Los pacientes alérgicos al huevo y las vacunas cultivadas en embrión de pollo, huevo embrionario o fibroblastos de embrión de pollo que pueden contener trazas de proteína de huevo han sido motivo de preocupación a la hora de aconsejar la vacunación. Mientras que la vacuna del COVID no contiene huevo ni sus proteínas, la vacuna de la gripe sí contiene ovoalbúmina en cantidades residuales (<1mcg/dosis). Aunque en la ficha técnica de la mayoría de vacunas de la gripe aún se contraindica su administración en alérgicos al huevo, las guías médicas ya recomiendan no tomar precauciones especiales para la vacunación contra la gripe en pacientes alérgicos al huevo dado que no se ha demostrado ningún aumento en la notificación de reacciones alérgicas, incluida la anafilaxia, en personas alérgicas al huevo después de vacunarse contra la gripe en comparación con la población general.
La anafilaxia es un evento raro tras la administración de cualquier vacuna. En los casos en los que se ha objetivado una reacción alérgica o anafiláctica tras la administración de la vacuna de la gripe, ésta suele deberse a otros componentes de la vacuna y no al huevo. Por lo que, en caso de que un paciente, independientemente de que sea alérgico o no al huevo, presentase una reacción alérgica o anafiláctica tras la administración de la vacuna de la gripe, debería ser remitido al servicio de Alergología para realizar los estudios competentes que aclaren la causa de esta reacción.
En conclusión, existe suficiente evidencia médica que constata que los pacientes alérgicos al huevo no sólo pueden recibir la vacuna del COVID sino también la vacuna de la gripe de manera segura sin mayor riesgo de sufrir una reacción alérgica que las personas sin alergia al huevo. En caso de sufrir una reacción alérgica con la vacuna de la gripe es cuando estaría indicada la derivación al servicio de Alergología y la toma de precauciones especiales si lo requiriese. No obstante, estas vacunas deben administrarse en un centro de vacunación correctamente equipado bajo la supervisión de personal sanitario.
Soledad Sánchez Sánchez
Especialista en Alergología
Complexo Hospitalario Universitario A Coruña
Las pruebas cutáneas son útiles para el diagnóstico de la alergia a medicamentos. Existen tres tipos de pruebas cutáneas para el diagnóstico alergológico: prick-test (pruebas intraepidérmicas), pruebas intradérmicas y las pruebas epicutáneas (parches). En el prick test se aplica una gota del medicamento a estudiar en la cara anterior del antebrazo y se hace una ligera punción con una lanceta a través de la gota de dicho medicamento y la capa más externa de la piel conocida como epidermis. De esta forma, se permite que el medicamento penetre y contacte directamente con las células responsables de las reacciones alérgicas, los mastocitos.
Si el paciente presenta un resultado positivo, los mastocitos reaccionan, liberando unas sustancias que producen inflamación, lo que se traduce en la aparición de una roncha o habón, rodeada de un eritema (piel roja). Esta respuesta se inicia en pocos minutos y es máxima a los 15 o 20 minutos y va cediendo a lo largo de las horas.
Si el resultado es negativo, es decir, no se produce la aparición de la roncha, se procede a la prueba cutánea intradérmica. Estas pruebas son más sensibles que las anteriores y consisten en la inyección directa del medicamento en la segunda capa de la piel del paciente (dermis), con una aguja muy fina y se procede a la lectura de forma similar al prick. Está técnica tiene la ventaja de poder investigar la alergia de tipo tardío, que consiste en hacer una lectura a las 24, 48 e incluso 96 horas.
Las pruebas epicutáneas, llamadas también pruebas de parche, consisten en la aplicación sobre la piel, sin punzar, del medicamento sospechoso. Se utilizan generalmente para el diagnóstico de dermatitis de contacto y reacciones tardías, aquellas que aparecen más de 6 horas entre la administración del fármaco y la aparición de la reacción. Se mantiene el alérgeno en la piel, tapado con una tira adhesiva, que se retirará a las 48 horas. La lectura inicial de estas pruebas se realiza a las 48 horas y la respuesta se observa aproximadamente 2 días después de la retirada del parche.
