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Coincidiendo con el XXXI Congreso de la SEAIC, el Comité de Asma celebrará su “Reunión Foro Biológicos en Asma Grave”. A continuación se detalla el programa de este evento.
La alergia a antibióticos betalactámicos es la alergia medicamentosa más frecuente, entre las cuales las aminopenicilinas son causa de erupciones tardías en los niños, particularmente en el contexto de las infecciones virales.
Una proporción significativa de individuos continúa evitando los antibióticos betalactámicos por temor a una reacción alérgica a pesar de tener un estudio negativo frente a ellos.
Efficacy and Safety of 5-Day Challenge for the Evaluation of Nonsevere Amoxicillin Allergy in Children. Labrosse R, Paradis L, Lacombe J, Samaan K, Graham F, Paradis J, Bégin P, Des Roches A.
En este estudio, se comparó la seguridad y la eficacia de la prueba de exposición oral con amoxicilina durante 5 días respecto a la administración de una dosis única de este antibiótico durante la prueba. Asimismo se evaluó la proporción de pacientes que a posteriori utilizaron la amoxicilina una vez confirmada su tolerancia
En el estudio se reclutaron prospectivamente pacientes pediátricos menores de 18 años con historia previa de reacción en el contexto de la administración de amoxicilina. Todos los pacientes siguieron una prueba de exposición frente a este antibiótico, y aquellos con respuesta negativa se sometieron a una prueba oral ambulatoria de 5 días para descartar reacciones no inmediatas. Los pacientes fueron llamados 2 años después de su evaluación inicial para evaluar el uso posterior de amoxicilina y su tolerancia.
Los resultados fueron los siguientes: de los ciento treinta niños con antecedentes de alergia a amoxicilina todos se sometieron a una prueba de exposición oral frente a amoxicilina. 3 pacientes tuvieron una prueba inmediata positiva, otros 3 una prueba positiva no inmediata y en 2 pacientes los resultados fueron ambiguos. De los 122 pacientes con una prueba de exposición negativa, 114 (93,4%) fueron valorados vía telefónica 2 años después de su evaluación inicial: 75 niños habían usado antibióticos con posterioridad, de los cuales solo 1 (1,3%) se había negado a reutilizar amoxicilina por temor a una reacción alérgica . Finalmente, la prueba de exposición oral de 5 días dio como resultado en la prevención futura de la evitación de betalactámicos un 25,4% en comparación con la prueba oral clásica de dosis única (1,3%) realizada durante 1 día en una cohorte histórica p <0,0001).
La provocación oral durante 5 días es una forma segura y efectiva de descartar la alergia a la amoxicilina no inmediata, y garantiza un mejor cumplimiento del uso futuro de la penicilina.
Sara Martínez Molina. Comité de Alergia Infantil SEAIC.
La esofagitis eosinofílica (EEo) es una enfermedad inmunológica crónica, desencadenada predominantemente, aunque no exclusivamente, por antígenos alimentarios. En el momento actual, las pruebas de alergia alimentaria no son capaces de predecir los alimentos responsables de la EEo, especialmente en adultos.
Las dietas elementales (basada en una dieta exclusiva con fórmulas a base de aminoácidos) y las dietas empíricas de 6 grupos de alimentos (6 GA) (exentas de leche, trigo, huevo, soja, frutos secos y pescado/marisco durante 6 semanas) han demostrado de manera consistente la mejor tasa de eficacia (entorno al 90% en el caso de las dietas elementales y del 72% en el caso de las dietas de 6 GA, tanto en niños como en adultos). Sin embargo, el alto nivel restrictivo (que conlleva una mala adherencia a la dieta y un importante impacto económico, social, psicológico y en la calidad de vida) y la necesidad de múltiples endoscopias, han dificultado su implementación en la práctica clínica.
Actualmente, la leche, gluten y huevo son los alimentos causantes más comunes tanto en niños como en adultos de EEUU, España y Australia. Por consiguiente, estrategias basadas en dietas menos restrictivas como la dieta de eliminación de 4 grupos de alimentos (4 GA) (leche, gluten, huevo y leguminosas) o una dieta de 2 grupos de alimentos (2 GA) (leche y gluten) se han venido desarrollando últimamente con buenas tasas de eficacia. En adultos, la tasa de eficacia de las dietas de eliminación de 4 GA es del 54%, siendo la leche, gluten o ambos los responsables en la mitad de los pacientes. En niños, esta dieta alcanza una tasa de remisión mayor (64%), con la leche (85%), el huevo (35%), el trigo (33%) y la soja (19%) como principales responsables de la EEo. Es de destacar que el 55% de los niños respondedores a la dieta de 4 GA tenían la leche como único desencadenante.
Una aproximación dietética escalonada (2-4-6 GA) podría resultar en un reconocimiento temprano de la mayoría de los respondedores a dietas con pocos alimentos responsables, reduciendo el número de endoscopias, los costes y acortando el proceso diagnóstico. En un estudio realizado en 130 pacientes (25 de los cuales eran niños), observaron una tasa de remisión del 43% con la dieta de 2 GA tanto en niños como en adultos. La dieta de 4 y 6 GA presentaba tasas similares a las referidas previamente (60% y 79% respectivamente). Con este protocolo se redujeron los procedimientos endoscópicos en un 20%. Además, el 90% de los pacientes fueron respondedores a una dieta de 2 ó 4 GA, con 1 ó 2 alimentos como causantes de la EEo, evitándose la dieta de 6 GA en la gran mayoría de los pacientes. Estos respondedores a dietas de pocos alimentos son los mejores candidatos a un tratamiento dietético mantenido, ya que dietas más amplias tienen peor adhesión al tratamiento. Los respondedores a la dieta de 6 GA tenían 3 ó más alimentos implicados en la enfermedad, por lo que se observa que a mayor restricción dietética necesaria, mayor el número de grupos de alimentos implicados en la EEo. Quizá estas dietas deberían reservarse para aquellos pacientes que estén muy motivados y que, tras el fracaso de las dietas de 2-4 GA, sigan deseando conocer los alimentos responsables de su enfermedad. Los resultados obtenidos en este estudio definitivamente mejoraría la aceptación del paciente al tratamiento dietético.
En cuanto a la dieta de eliminación de leche en niños, las tasas de remisión publicadas han sido del 65% y 61% en dos estudios, pero ambos presentan errores metodológicos. El primero de ellos incluía pacientes con EEo tras inmunoterapia oral con leche, que son siempre respondedores a una dieta de eliminación de leche. En el segundo, los pacientes recibían, concomitantemente a la dieta de evitación de leche, fármacos inhibidores de la bomba de protones que obtienen por sí solos una tasa de remisión del 50% en niños y adultos, con lo que desconocemos qué número de pacientes en remisión se debe realmente a la dieta de leche y no al uso de este fármaco.
El tiempo de eliminación del alimento necesario para una remisión histológica es de un mínimo de 6 semanas, aunque se desconoce el tiempo exacto necesario. Ocurre lo mismo con el tiempo de reintroducción del alimento que, aunque desconocido, se estima que también debe ser como mínimo de 6 semanas.
Es necesaria la estandarización de la reintroducción de los alimentos, nuevas pruebas de alergia alimentaria, y estudios que evalúen la dieta de eliminación en niños y las consecuencias a largo plazo de las intervenciones dietéticas.
Molina-Infante J, Lucendo AJ. Dietary therapy for eosinophilic esophagitis. J Allergy Clin Immunol 2018; 142:41-47.
Eva Mª Lasa Luaces. Médico Adjunto de la Unidad de Alergología Infantil (Sº Alergologái). Hospital Universitario Donostia. San Sebastián. Comité de Alergia Infantil SEAIC.
Recientemente se ha publicado un artículo que evalúa la posibilidad de que niños con alergia a proteínas de leche de vaca puedan tomar leche horneada.
Esmaeilzadeh H, Alyasin S, et al. The effect of Baked milk on Accelerating Unheated Cow´s Milk Tolerance: A Control Randomized Trial. Pediatr Allergy Immunol. 2018 Jul 20. doi: 10.1111/pai.12958.
