers for allergic respiratory diseases and asthma: The ARIA-EAACI approach – ARIA-EAACI Task Force Report. Allergy.2023;78(7):1758-1776.doi:10.1111/all.15740
3. Bousque J, Hellings PW, Agache I et al. Allergic Rhinitis and its Impact on Asthma (ARIA) Phase 4 (2018): Change management in allergic rhinitis and asthma multimorbidity using mobile technology.
4. Bédard A, Basanaga X, Anto JM et al. Mobile technology offers novel insights into the control and treatment of allergic rinitis: The MASK study.