Para realizar las pruebas cutáneas, no se debe de dejar de tomar la medicación habitual. Es importante evitar el tratamiento con antihistamínicos (cetirizina, ebastina, loratadina…) 5-7 días antes de las pruebas y los corticoides orales entre 7 a 21 días antes de las pruebas.
Dra. Giovanna Araujo Sánchez, M.D. PhD.
Servicio de Alergología (ICR).
Hospital Clínic Barcelona. IRCE-IDIBAPS.
¿Qué es la quimioterapia?
La quimioterapia es un tipo de tratamiento farmacológico contra el cáncer y funciona destruyendo las células cancerosas o frenando su proliferación. Se trata de un tratamiento sistémico, ya que, una vez administrada, circula a través del torrente sanguíneo pudiendo alcanzar casi cualquier parte del cuerpo. Existen más de 100 quimioterápicos diferentes, como las antraciclinas (doxorubicina, epirubicina), las sales de platino (oxaliplatino, carboplatino, cisplatino) o los taxanos (paclitaxel, docetaxel), entre otras. En función del tipo de cáncer, del grado de extensión y del estado de salud general en el que se encuentre, su oncólogo prescribirá una quimioterapia u otra, sola o en combinación con otros tratamientos.
¿Por qué la quimioterapia causa efectos secundarios?
La quimioterapia no solamente ataca a células cancerosas, sino que también actúa sobre células de tejidos sanos, especialmente aquellos que estén continuamente produciendo células nuevas, por ejemplo, la médula ósea, las mucosas del tracto digestivo o respiratorio, la piel, el cabello, o las uñas. Esto puede conllevar a la aparición de efectos secundarios, como la disminución del nivel de glóbulos rojos y blancos o de las plaquetas en la sangre, vómitos, diarreas, erupciones en la piel, pérdida del cabello, cansancio, mareo, o debilidad. Cada quimioterapia tiene un perfil de efectos secundarios propio, y la mayoría de estos estarán relacionados con su mecanismo de acción y la dosis prescrita. La mayoría de estos efectos secundarios aparecen durante los días posteriores a la administración del ciclo, son temporales y mejoran con el reajuste de la dosis o añadiendo medicación para aliviar los síntomas.
¿Qué es la alergia a la quimioterapia?
La alergia a la quimioterapia es una reacción adversa poco frecuente y está causada por una respuesta inusual del sistema inmunitario frente al fármaco. La mayoría de las reacciones alérgicas a la quimioterapia aparecen inmediatamente o durante la administración al fármaco, y normalmente, aunque no siempre, se acompañan de síntomas en la piel como picor, enrojecimiento o erupciones. En ocasiones, pueden producirse reacciones alérgicas graves, como la anafilaxia, esto es, una reacción de inicio brusco y con síntomas generalizados como la dificultad respiratoria o la hipotensión, pudiendo evolucionar rápidamente a cuadros más graves.
¿Todas las reacciones adversas a la quimioterapia son por alergia?
No, como cualquier medicamento, la quimioterapia puede producir reacciones adversas con síntomas similares a los de una alergia, pero no todas se producen por una respuesta del sistema inmunitario y se deben a otro motivo, por ejemplo, un efecto secundario al propio mecanismo del fármaco.
¿Qué ocurre si tengo alergia a la quimioterapia?
La re-exposición a la quimioterapia en un paciente que se ha vuelto alérgico puede ser potencialmente grave. Por este motivo es importante que los pacientes que han presentado una reacción a su quimioterapia sean estudiados por un especialista en alergología antes de continuar con el tratamiento, para poder confirmar o descartar el origen alérgico de la reacción. En caso de que se confirme la alergia, la desensibilización es un procedimiento que permite que un paciente alérgico a la quimioterapia continúe recibiéndola de forma segura a pesar de su alergia. Este procedimiento no está exento de riesgos y debe realizarse siempre en manos de personal experto, con recursos apropiados y en un entorno preparado.