Objetivo: valorar el efecto de añadir productos con leche horneada en la dieta de los pacientes con alergia a proteínas de leche de vaca (APLV) en la adquisición de tolerancia frente a este alimento.
Método: ensayo clínico randomizado en 84 pacientes (6 meses-3 años de edad) diagnosticados de APLV tolerantes a leche horneada en forma de muffin comprobada mediante prueba de exposición oral controlada (PEOC). Los participantes fueron divididos de manera randomizada en grupo de casos y controles ajustados por edad y sexo. A los pacientes del grupo activo se les solicitó consumir leche horneada en forma de muffin durante 6 meses y después consumir queso en forma de pizza durante otros 6 meses. El grupo control fue instruido para evitar estrictamente cualquier producto con contenido en leche durante 1 año. Se realizaron, antes y después del estudio, pruebas intraepidérmicas (PC), determinación de IgE específicas (IgEe) (ImmunoCAP) frente a leche, caseína y betalactoglobulina. Además, aquellos en el grupo activo que toleraron satisfactoriamente los productos horneados durante el estudio y todos aquellos participantes del grupo control, llevaron a cabo una PEOC para evaluar la tolerancia a leche fresca al final del estudio.
Resultados: se observó al final de periodo del estudio de 1 año, que el 88.1% (37/42) de los pacientes del grupo activo y 66.7% (28/42) del grupo control desarrollaron tolerancia a leche fresca (p: 0.018). Los resultados de las PC e IgEe mostraron un descenso significativo en el grupo activo. Los niveles iniciales de IgEe no pudieron predecir la tolerancia a leche fresca en ninguno de los dos grupos.
Conclusión: la introducción de productos horneados en la dieta de los pacientes con APLV puede acelerar la tolerancia a leche fresca en estos pacientes. La IgEe frente a leche, caseína y betalactoglobulina no predicen la tolerancia a leche fresca.
Este estudio muestra que, independientemente de que aquellos pacientes que toleran la leche horneada pudieran ser pacientes con APLV de mejor pronóstico, la ingesta de productos horneados acelera la tolerancia frente a leche fresca.
Eva Mª Lasa Luaces. Médico Adjunto de la Unidad de Alergología Infantil (Sº Alergologái). Hospital Universitario Donostia. San Sebastián. Comité de Alergia Infantil SEAIC.
La dermatitis atópica es una enfermedad muy prevalente en niños, calculándose que hasta un 20% de la población infantil podría padecerla. Afecta notablemente a la calidad de vida del paciente y sus familiares por las repercusiones en su vida social y familiar y porque puede afectar a la autoestima del niño.
El carácter recurrente de esta enfermedad y la falta de un tratamiento definitivo han animado a pacientes, familiares y comunidad científica a detectar sus posibles desencadenantes o factores agravantes, tanto ambientales como alimentarios. A lo largo de nuestra experiencia probablemente se nos haya sugerido por parte de algunos padres la posible relación de algún alimento o grupo de alimentos con los brotes que padece su hijo, pudiendo generarnos dudas sobre la necesidad o conveniencia de realizar dietas de exclusión en dichos casos.
Para intentar responder a la pregunta sobre la posible implicación de los alimentos o el beneficio de determinadas dietas en la evolución de la dermatitis atópica, se ha publicado una revisión sistemática de la literatura médica que comprende hasta julio 2016 (Lim et al. The role of elimination diets in atopic dermatitis -a comprehensive review. Pediatric Dermatology 2017; 34:516-527). Los autores han agrupado los estudios según el tipo de dieta utilizada y las características de pacientes (sensibilizados o no sensibilizados a los alimentos). La metodología de los estudios es variable , lo que hace difícil obtener conclusiones claras, siendo la mayoría no controlados con placebo y con resultados contradictorios. Teniendo en cuenta solo aquellos con nivel I de evidencia, sí se detecta una mejoría en la dermatitis atópica en pacientes con alergia confirmada mediante provocación oral doble ciego controlada con placebo, teniendo en cuenta tanto reacciones inmediatas como tardías. No hay datos que apoyen aconsejar dietas de eliminación estrictas de varios alimentos en pacientes con dermatitis atópica no alérgicos a los alimentos.
Teniendo en cuenta estos resultados solo deberían eliminarse los alimentos a los que el paciente se ha confirmado alérgico. La evitación de dichos alimentos no ofrece ninguna duda en el caso de las reacciones inmediatas, pero varios de los estudios de la referida revisión incluyen también las respuestas tardías, y con frecuencia no se especifican los criterios de positividad tenidos en cuenta en las prueba de exposición oral con el alimento. Hay que recordar que, según recomendaciones de la EAACI (Allergy 2007; 62: 723-728) para evaluar el empeoramiento de la dermatitis atópica por un alimento deben realizarse dietas de exclusión con el mismo durante al menos 4-6 semanas y en caso de mejoría, reintroducirlo a continuación para detectar, mediante datos objetivos (SCORAD), el empeoramiento o no de la dermatitis en los días siguientes a la prueba de exposición.
Por otro lado, la cada vez más amplia experiencia con la inmunoterapia oral con alimentos contradice la idea de que el alimento que provoca una reacción inmediata en el paciente también podría empeorar la dermatitis atópica ya que, entre los efectos adversos de este tipo de inmunoterapia no se describe, al menos como frecuente, el empeoramiento de la dermatitis atópica que padecen con cierta frecuencia estos pacientes .
De todo ello podría concluirse que, en los pacientes con dermatitis atópica, debe valorarse muy cuidadosamente la recomendación de una dieta de exclusión de uno o varios alimentos. No deberá indicarse si solo hay una sensibilización detectada mediante pruebas cutáneas en prick o determinación de IgE específica sino cuando exista una verdadera alergia al alimento, con una respuesta clínica inmediata o tardía que, en este último caso, requerirá de una dieta de exclusión durante varias semanas y la reintroducción del alimento bajo control del especialista, ante la eventualidad de una reacción inmediata por pérdida de tolerancia durante el periodo sin exposición oral al alimento.
Rosa García Rodríguez. Facultativa especialista de área del Hospital General Universitario de Ciudad Real. Comité de Alergia Infantil
Recientemente se ha publicado un artículo de revisión sobre los niveles de vitamina D en edades tempranas y su relación con el asma y las sibilancias.
Early life vitamine D status and asthma and wheeze: a systematic review and meta-analysis. Shen SY, Xiao WQ, Lu JH, Yuan MY, He JR, Xia HM, Qiu X, Cheng KK, Lam KBH. BMC Pulm Med. 2018 Jul 20;18(1):120. doi: 10.1186/s12890-018-0679-4.
Entre los factores que contribuyen al desarrollo del asma, los niveles de vitamina D han generado un interés creciente por sus supuestas propiedades inmunomoduladoras. El déficit de vitamina D ha sido relacionado con un incremento en el riesgo de infecciones respiratorias y de asma. En este trabajo se realizó una revisión sistemática en diferentes bases de datos hasta julio de 2017, con el objetivo de cuantificar el efecto de los niveles de vitamina D en edades tempranas en el asma y las sibilancias en edades posteriores. Se evaluaron los niveles de vitamina D en sangre (materna, del cordón umbilical o del niño) o en la ingesta (materna durante el embarazo o del niño).
Tras identificar 1485 estudios, se incluyeron 3 ensayos controlados aleatorizados y 33 estudios de cohortes. Los 3 ensayos no mostraron una relación estadísticamente significativa entre el suplemento de vitamina D durante el embarazo y el desarrollo de sibilancias o asma a los 3 años de edad. Los estudios de cohortes sugirieron que no había relación entre los niveles prenatales de vitamina D en sangre o la toma de vitamina D y el desarrollo posterior de asma. Sin embargo, en los estudios de cohortes, había dos trabajos que valoraban el asma en la edad adulta. Al excluir estos dos estudios se observó una relación inversa entre la toma de vitamina D en edades tempranas y el desarrollo de sibilancias o de asma infantil en mayores de 5 años. En los estudios de cohortes también se sugiere un riesgo inferior de sibilancias en relación con la toma materna de vitamina D durante el embarazo.