En resumen, la quimioterapia puede desencadenar distintos efectos secundarios, siendo la alergia a la quimioterapia una reacción poco común pero potencialmente grave. Sin embargo, no todas las reacciones adversas a la quimioterapia son causadas por alergia, ya que pueden deberse a otros factores, como los efectos secundarios propios del fármaco. La identificación precoz de las reacciones alérgicas y el diagnóstico preciso son esenciales para poder elegir la mejor estrategia de tratamiento y garantizar la seguridad de los pacientes.
Paula Vázquez Revuelta
Facultativa Especialista – Servei d’Al·lergologia | Hospital Universitari Bellvitge
La penicilina pertenece al grupo de los antibióticos betalactámicos y es uno de los grupos de antibióticos más utilizados a nivel mundial. En la práctica clínica, la sospecha de alergia a los antibióticos betalactámicos (amoxicilina y penicilina principalmente), es una de las consultas más frecuentes relacionadas con la alergia a medicamentos en las unidades de alergia.
Hasta la fecha, según estudios previos, no existe clara evidencia de que un familiar de un paciente con alergia confirmada a penicilina o a otros antibióticos betalactámicos tenga más riesgo de presentar una reacción que la población general. No existe ninguna prueba alergológica que pueda predecir si dicho paciente va a presentar una reacción alérgica ante la administración de penicilina; por tanto, no está indicado realizarle ningún estudio alergológico a penicilina ni a otros antibióticos betalactámicos.
Un familiar de un paciente con alergia a penicilina y a otros antibióticos betalactámicos, no precisa ninguna precaución adicional con respecto a la administración de antibióticos betalactámicos. No debe ser privado de la administración de dichos antibióticos en caso que los precise ya que pueden ser esenciales para el tratamiento de su proceso infeccioso.
Se debe realizar un estudio alergológico en aquellos pacientes que consulten porque hayan presentado una reacción alérgica a penicilina o a otros antibióticos betalactámicos. Dichos pacientes requerirán de una evaluación alergológica a través de una historia clínica detallada y, posteriormente, se programarán las pruebas alergológicas pertinentes (pruebas cutáneas, pruebas de administración controlada y pruebas de laboratorio) para llegar a su diagnóstico. Entre el 70% y el 90% de los pacientes con sospecha de alergia a antibióticos betalactámicos no son verdaderamente alérgicos.
Pilar Berges Gimeno
Hospital Ramón y Cajal
Bibliografía
1. Ojeda P, Sastre J, Olaguibel JM, Chivato T. Alergologica 2015: A National Survey on Allergic Diseases in the Adult Spanish Population. J Investig Allergol Clin Immunol. 2018;28(3):151- 64
2. Castells M, Khan DA, Phillips EJ. Penicillin Allergy.N Engl J Med. 2019 Dec 12;381(24):2338-2351. doi: 10.1056/NEJMra1807761
3. Faitelson Y, Boaz M, Dalal I. Asthma, family history of drug allergy, and age predict amoxicillin allergy in children. J Allergy Clin Im- munol Pract 2018; 6:1363–7.
4. Paño-Pardo JR, Moreno Rodilla E, Cobo Sacristan S, Cubero Saldaña JL, Periañez Párraga L, Del Pozo León JL, Retamar-Gentil P, Rodríguez Oviedo A, Torres Jaén MJ, Vidal-Cortes P, Colás Sanz C. Management of Patients with Suspected or Confirmed Antibiotic Allergy: Executive Summary of Guidelines from the Spanish Society of Infectious Diseases and Clinical Microbiology (SEIMC), the Spanish Society of Allergy and Clinical Immunology (SEAIC), the Spanish Society of Hospital Pharmacy (SEFH) and the Spanish Society of Intensive Medicine and Coronary Care Units (SEMICYUC). J Investig AllergolClin Immunol 2023 Apr 18;33(2): 95-101.doi: 10.18176/jiaci.0859.
5. Romano A, Atanaskovic-Markovic M, Barbaud A, Bircher AJ, Brockow K, Caubet JC, et al. Towards a more precise diagnosis of hypersensitivity to betalactams – an EAACI position paper. Allergy. 2019 Nov;10.1111/all.14122.
6. Bourke J., Pavlos R., James I., Phillips E.: Improving the effectiveness of penicillin allergy de-labeling. J Allergy Clin Immunol Pract 2015; 3: 365-334.e1
7. Torres MJ, Adkinson NF, Caubet JC, Khan DA, Kidon MI, Mendelson L, et al. Controversies in Drug Allergy: Beta-Lactam Hypersensitivity Testing. J Allergy Clin Immunol Pract. 2019 Jan;7(1):40-5
8. Stone C.A., Jr., Trubiano J., Coleman D.T., Rukasin C.R.F., Phillips E.J. The challenge of de-labeling penicillin allergy. Allergy. 2020;75:273–288.
El yodo es un oligoelemento y nutriente que se encuentra en forma natural en el cuerpo humano, que se obtiene de los alimentos y que es necesario para el correcto funcionamiento de la glándula tiroides y para la síntesis de las hormonas tiroideas.
Habitualmente se utiliza el término de “alergia al yodo” para agrupar a los pacientes que han presentado reacciones adversas en relación con fármacos que incluyen yodo en su estructura química. A este tipo de pacientes se les recomendaba evitar la utilización de todos ellos, en aras de una posible reactividad cruzada relacionada con la presencia del yodo.
Los dos principales grupos farmacológicos que incluyen este átomo son los contrastes yodados, administrados en los estudios radiológicos en los que se utilizan rayos X, como son el TAC y el cateterismo vascular y la povidona yodada (Betadine©), utilizado como antiséptico tópico.
Los contrastes yodados están formados por un anillo de benceno con 3 átomos yodados y una serie de cadenas laterales, diferentes en los diversos contrastes yodados. Cuando se produce una reacción de hipersensibilidad con los contrastes yodados, existe la idea errónea de que está relacionada con su contenido en yodo, cuando realmente la causa de dicha reacción es el reconocimiento alergénico de zonas del anillo de benceno, o bien, de la cadena lateral, pero no del yodo.
Por otro lado, el Betadine© está formado por un polímero de múltiples cadenas de vinilpirrolidona asociado a átomos de yodo. Tras su aplicación tópica se pueden producir reacciones locales, habitualmente por mecanismos irritativos, y con menor frecuencia, reacciones alérgicas de tipo tardío (dermatitis de contacto); y excepcionalmente, reacciones inmediatas como urticaria o anafilaxia. En cualquier caso, las reacciones alérgicas al Betadine© son inducidas por el reconocimiento de la molécula de povidona, y no del yodo.
En resumen, la alergia al yodo es un artificio sin base científica, basada en una inexistente reactividad cruzada entre moléculas yodadas. Por lo tanto, si un paciente está diagnosticado de alergia a contrastes yodados podría utilizar Betadine©, y viceversa, con el mismo riesgo de reacción que la población general.
Azahara López Raigada
Las reacciones alérgicas perioperatorias (RAP) son las reacciones alérgicas que surgen en quirófano o en el área de reanimación. La incidencia es baja, varía entre 1:353 hasta 1:18600 anestesias, sin embargo, pueden ser graves e implicar un retraso en la cirugía. Tienen un diagnóstico diferencial amplio y precisan un estudio extenso ya que hay múltiples causas que pueden simular una RAP además de recibir un gran número de fármacos en este periodo.
Las reacciones pueden surgir en cualquier momento de la anestesia, pero la mayoría, aproximadamente el 90% de ellas, aparecen en la fase de inducción. Además de los fármacos anestésicos recibidos, cualquier medicamento administrado en ese periodo (antibióticos, antiinflamatorios no esteroideos, contrastes yodados, antisépticos, látex, etc.) puede ser responsable de la RAP.
Clásicamente los relajantes musculares están descritos como la causa más frecuente de RAP y en algunos países como Francia, Noruega, Bélgica lo siguen siendo. Sin embargo, los antibióticos se han convertido en la primera causa de RAP en países como, Estados Unidos, España y el Reino Unido, siendo los betalactámicos, especialmente la amoxicilina y la cefazolina los agentes más implicados.