Sin embargo, dada la heterogeneidad observada entre los diferentes estudios evaluados, los autores de este trabajo son cautelosos en sus conclusiones. Proponen realizar estudios en este campo, diseñados de forma que se minimicen los posibles sesgos detectados en los trabajos analizados.
Mercedes Ramírez Hernández (FEA Alergología del Complejo Hospitalario Universitario de Cartagena). Comité de Alergia Infantil.
El asma es una de las enfermedades crónicas más común en los niños. La contaminación del aire relacionada con el tráfico se ha sugerido en numerosas ocasiones como un factor que puede contribuir a su desarrollo.
Recientemente se ha publicado en Reino Unido (Bradford) un estudio para analizar el impacto que la exposición a los óxidos de nitrógeno tiene en el desarrollo del asma infantil.
Khreis M., de Hoogh K., Nieuwenhuijsen MJ. Full-Chain Health Impact Assessment of Traffic-Related Air Pollution and Childhood Asthma. Environ Int. 2018; 114: 365-375.
Utilizado un modelo de nuevo desarrollo para analizar el impacto que la exposición a los óxidos de nitrógeno (NOx, NO2) —gases que se encuentran entre los contaminantes del aire junto con datos de otros cuatro modelos distintos relativos a tráfico, emisiones, dispersión atmosférica y estudio de impacto en salud en Bradford (Reino Unido) se pudo determinar toda una cadena, desde las fuentes de contaminación del aire hasta las vías por las que esta impacta la salud de los niños. Utilizando la tasa de incidencia del Reino Unido para el asma infantil, las funciones metaanalíticas de respuesta a la exposición y las estimaciones de los modelos de exposición, se calculó el número anual de casos de asma atribuibles a NO2 y NOx en Bradford y el número anual de asma casos específicamente atribuibles al tráfico.
Los resultados del estudio indicaron que hasta en 687 (38%) de todos los casos anuales de asma infantil en Bradford pueden ser atribuibles al aire contaminación y más específicamente hasta 109 casos (6%) y 219 casos (12%) pueden atribuirse a la contaminación del aire relacionada con el tráfico. Éste es el primer estudio que realiza una evaluación de impacto de salud de cadena completa de contaminación relacionada con el tráfico y asma infantil en una población desfavorecida con preocupación pública sobre la misma.
Los casos de asma infantil están aumentado constantemente con los años al igual que han ido en aumento las emisiones de gases contaminantes y el desarrollo industrial y de tráfico urbano. El progreso futuro con el asma infantil requiere un enfoque que no se limite a controlar y tratar la enfermedad y vaya hacia su prevención, entre otras causas reduciendo la contaminación del aire relacionada con el tráfico de las ciudades. Una causa prevenible por parte de todos.
Margarita Tomás Pérez. Médico Adjunto Alergología Hospital General Universitario La Paz. Madrid. Comité de Alergia Infantil SEAIC.
La alta prevalencia de la alergia a los alimentos y el importante impacto socioeconómico de esta patología sobre los pacientes, el sistema sanitario y la sociedad hace imprescindible poder contar con herramientas de diagnóstico validadas. La primera línea de diagnóstico en la alergia a los alimentos es la historia clínica adecuada y la demostración de anticuerpos de clase IgE frente a los alimentos implicados, mediante prueba cutánea o determinación de IgE específica. Sin embargo, está única aproximación no es siempre concluyente, ni para el propio diagnóstico ni para establecer el riesgo futuro del paciente. La confirmación ideal, es la prueba de exposición frente al alérgeno implicado, realizada en condiciones de doble ciego y controlada con placebo, tipo de metodología que consume tiempo, recursos y no está exenta de reacciones que pueden ser graves, por lo que se convierten en estudios difíciles de realizar en la práctica clínica. Las técnicas de diagnóstico fundamentadas en la identificación de los alérgenos moleculares de los alimentos, comúnmente denominada como diagnóstico por componentes, ha permitido la identificación de fenotipos clínicos en cuanto a la gravedad de la respuesta clínica y la detección de las moléculas alergénicas responsables de la reactividad cruzada entre los alimentos. En la última década se ha avanzado en la identificación de los alérgenos mayores, sin embargo, el valor diagnóstico y la utilidad clínica del diagnóstico por componentes aún no está establecido.
Determinar la validez del diagnóstico por componentes en la alergia a los siguientes grupos de alimentos: leche, trigo, cacahuete, soja, frutos secos, pescados y maricos, así como estimar el coste-efectividad del diagnóstico por componentes en comparación con las técnicas convencionales, y por último, resumir la evidencia de la capacidad del diagnóstico por componentes de predecir la gravedad de las reacciones alérgicas han sido los objetivos de una revisión sistemática recientemente publicada (Diagnostic accuracy, risk assessment, and cost-effectiveness of component-resolved diagnostics for food allergy: A systematic review. Flores Kim J, McCleary N, Nwaru BI, Stoddart A, Sheikh. Allergy. 2018 Jan 10. doi: 10.1111/all.13399).
Los autores pudieron incluir un total de 11 artículos elegibles entre más de 7000 artículos revisados. Los componentes moleculares evaluados fueron: para la leche de vaca (Bos d4, Bos d 4, Bos d 5, Bos d 8, y las caseínas); para el huevo (Gal d 1, Gal d 2, Gal d 3, Gal d 4); para el cacahuete (Ara h 1, Ara h 2, Ara 3, Ara h 6, Ara h 8, Ara h 9); para la avellana ( Cor a 1, Cor a 8, Cor a 9, Cor a 14, Bet v 1, Bet v 2); para la gamba (Pen a 1, Lit v 1, Lit v 4), no se encontraron estudios válidos para trigo, soja y pescados. Los componentes con mejor validez diagnóstica teniendo en cuenta el binomio sensibilidad- especificidad han sido: Bos d 4 para Leche de vaca (62.0%- 87.5%), para huevo Gal d 1 (84.2%- 89.8%) para huevo cocido y 60.6%-97,1% para huevo crudo, para cacahuete Ara 6 (94.9%-95.1%), para avellana Cor a 14 (100%-93,8%), y para gamba Lit v1 (82.8%-56.3%).
Los autores ponen de manifiesto la necesidad de estudios de calidad incluyendo la utilización del patrón de oro, la provocación oral doble ciego controlada con placebo, o bien de alternativas, que podrían estandarizarse como la combinación de pruebas de exposición abiertas y otros marcadores de sensibilización. Igualmente, es necesario definir unos puntos de corte que faciliten la agrupación de datos provenientes de diferentes estudios, se requiere la estandarización de los ensayos técnicos, para asegurar resultados comparables, es necesario tener estudios que evalúen en términos económicos el coste- efectividad de esta prueba y por último, los autores concluyen en que no es posible evaluar la capacidad del diagnóstico por componentes para evaluar el riesgo de la enfermedad en el contexto de los modelos clínicos actuales, si bien en algunos casos la sensibilización frente a algunos alérgenos moleculares, si pueden identificar los fenotipos más graves de la enfermedad como Ara h 2 y Ara h 6 para la alergia al cacahuete y Cor a 9 y Cor a 14 para la avellana. En resumen, esta revisión sistemática pone de manifiesto, que el diagnóstico por componentes es una herramienta muy importante para el conocimiento de la alergia a los alimentos, pero son necesarios estudios bien diseñados y con muestras de pacientes suficientes que abarquen todo el espectro de fenotipos desde los pacientes con clínica leve hasta los que tienen manifestaciones muy graves, para conocer realmente su utilidad en la práctica clínica.
Autor: Belén de la Hoz Caballer. Servicio de Alergología. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Comité de Alergia Infantil.
La inmunoterapia es el tratamiento estrella de la especialidad de alergología, claramente diferenciado del resto de tratamientos por su enfoque etiológico. La inmunoterapia con alimentos ha experimentado un auge en las últimas dos décadas que se ha disparado a partir del momento en que la industria farmacéutica ha tomado una posición predominante liderando proyectos de investigación con poblaciones mucho más grandes que las que se reunían mediante iniciativas meramente académicas.