Anteriormente el látex era una de las principales causas, pero en la última década, debido a la mejora de la calidad del látex y a la reducción de la exposición al mismo, el número de casos ha disminuido de forma muy importante siendo anecdótica en los últimos estudios.
La clorhexidina, el desinfectante más utilizado, representa una causa relativamente frecuente de RAP en algunos países como Reino Unido o Dinamarca. Por este motivo, actualmente en muchos centros se recomienda incluir la clorhexidina en el estudio alergológico de rutina de una RAP.
Las reacciones por propofol son raras a pesar de ser el anestésico intravenoso más utilizado. También, los anestésicos locales, a pesar de su uso muy frecuente, raramente causan RAP.
Entre los fármacos utilizados para el control del dolor, los antiinflamatorios no esteroideos son otras de las causas, aunque no muy frecuentes, estando el metamizol entre los más implicados de este grupo en España.
En los últimos años se han presentado casos de RAP por excipientes y cada vez más casos por gelatinas y sugammadex.
Otras causas raras de RAP pueden ser las heparinas, el ácido tranexámico, la atropina o la oxitocina.
En conclusión, las RAP representan un problema importante para el paciente y suponen en muchas ocasiones un reto diagnóstico. Es recomendable por tanto que los hospitales tengan protocolos de actuación en esta situación que contemplen la colaboración estrecha entre alergólogos y anestesistas.
Cosmin Boteanu
Hospital Central de la Cruz Roja, Madrid.
Parece llamativo que al tomar un medicamento que hemos tolerado con anterioridad sin tener ningún problema, de repente nos genere una reacción alérgica. Sin embargo, lo más habitual es que tras varias exposiciones a un fármaco sea cuando se desarrolle, siendo excepcional que ocurra la primera vez que lo tomamos.
La alergia consiste en una reacción desproporcionada de nuestro sistema inmunitario ante algo que identifica como dañino de manera equivocada. En general, para volvernos alérgicos a una sustancia tenemos que haber estado previamente en contacto con ella.
Hay algunos casos excepcionales en los que la primera dosis de un medicamento puede desencadenar una alergia. El más frecuente es la exposición previa a una sustancia con estructura similar, generalmente medicamentos de la misma “familia”, que el sistema inmunitario identifica cómo la misma sustancia. Aunque también puede suceder como reacción a excipientes del medicamento, principalmente derivados de alimentos, a los que el paciente puede ser previamente alérgico.
Las reacciones a medicamentos pueden ocurrir de manera inmediata, a los pocos minutos de haber recibido una dosis del fármaco; o comenzar tras varios días o incluso meses de haber iniciado un tratamiento. En este último caso, las reacciones se llaman “tardías” y suceden de una manera progresiva afectando en la mayoría de las ocasiones a la piel. Por este motivo, el haber tolerado un fármaco de manera diaria durante meses, tampoco excluye que desencadene una alergia durante el tratamiento.
Sin embargo, las reacciones alérgicas a medicamentos no son eventos habituales y hay determinados factores que aumentan su riesgo, como pautas de tratamiento intermitentes o la predisposición genética.
El desarrollo de alergia a un medicamento es un proceso complejo en el que intervienen diferentes factores. Es importante saber que haber tolerado un medicamento previamente no elimina la posibilidad de que se desarrolle una alergia en el futuro pero que no son eventos frecuentes. En caso de tener un síntoma nuevo o inesperado durante un tratamiento, es recomendable comunicárselo a su médico para valorar la orientación adecuada.