Este desarrollo a nivel de investigación se ha visto respaldado con la nueva publicación de la guía de inmunoterapia europea, en la que por primera vez, se abre una puerta oficial al empleo de inmunoterapia con alérgenos para la alergia alimentaria fuera del contexto de la investigación en centros con un nivel de experiencia y recursos elevado. Hasta la fecha de esta importante publicación, la posición oficial de las organizaciones científicas era la de no recomendar este tipo de tratamiento fuera del contexto de la investigación, a pesar de que su uso se estaba produciendo en determinados centros de muchos países europeos.
En los próximos años, es probable que nos encontremos con productos farmacológicos aprobados para el uso en inmunoterapia oral con alimento, que a su vez, aumenten la demanda de los pacientes para recibir este tipo de tratamiento. Sin embargo, puede darse la situación de que la demanda supere la capacidad de los servicios de alergia para atender dichas peticiones por la complejidad del tratamiento y las dificultades en instaurarlo como parte de la cartera de servicios en departamentos donde no sea un tratamiento en el que no se tenga experiencia.
Con la meta de realizar un mapa a nivel europeo de los centros donde se administra este tratamiento y conocer la forma en que se está realizando, surge el proyecto FIND, del acrónimo en inglés Food Immunotherapy Practice: Nation Differences Across Europe (Práctica de inmunoterapia con alimentos: diferencias entre las naciones en Europa). Este proyecto inicia su camino en Noviembre de 2017, cuando consigue financiación por parte de la EAACI para su puesta en marcha. El grupo de trabajo está constituido por 12 miembros de distintos países europeos y un comité asesor con expertos en alergia a nivel mundial. Tras elaborar un cuestionario, el estudio inicia su fase de recopilación de datos el 20 de Junio de 2018 con el envío de una invitación masiva a todos los miembros de la EAACI para comunicar su experiencia con el tratamiento.
En caso de no haber recibido dicha invitación, y querer participar, puedes hacerlo a través de este link: (https://www.surveymonkey.com/r/FINDproject_Level2) o bien, ponerte en comunicación con el coordinador en nuestro país (find.spain2018@gmail.com) para recibir la información que quieras solicitar y decidir tu participación.
Desde el Comité Infantil de Alergia, os invitamos a participar para que conozcamos cual es la realidad sobre este tratamiento tan relevante.
Pablo Rodriguez Del Rio. Comité de Alergia Infantil SEAIC.
Una situación común con la que nos encontramos en nuestra práctica clínica con los niños asmáticos, son las agudizaciones que presentan a pesar de realizar un tratamiento de mantenimiento con corticoides inhalados. En muchas ocasiones las exacerbaciones son graves y requieren tratamiento con corticoides sistémicos. Para prevenir estas crisis, ante los primeros signos de menor control del asma, tenemos tendencia a aumentar la dosis de corticoides inhalados durante un periodo de tiempo. En este sentido, según la recomendación de la estrategia de la GINA (Global Iniciative for Asthma), en los pacientes asmáticos que reciben corticoides inhalados de forma continua, estaría indicado aumentar su dosis durante un periodo corto de tiempo ante los primeros indicios de pérdida de control del asma.
Sin embargo, esta estrategia actualmente es controvertida en niños, y existen varios trabajos que han puesto en duda la eficacia de esta actuación en este grupo de edad en lo que se refiere a la prevención de exacerbaciones asmáticas, así como a su seguridad. Hay que tener en cuenta que el 70-80 % de las veces esos primeros indicios no se convierten en verdaderas exacerbaciones, por lo que se podría haber creado la falsa idea de que aumentar la dosis del corticoide tendría un efecto protector de exacerbaciones. Recientemente, se ha publicado un artículo en el N Engl J Med que va en esta línea.
Quintupling Inhaled Glucocorticoids to Prevent Childhood Asthma Exacerbations. Jackson DJ, Bacharier LB, Mauger DT, Boehmer S, Beigelman A, Chmiel JF, Fitzpatrick AM, et al.N Engl J Med. 2018 Mar 8;378(10):891-901. doi: 10.1056/NEJMoa1710988. Epub 2018 Mar 3.
El trabajo fue financiado por el National Heart, Lung, and Blood Institute, y realizado por investigadores de diferentes centros de USA. Se trata de un ensayo de grupos paralelos, doble ciego y randomizado. Estudiaron a 254 niños, de 5 a 11 años de edad, que padecían asma bronquial leve-moderado persistente y que habían presentado al menos una exacerbación tratada con corticoides sistémicos en el último año. Todos los pacientes realizaron tratamiento de mantenimiento con dosis bajas de propionato de fluticasona inhalada (44 µg por inhalación, dos inhalaciones dos veces al día) durante 48 semanas. Ante los primeros signos de pérdida de control del asma (zona amarilla) se dividió a los pacientes en dos grupos de forma randomizada, de manera que una parte de los niños quintuplicaba la dosis de fluticasona durante 7 días (220 µg por inhalación, dos inhalaciones dos veces al día) y la otra parte continuaba con la misma dosis. En esta fase, en ambos grupos la terapia era doble ciego.
En el estudio no se encontraron diferencias significativas entre los dos grupos respecto al número de exacerbaciones asmáticas graves que requirieron corticoides sistémicos. Tampoco hubo diferencias en otros resultados secundarios como el número de visitas a urgencias por asma, el número de hospitalizaciones, el fracaso del tratamiento en el control del asma, la puntuación de síntomas y el uso de salbutamol durante los episodios de la “zona amarilla”, el porcentaje de días con control del asma o los valores del flujo espiratorio máximo.
No hubo diferencias tampoco respecto a los eventos adversos, aunque en el grupo que quintuplicó la dosis de fluticasona mostró una tasa de crecimiento 0,23 cm menor por año respecto al grupo que no aumentó la dosis (diferencia no significativa, p=0.06). El primer grupo tuvo un 16% más exposición total a corticoides.
Aunque algunos aspectos metodológicos del estudio, como el tamaño la muestra y la heterogeneidad de la población en que se ha realizado, no permiten obtener conclusiones definitivas, parece que el empleo de corticoides inhalados a dosis altas, con intención de prevenir las exacerbaciones asmáticas, hoy día es controvertido en este grupo de edad (5-11 años, niños no preescolares). Se requieren más estudios que confirmen o no su beneficio clínico.
Autor: José Carlos García Ortiz. Médico adjunto del Servicio de Alergología del Hospital Universitario Río Hortega, Valladolid. Comité de Alergia Infantil SEAIC.
El pasado 4 de mayo se celebró el día de Star Wars (May the 4th) que coincidió con el día internacional de concienciación de la Enterocolitis Inducida por Proteínas de la Dieta (FPIES).
La FPIES es una alergia a alimentos no mediada por IgE, que típicamente comienza en la infancia, y que se caracteriza por vómitos repetidos, prolongados en el tiempo, que comienzan entre 1 y 4 horas tras la ingesta del alimento y que a menudo se acompañan de decaimiento, letargia o palidez y deposiciones diarreicas.
Los datos epidemiológicos referentes a esta enfermedad son escasos y variables, esto es debido a que, hasta finales de los años 70 no se había reconocido ni definido formalmente este síndrome y también a que no ha recibido una codificación adecuada hasta octubre de 2015 cuando se implementó el código K52.2 en la décima revisión de la Clasificación Internacional de las Enfermedades (CIE-10).
El diagnóstico de FPIES se basa fundamentalmente en la presencia de síntomas característicos que mejoran tras la retirada del alimento causal de la dieta. Estos criterios se han ido modificando según ha ido avanzando el conocimiento y reconocimiento de esta enfermedad. Actualmente están en vigor los propuestos por el Consenso Internacional para el Diagnóstico y Manejo de la Enterocolitis Inducida por Proteínas de la Dieta, elaborado por el grupo de trabajo de reacciones adversas a alimento de la Academia Americana de Alergia, Asma e Inmunología (AAAAI).
Actualmente se reconocen dos presentaciones clínicas:
Cualquier alimento es susceptible de producir FPIES, los alimentos más frecuentemente implicados son las proteínas de leche de vaca, y en nuestro medio el pescado. El alimento implicado varia en función de la localización geográfica y no resultan extrapolables las series anglosajonas o japonesas publicadas. En el área mediterránea no es tan frecuente la asociación de FPIES por leche de vaca y la FPIES por soja, por lo que la evitación de este último alimento es discutible y debe ser evaluarse de manera individual. En cuanto a los alimentos sólidos, el pescado es si duda el principal agente causal de FPIES en el área mediterránea. En estos casos se pueden evitar dietas restrictivas innecesarias testando pescados alternativos, minimizando los riesgos de déficits nutricionales en nuestros pacientes para mas información sobre este punto: Infante et al. Food protein-induced enterocolitis syndrome by fish: Not necessarily a restricted diet. Allergy. 2017;00:1-5.
Dado que las manifestaciones clínicas son exclusivamente gastrointestinales y la edad más frecuente de presentación es la infancia, el retraso diagnóstico o un diagnóstico erróneo suele ser habitual. La mayoría de los niños sufren mas de una reacción, en ocasiones grave y con necesidad de acudir a Urgencias, antes de que sean correctamente diagnosticados. Por ello es importante tener presente esta patología ante cuadros exclusivamente digestivos y con resolución en las siguientes 24 horas.
Para un mejor conocimiento de esta patología recomendamos la lectura de:
Ambos artículos, de acceso libre, resumen de manera práctica y didáctica el conocimiento actual de FPIES. “Aquello que no se conoce no se diagnostica”
Sonsoles Infante Herrero. Médico Adjunto. Unidad de Alergia Pediátrica. Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Madrid.
En los últimos años se han publicado algunos estudios que han hecho replantear determinados aspectos la práctica clínica habitual respecto al a alergia a los alimentos que parecían bien establecidos.
Las recomendaciones previas sobre la introducción de los alimentos en pacientes de “riesgo alérgico” eran hasta hace algunos años retrasar la introducción de los alimentos sólidos e incluso en algunas guías restricción materna de alimentos potencialmente alergénicos durante la lactancia. A pesar de estas medidas la prevalencia de alergia a alimentos ha ido en aumento en las últimas décadas.
Los resultados del estudio LEAP (The Learning Early About Peanut Allergy), y otras observaciones previas, han dado lugar a la modificación de las recomendaciones respecto a la introducción del cacahuete en las guías de las sociedades de alergia Americanas (AAAAI y AAP), Europea(EAACI), y Australiana(ASCIA). Recomendándose la introducción de forma precoz del cacahuete, en pacientes de alto riesgo de presentar alergia (pacientes con eccema severo y/o alergia al huevo), en contra de las recomendaciones previamente establecidas.
Recientemente la APAPARI Asia Pacific Association of Pediatric Allergy , Respirologi & Immunology ha publicado un documento de consenso a este respecto en el que analiza los resultados de los estudios publicados hasta el momento, las características de la población asiática y los puntos comunes y diferencias con las poblaciones del oeste.
Early introduction of allergenic foods for the prevention of food allergy from an Asian perspective-An Asia Pacific Association of Pediatric Allergy, Respirology & Immunology (APAPARI) consensus statement.
Tham EH, Shek LP, Van Bever HP, Vichyanond P, Ebisawa M, Wong GW, Lee BW; Asia Pacific Association of Pediatric Allergy, Respirology & Immunology (APAPARI). Pediatr Allergy Immunol. 2018 Feb;29(1):18-27
Destaca un estudio realizado en población asiática publicado en 2017 en el Lancet “Two-step egg introduction for prevention of egg allergy in high-risk infants with eczema (PETIT): a randomised, double-blind, placebo-controlled trial”.
En este trabajo, analiza los resultados de 121 pacientes con eccema, 60 pacientes en el grupo de intervención y 61 pacientes en el grupo placebo, en los que se realizó la introducción precoz de huevo cocinado mediante un protocolo de 2 pasos. Se inició con dosis equivalente a 0.2 gramos de huevo cocido, que se administraba de los 6-9 meses diariamente, seguido de administración de una dosis equivalente a 1.1 gramo de huevo cocido diariamente de los 9-12 meses en el grupo de intervención y dosis similares de placebo en el grupo de no intervención. Se realizó tratamiento intensivo de la DA en todos los pacientes a lo largo del estudio.
A los 12 meses se realiza provocación abierta con dosis equivalentes a 32 gr de huevo cocido presentado resultado positivo el 8% (5/60) de los pacientes en el grupo de intervención frente al 29.4% (23/61) en el grupo placebo. NNT 3.40(2.30-6.52). El estudio concluye que la introducción en dos pasos del huevo combinado con el tratamiento intensivo del eccema reduce la prevalencia de alergia al huevo en los niños de alto riesgo.
En los estudios revisados realizados con leche, trigo, soja, mariscos, cereales y nuez los resultados de los estudios no son consistentes.
El documento de consenso concluye que con la evidencia actual parece que la introducción precoz de cacahuete y huevo en pacientes de alto riesgo disminuye el riesgo de padecer la enfermedad alérgica pero que actualmente no existe evidencia respecto a si la introducción precoz de otros alimentos podría disminuir la frecuencia de alergia a estos.
Por otra parte existe acuerdo con las recomendaciones previas de otras guías sobre la población de bajo riesgo en la que no existe indicación de introducción precoz de los alimentos.
Autora: Mónica Rodríguez Álvarez. Comité de Alergia Infantil SEAIC.
Médico Adjunto Servicio de Alergia Hospital Universitario Fundación Alcorcón.
La carne de cocodrilo se consume fundamentalmente en el sur de Estados Unidos y en Australia, en España se considera una carne exótica pero con frecuencia la podemos encontrar en restaurantes y mercados. La carne de cocodrilo tiene una buena proporción proteína/grasa, motivo por el que es una fuente muy saludable de alimento. La prevalencia de alergia a este alimento es desconocida, sin embargo en el último año se han publicado dos artículos de alergia a este reptil en dos niños que nunca lo habían consumido previamente.
Severe anaphylaxis due to crocodile-meat allergy exhibiting wide cross-reactivity with fish allergens. Haroun-Díaz E, Blanca-López N, et al. J Allergy Clin Immunol Pract. 2017 Sep 8. pii: S2213-2198(17)30540-8. doi: 10.1016/j.jaip.2017.07.015 Anaphylactic Reactions to Novel Foods: Case Report of a Child With Severe Crocodile Meat Allergy. Ballardini N, Nopp A ,et al. Pediatrics. 2017;139(4): e2016140.
En el primero de los artículos se trataba de un niño de 9 años, con antecedentes de dermatitis atópica y alergia a pescado blanco diagnosticado a los 19 meses de edad. A los pocos minutos de la ingesta de un trozo de hamburguesa de carne de cocodrilo comienza a presentar prurito oral intenso, eritema perioral, habones generalizados y disnea. Acudieron a urgencias donde se le trata con adrenalina, antihistamínico y corticoide con resolución completa del cuadro en 6 horas. En el segundo artículo se trataba de un niño de 13 años, con antecedentes personales de alergia a aves de corral (pollo y pavo) diagnosticado a los 5 años de edad. De manera inmediata a la ingesta de un trozo de carne de cocodrilo el niño presenta prurito oral y faríngeo, habones en cara, conjuntivitis, angioedema palpebral y dificultad respiratoria con opresión torácica. En el domicilio se le administra adrenalina intramuscular y b2-agonistas inhalados acudiendo a urgencias donde no se evidencia broncoespasmo pero si disnea intensa, con resolución del cuadro en 4 horas sin reaparición de la sintomatología. El estudio alergológico realizado confirmó en ambos casos la alergia a la carne de cocodrilo. En el primer caso, el niño es diagnosticado mediante prueba cutánea: prick positivo con extracto de carne cruda (10x7mm) y con extracto de carne cocinada (6x6mm). Se realizó prick-prick con alimento fresco con resultado positivo con carne cruda (12×12 mm) y con carne cocinada (6×6 mm) y una IgE específica a parvalbúmina de pescado positiva (rGad C1: 24.6 KU/L).
En el segundo caso, el niño es diagnosticado mediante determinación de IgE específica a carne de cocodrilo (6 KUA/L) y mediante test de activación de basófilos. En ámbos pacientes se descartó alergia a otros componentes de la carne de cocodrilo mediante administración controlada (mezcla de ajo, cebolla, arroz, patata y especias) en el primer caso, y mediante estudio de DNA y de proteínas de pollo o pavo en el segundo caso. Para tratar de demostrar la proteína causante de la reacción alérgica en el primer artículo se realiza un IgE Immunoblotting con el suero del paciente obteniéndose una banda de entre 10-14 KDa en el extracto realizado con carne cruda de cocodrilo. Mediante SDS-.PAGE se determina que se trata de una banda de 11 KDa que tras ser analizada mediante proteómica se detectan en esa banda péptidos que contienen la misma secuencia que otros péptidos de otras parvalbúminas (rana, aves, peces y caimán). Al realizar un IgE immunoblotting con el suero del paciente y extractos de merluza y bacalao se obtiene también una banda de entre 10-14 KDa. Este mismo perfil de inmunoglobulina se detecta en este extracto con antisuero de conejo frente a la parvalbúmina de sardina, revelando que es la parvalbúmina el origen de la banda descrita. Se realiza un SDS-PAGE inmunoblotting inhibición utilizando carne cruda de cocodrilo en la fase sólida, observándose una inhibición completa cuando se incuba con extracto de carne cruda de cocodrilo, con extracto de carne cocinada de cocodrilo, así como con extractos de merluza y bacalao.
En el segundo artículo se realiza un IgE immunoblotting con el suero del paciente y extracto de carne cruda de cocodrilo obteniéndose una banda de entre 18-50 KDa; un IgE immunoblotting con carne cocinada de cocodrilo obteniéndose una única banda de 14 KDa y un IgE immunoblotting con carne de pollo obteniéndose 3 bandas: 14 KDa, 19-22 KDa y de 30 KDa. La preincubación con el extracto de cocodrilo no inhibió completamente la unión de la IgE a los alérgenos del pollo, y si se inhibió completamente cuando se preincubó con extracto de pollo. Finalmente, dado que la carne de pollo se consume preferiblemente cocinada se realizó un immunoblotting con un extracto de carne de pollo cocinado observándose que la IgE del suero reconocía una única banda de 14 KDa. Se confirmó que la banda de 14 KDa era una parvalbúmina al emplear un anticuerpo antiparvalbúmina. La secuencia de aminoácidos reveló un 94% de homología entre la parvalbúmina de cocodrilo y la de pollo. En el primer artículo descrito se demuestra la reactividad cruzada entre parvalbúmina de pescados y de carne de cocodrilo, mientras que en el segundo artículo se demuestra la reactividad cruzada entre carne de pollo y la parvalbúmina de la carne de cocodrilo. El primer paciente tolera bien la ingesta de carne de aves y el segundo niño toleraba la ingesta de pescados. Las parvalbúminas son proteínas ácidas de bajo peso molecular ligadoras de calcio, presentes en animales vertebrados. Resisten tanto la digestión enzimática como la exposición al calor, por lo que producen reacciones incluso con el alimento cocinado.
Las parvalbúminas son las responsables de la reactividad cruzada entre especies de pescado, siendo mayor en las especies taxonómicamente más cercanas (como la merluza y el bacalao que pertenecen al orden Gadiformes o entre el lenguado, gallo, rodaballo del orden Pleuronectiformes). Se ha descrito reactividad cruzada entre parvalbúminas de pescado y de rana y entre pescado y carne de pollo.
Nunca antes se había descrito la reactividad cruzada con carne de cocodrilo. En el primer niño que había presentado reacciones alérgicas con varios pescados, la presencia de IgE específica a parvalbúmina y la inhibición completa sugiere que la parvalbumina de pescado es el alérgeno responsable de la sensibilización primaria. En el segundo caso los autores concluyen que no es posible determinar si la sensibilización primaria fue por la carne de pollo o por la de pavo, pero que debido a que la alfa-parvalbúmina es idéntica en ambas carnes deben ser especies muy cercanas filogenéticamente.
La importancia de estos hallazgos son de especial interés dado que en ámbos casos los niños presentaron una reacción anafiláctica la primera ocasión que probaban la carne de cocodrilo. El hecho de que ocurrió con pequeña cantidad de carne de cocodrilo pone de relevancia su alto potencial alergénico, no descrito previamente.
La accesibilidad a este tipo de carnes exóticas tanto en restaurantes como en mercados, asociado a la posibilidad de viajes al extranjero donde este tipo de carnes son con frecuencia consumidas, hace que debamos aconsejar a nuestros pacientes alérgicos a pescados y/o carne de aves de corral evitar la toma de carne de cocodrilo (y por ende de otros reptiles) hasta que se confirme su tolerancia en los Servicios de Alergia por un alergólogo.
Autor: Francisco Javier Ruano Perez. Medico Adjunto Servicio de Alergia Hospital Universitario Infanta Leonor
Daniel Lozano Ojalvo ha recibido hace unas semanas el Premio a la Investigación del Instituto de Estudio del Huevo. Ha sido premiado por sus trabajos en el tratamiento de la alergia a huevo realizados en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en Madrid. En dicho organismo, realizó su Tesis Doctoral sobre “El uso de péptidos de huevo, para el tratamiento de la alergia persistente a huevo”.
Los estudios iniciales realizados por el Dr. Lozano en modelos animales, se basaron en la utilización de péptidos de huevo, con menor capacidad alergénica que el huevo completo, pero que mantienen su capacidad inmunogénica, y por tanto, la posibilidad de inducir tolerancia con la administración continuada de dichos péptidos.
Según explica el Dr. Daniel Lozano, al Diario Hoy: «Nosotros atacamos la alergia al huevo utilizando péptidos. Lo que hacemos es coger el huevo, partirlo en pequeñas porciones que hacen que no den alergia a aquellas personas que lo son, pero van a estimular su sistema inmunológico hacia la tolerancia. Se ha probado en ratones con éxito, y ahora nos acaban de conceder un proyecto de investigación, del Ministerio de Economía, para pasar a aplicarlo a pacientes con alergia a huevo. El tratamiento y manejo clínico de estos pacientes, será llevada a cabo por el Servicio de Alergia del Hospital Universitario Infanta Sofía de Madrid».
http://www.hoy.es/caceres/bueno-tomar-cinco-20180108000423-ntvo.html
El huevo es introducido en la dieta en España actualmente, alrededor de los 9-12 meses de edad. Es un alimento con un alto contenido proteico, nutricionalmente muy completo, y cuya aplicación en la cocina puede ser muy variada, dando lugar a innumerables recetas.
Una vez superada la campaña de desprestigio sufrida por el huevo, en las décadas de los años 70 y 80, actualmente, son muchos los estudio, que avalan su calidad como alimento, así como el beneficio a nivel cardiovascular, que genera la ingesta regular de huevo.
Se recomienda una ingesta en niños de la toma de huevo, al menos 3 veces por semana.
La alergia a huevo es la principal causa de alergia a alimentos en nuestro medio en la población menor de 5 años de edad. La incidencia a huevo en el primer año de edad se ha estimado en torno al 1-2% de la población infantil. La mayoría de las reacciones alérgicas a huevo son reacciones inmediatas mediadas por IgE, de gravedad variable, aunque también han sido descritas reacciones de mecanismo no IgE. La clínica cutánea es la más frecuente, seguida de la clínica digestiva.
El pronóstico de la alergia a huevo, es, en la mayoría de los casos, favorable. El 50% de los pacientes alcanzan la tolerancia completa entre los 3 y los 5 años de edad, persistiendo el estado alérgico a huevo, en alrededor de un 20% de los pacientes cuando llegan a la pubertad.
Para los pacientes con alergia persistente a huevo en la práctica clínica actualmente, se puede inducir desensibilización o tolerancia al huevo, mediante la administración gradual de cantidades crecientes del huevo. La tasa de éxito es alta, en torno al 70% para la mayoría de los protocolos clínicos. Sin embargo, la inmunoterapia oral con alergeno intacto tiene inconvenientes, principalmente la larga duración del tratamiento, y sobretodo, por la tasa relativamente alta de reacciones adversas durante el mismo, que pueden llegar a afectar al 70% de los pacientes, y en ocasiones ser graves, disminuyendo de forma severa la calidad de vida del paciente y de sus familiares.
En modelos animales se ha demostrado, que los ratones sensibilizados oralmente a proteínas de huevo que se tratan posteriormente con péptidos de huevo y no con la proteína intacta de huevo, están protegidos frente a las reacciones alérgicas a huevo, mientras dura esta inmunoterapia, pero recuperan la reactividad una vez interrumpido el tratamiento.
Las investigaciones del Dr. Lozano et al, ponen de manifiesto que la administración de ovoalbúmina hidrolizada en ratones sensibilizados a huevo durante tres semanas, disminuía significativamente los síntomas de anafilaxia ras la provocación oral e intra-peritoneal del alergeno y que la protección se mantenía 3 semanas después de la interrupción del tratamiento, coincidiendo con una disminución de los anticuerpos IgE específicos.
El efecto del hidrolizado se asociaba a una reducción en el porcentaje de los linfocitos Th2 y en la expresiómn de su factor de transcripción, GATA3, así como al aumento de las células T reguladoras (Treg) y a la sobreexpresión del factor de transcripción Foxp3, en los nódulos linfáticos mesentéricos y en el bazo de los ratones tratados, lo que señala a la inducción de células Treg como el principal mecanismo responsable de la aparición de tolerancia.
Por tanto el uso de péptidos puede ser una nueva herramienta para el tratamiento de las alergias alimentarias persistentes y graves.
Marta Reche Frutos.
Servicio de Alergología. Hospital Universitario Infanta Sofia.
San Sebastián de los Reyes. Madrid.
Recientemente se ha publicado un artículo en el que se expone una revisión resumida de la evidencia actual de estudios epidemiológicos y experimentales en los que las bacterias ambientales y / o sus metabolitos podrían ser explotados para prevenir el asma y las alergias en el futuro.
Influences of environmental bacteria and their metabolites on allergies, asthma, and host microbiota, G. Jatzlauk and S. Bartel et cols. Allergy, Volume 72, Issue 12, December 2017 , Pages 1859–1867
En los últimos 50 años, la incidencia de enfermedades alérgicas y asma ha aumentado en los países ricos y también está llegando al segundo mundo. El asma constituye una gran carga para los sistemas sanitarios con un coste global en Europa de 19.300 millones de euros en 2010, para pacientes de entre 15 y 64 años. Existe una gran necesidad de desarrollar nuevas estrategias para el asma y la prevención de alergias. Como hay indicios iniciales de que el desarrollo del asma está influenciado, al menos en parte, por el medio ambiente, y especialmente por la exposición microbiana durante la infancia, podría valer la pena modular el microbioma o utilizar metabolitos bacterianos para la prevención del asma en candidatos de riesgo.
La hipótesis de la higiene propone que la creciente prevalencia de enfermedades alérgicas se relaciona causalmente con una menor exposición a microbios ambientales e infecciones inofensivas, con un aumento paralelo de la riqueza económica. Además, el momento de las exposiciones microbianas parece ser particularmente relevante
Se exponen 4 ejemplos que vienen a dar fuerza a estas teorías :
– El modo de parto, es decir, la sección vaginal o cesárea, se asocia con el riesgo de desarrollar enfermedades atópicas más adelante en la vida y con diferentes colonizaciones microbianas del recién nacido
– La lactancia materna, en comparación con la alimentación con fórmula, es beneficiosa para la salud infantil, ya que está relacionada con una morbilidad y mortalidad infecciosa más baja, mayor inteligencia y probablemente menor riesgo de sobrepeso y diabetes. Sin embargo, la influencia de la lactancia materna en las enfermedades alérgicas es poco concluyente y los resultados de numerosos estudios a menudo se ven obstaculizados por las limitaciones metodológicas
No solo la diversidad bacteriana per se es importante, sino que también la correcta composición de la microbiota intestinal y si estos se adaptan a las necesidades del huésped se rigen por las respectivas ventanas de tiempo de vida.
– Se ha descrito una relación inversa para el riesgo de enfermedades alérgicas y el contacto temprano con un mayor número de personas, como crecer en familias numerosas o asistir a escuelas de párvulos en los primeros 2 años de vida
– Una de las observaciones más importantes que respaldan la hipótesis de la higiene son los llamados estudios agrícolas, que demuestran que los niños que crecen en granjas tradicionales son menos propensos a enfermedades alérgicas que los niños que viven en el campo pero no en una granja
Es tentador especular que cuanto mayor es la diversidad microbiana a la que están expuestos los niños durante la vida temprana, menor es el riesgo de enfermedades alérgicas en la edad adulta y que esto se relaciona causalmente con la diversidad de la colonización temprana del microbioma
El contacto temprano con comunidades microbianas complejas es un factor principal para el desarrollo de un sistema inmunitario equilibrado
Una comprensión detallada de los mecanismos de cómo las comunidades microbianas influyen en las respuestas inmunes es clave para el desarrollo de nuevas estrategias preventivas o terapéuticas.
Y aunque la inducción de células T reguladoras parece ser un tema general por el cual las bacterias podrían inducir la protección contra el asma, otras células y vías parecen estar implicadas también y requieren una mayor elucidación. En particular, los estudios sobre los efectos potencialmente sinérgicos de las combinaciones de bacterias, que reflejan una mayor protección en un entorno microbiano más diverso, son claramente necesarios.
La aplicación general de las bacterias probióticas para influir positivamente en el desarrollo del microbioma temprano y, por lo tanto, supuestamente la aparición de enfermedades alérgicas, ya se ha investigado en una serie de estudios de intervención en humanos.
La interacción entre las cepas bacterianas administradas y el microbioma del huésped, así como el epitelio y el sistema inmune es muy compleja y puede diferir sustancialmente entre los individuos. Por lo tanto, una alternativa podría ser utilizar compuestos bacterianos definidos o metabolitos en lugar de bacterias vivas. Las posibles ventajas de estos compuestos son la supuesta mayor biodisponibilidad, una evaluación más fácil de las relaciones dosis-respuesta y, muy probablemente, una menor variabilidad de las respuestas clínicas. Además, las propiedades fisicoquímicas definibles de un compuesto aislado facilitarán considerablemente la investigación de su modo de acción
Sin embargo, la evidencia de compuestos bacterianos específicos que tienen características inmunomoduladoras es todavía limitada.
Recientemente, se ha identificado, el D-triptófano (D-Trp), derivado de las bacterias probióticas Lactobacillus rhamnosus GG y Lactococcus casei W58 como tal compuesto. La administración oral de D-Trp inhibió las respuestas inmunes asociadas a Th2 y mejoró el fenotipo de AAI en un modelo de ratón. Además, se ha propuesto que los metabolitos de triptófano derivados de bacterias también influyen en la respuesta inmune.
Las investigaciones con bacterias comensales también revelaron compuestos inmunomoduladores.
Tomados en conjunto, estos estudios demuestran que una amplia variedad de metabolitos químicamente no relacionados suprime la inflamación de las vías respiratorias y en parte la hiperreactividad de las vías respiratorias. Por lo tanto, parece probable que existan muchos metabolitos hasta ahora no identificados con propiedades antiinflamatorias.
En resúmen, hay datos incipientes de que los compuestos derivados de bacterias pueden ser inmunomoduladores en el huésped, pero el conocimiento de los mecanismos detallados sigue siendo escaso. El siguiente paso importante será aclarar si los compuestos actúan directamente sobre las células huésped, por ejemplo, las células inmunitarias, o indirectamente a través de la influencia del microbioma del huésped, o ambos en sinergia. También se necesitará más estudios para identificar las células diana, los receptores y las vías de señalización posteriores. Como estas son todas moléculas biológicas y no son productos farmacéuticos altamente efectivos, será necesario aclarar si una mezcla de compuestos identificados mejora los efectos beneficiosos mediante la sinergia. Como resultado hipotético, la presencia de ciertos componentes bacterianos podría influir positivamente en un desequilibrio microbiano entre los factores beneficiosos y de riesgo para las enfermedades alérgicas. Esto podría evitar o mejorar la sensibilización atópica por antígenos inocuos. Si es posible inhibir esta forma incipiente de enfermedad alérgica, sería posible detener la marcha atópica y, por lo tanto, el inicio de la alergia.
Sin embargo, hasta el día de hoy aún existen grandes lagunas de conocimiento que deben completarse antes de desarrollar estrategias preventivas. En esta línea, no está claro qué ruta de entrada para las bacterias ambientales es más importante / efectiva para la colonización, es decir, sistémicamente a través de los alimentos o tópicamente a través de aerosoles o lociones. Además, la exposición a cierto ambiente durante la infancia claramente tiene influencias beneficiosas, pero aún no se sabe cómo afecta esto a nuestro microbioma en detalle. Finalmente, aunque los estudios en animales han proporcionado ideas iniciales prometedoras, estos hallazgos preclínicos deben trasladarse a entornos clínicos en términos de dosis aplicadas, formulación del tratamiento y puntos de tiempo más efectivos para desarrollar terapias nuevas y eficientes.
Remedios Cárdenas Contreras.
En los últimos años se ha incrementado el uso de quimioterápicos y de anticuerpos monoclonales para el tratamiento del cáncer, asociando a su vez un mayor número de reacciones de hipersensibilidad debidas a estos fármacos. Las reacciones alérgicas son imprevisibles, potencialmente graves, y pueden conllevar la restricción en el uso de tratamientos de primera línea, y como consecuencia, generar un gran impacto en la supervivencia y en la calidad de vida del paciente.
Las manifestaciones clásicas de las reacciones oscilan desde leves, con afectación cutánea como picor o habones, hasta shock anafiláctico de compromiso vital. Pero la presentación puede ser atípica como ocurre con el dolor asociado a las reacciones por taxanos, o a los escalofríos y la fiebre descritos con oxaliplatino y los anticuerpos monoclonales. Las reacciones tardías tras la quimioterapia, que suelen aparecer tras 24 horas de la infusión, pueden deberse a la vida media prolongada de los anticuerpos monoclonales y a la administración de premedicación.
El término desensibilización se utiliza para describir el proceso mediante el cual se modifica la respuesta inmune del paciente para generar tolerancia temporal, y se basa en modelos in vitro e in vivo que demuestran que mastocitos y basófilos pueden inhibirse mediante el incremento progresivo de dosis de antígeno, desactivando señales de transducción y liberación de mediadores. Los protocolos de desensibilización se han utilizado con éxito con antibióticos, antiquimioterápicos, anticuerpos monoclonales y otros fármacos, en pacientes con reacciones de hipersensibilidad mediadas y no mediadas por IgE.
Debe considerarse en aquellos pacientes cuyas reacciones sugieran un mecanismo tipo I y tipo IV sin terapia alternativa o en aquellos cuya terapia alternativa tenga menor valor o pueda inducir más efectos secundarios. Se pueden realizar desensibilizaciones en pacientes de cualquier edad y en mujeres embarazadas cuando no hay tratamientos alternativos, o cuando retrasar un tratamiento puede acortar la vida. El proceso de desensibilización es seguro, se ha demostrado que las reacciones que ocurren generalmente son leves y menos graves que la reacción inicial del paciente, sin haberse descrito fallecimientos. Deben realizarse por alergólogos entrenados en los protocolos personalizados y en el manejo de las posibles reacciones.
No se debe desensibilizar a los pacientes que hayan presentado reacciones de hipersensibilidad de tipo II y III, reacciones descamativas, síndrome de Stevens–Johnson, necrolisis epidérmica tóxica, porque pequeñas cantidades del fármaco pueden inducir reacciones potencialmente fatales.
Durante los días 1 y 2 de diciembre de 2017 tuvo lugar el Curso de Avances en Desensibilización a Medicamentos (DDIM) en la Universidad Internacional de Catalunya (UIC) en Barcelona. Se trata de un evento anual internacional monográfico en desensibilización a fármacos, que cuenta con expertos de talla mundial como la Profesora Mariana Castells, Catedrática de la Universidad de Harvard.
María Rueda García
Alergóloga
Servicio de Alergología y Neumología, Hospital Quirón, Barcelona
El Congreso PAAM (Pediatric Allergy and Asthma Meeting) se centra en alergia en población infantil y es la reunión más grande a nivel mundial sobre este tema. Recientemente se ha celebrado su quinta edición, en Londres, del 25 al 27 de Octubre.
Ha habido prácticamente 1300 participantes de 81 países distintos. Siguiendo la estructura habitual del congreso anual de la EAACI, el congreso se inició el jueves 26 a primera hora con cursos para posgraduados. Dichas sesiones se centraron en distintos aspectos (inmunología, patología digestiva no mediada por IgE, patología alérgica respiratoria, y ensayos clínicos en niños) de la alergia en población pediátrica. Dichas sesiones tuvieron un formato más extenso, con charlas de alrededor de 50 minutos, estructuradas a modo de clase magistral y aportando un repaso de la evidencia sobre cada uno de los temas.
Estas sesiones son especialmente recomendables para aquellos que deseen tener una panorámica general de los temas tratados. El congreso fue oficialmente inaugurado el jueves a las 13:00, con bienvenida y primera plenaria. A lo largo del congreso se impartieron tres sesiones plenarias, Asma en población pediátrica, Avances en alergia a alimentos, y Tratamiento y prevención de la alergia, todas ellas de gran interés e impartidas por especialistas de primera línea. La estructura del congreso permitió dar cabida a otros tipos de sesiones con formatos interesantes como simposios, talleres y debates pro y con, donde pudimos disfrutar de la visión de los expertos sobre temas actuales en la alergia de la población infantil.
Como viene siendo habitual, se creó un “Clinical Village” con distintos puestos dedicados a varios aspectos del niño alérgico, desde su nutrición, hasta la práctica de la inmunoterapia con aeroalérgenos pasando por calidad de vida y provocaciones orales con alimentos. Los miembros junior de la academia tuvieron la oportunidad de participar con sesiones especialmente dirigidas para ellos, manteniendo la apuesta que la EAACI hace para fomentar el desarrollo de jóvenes especialistas. A nivel académico, el protagonismo de la edición lo tuvieron las Guías de Consenso sobre inmunoterapia, recientemente publicadas por la EAACI. El último gran proyecto presidencial de la EAACI está siendo culminado en este 2017, y para la fecha del PAAM muchas de estas importantes guías ya estaban publicadas o están en vías de publicación. Los asistentes tuvimos la oportunidad de recibir de manos de sus propios autores la información más relevante de las mismas. Merece la pena, por último, hacer mención a la representación española (hasta 7 representantes en el programa) dentro de este congreso de la EAACI.
En los últimos años nuestro enfoque de la alergia y nuestros conocimientos tienen más cabida, gracias al esfuerzo de todos por mantener y aumentar nuestra representación en la Academia Europea. Queremos hacer una llamada a la participación en la EAACI a cualquier nivel, por los distintos cauces que existen, para que podamos tener el peso que la alergia y la inmunología clínica pediátricas en España merece. El alto nivel científico, así como su utilidad como punto de encuentro y de fomento de colaboraciones lo convierten en una cita imprescindible para los que tratamos niños alérgicos.
Para aquellos que pudieron asistir este año y quieran repetir, y los que se quedaron con ganas de haberlo hecho, es bueno ir reservando hueco en las agendas para la siguiente cita, que será en Florencia en 2019.
Pablo Rodríguez del Rio Miembro del“Pediatric Board de EAACI”
Montserrat Alvaro Lozano “Chair” del “Pediatric Board de EAACI”