Leticia de las Vecillas
Alergóloga
Hospital Universitario La Paz
Los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) son los fármacos más frecuentemente implicados en las reacciones de hipersensibilidad. Estas reacciones son muy complejas, ya que pueden estar producidas por mecanismos diferentes: por un lado, pueden ser reacciones de intolerancia cruzada (IC), en las que el paciente reacciona a varios AINEs pertenecientes a grupos químicos diferentes en ausencia de un mecanismo inmunológico específico; y por otro, reacciones selectivas, que están inducidas por uno o más AINEs del mismo grupo químico por un mecanismo inmunológico específico (IgE o células T). Las reacciones de IC son las más frecuentes y con un mayor impacto en la calidad de vida de los pacientes ya que, al estar implicados diferentes grupos químicos, se reducen de manera significativa las alternativas terapéuticas. Estas reacciones pueden clasificarse en diferentes categorías en función de los síntomas clínicos manifestados y la presencia o ausencia de enfermedades subyacentes: (i) Enfermedad respiratoria exacerbada por AINEs (EREA); (ii) Enfermedad cutánea exacerbada por AINEs (ECEA); (iii) Urticaria/angioedema inducido por AINE (UAIA).
La hipersensibilidad a los AINEs puede aparecer en cualquier momento de la vida, y aunque se han realizado pocos estudios para analizar la historia natural de esta afección, los datos disponibles son diferentes dependiendo de la entidad clínica.
En las reacciones mediadas por IgE, al igual que ocurre con otros medicamentos como las penicilinas, se ha descrito una pérdida de sensibilidad con el paso del tiempo cuando los pacientes no están expuestos al fármaco. Esta pérdida de sensibilidad se ha visto que ocurre en más de la mitad de los pacientes con reacciones por metamizol tras 6 meses de seguimiento. Sin embargo, hoy en día se desconoce si estos pacientes tolerarían el fármaco y si una nueva exposición daría lugar a que las pruebas resultasen otra vez positivas.
Por otro lado, en las reacciones de IC, hay estudios publicados donde se ha comprobado que a lo largo del tiempo algunos pacientes pueden adquirir de nuevo tolerancia a estos fármacos.
En la ECEA, en la que los pacientes presentan urticaria crónica de base que se exacerba tras la toma del AINE, se ha observado que la intensidad de la reacción a estos medicamentos puede fluctuar dependiendo de la actividad de la urticaria crónica subyacente, y que incluso en hasta un tercio de los pacientes, la hipersensibilidad a los AINEs puede resolverse durante los periodos de remisión de la urticaria crónica.
En la UAIA, se ha descrito que más del 60% de los pacientes pueden tolerar los AINEs en los 6 años siguientes a su última reacción.
Estos resultados ponen de manifiesto la importancia del seguimiento de los pacientes con IC a AINEs y la necesidad de ser reevaluados periódicamente por un alergólogo tras el diagnóstico inicial, ya que un gran número de pacientes podrían estar evitando los AINEs a pesar de no ser ya hipersensibles. Esta cuestión es importante porque los AINEs son uno de los fármacos más consumidos en todo el mundo y en algunos casos son la única opción terapéutica disponible. Sin embargo, a día de hoy no se sabe cuánto tiempo mantendrán los pacientes la tolerancia a los antiinflamatorios y si el contacto repetido con los mismos podría volver a inducir hipersensibilidad a estos fármacos.
Inmaculada Doña
Hospital Regional Universitario de Málaga
Bibliografía:
El impacto de una etiqueta de alergia a antibióticos betalactámicos es significativo y puede tener consecuencias negativas tanto para la salud del paciente como para el manejo de su tratamiento médico. Los betalactámicos (penicilinas, cefalosporinas, carbapenemas) son los antibióticos más utilizados para tratar diversas infecciones bacterianas. Las penicilinas son también los antibióticos que producen con mayor frecuencia reacciones alérgicas. Sin embargo, la mayoría de los pacientes etiquetados como alérgicos a penicilinas realmente no lo son. En un porcentaje importante de casos, la colocación de una etiqueta de alergia se realiza a partir de cualquier reacción adversa coincidente con la administración del antibiótico, sin haber realizado un estudio alergológico. Si un paciente es etiquetado incorrectamente como alérgico a este tipo de antibióticos, puede conllevar varios problemas asociados:
1. Limitación de opciones terapéuticas: Los antibióticos betalactámicos son una de las opciones más efectivas para tratar infecciones bacterianas. Si un paciente es etiquetado erróneamente como alérgico, los médicos pueden verse limitados en las opciones de tratamiento disponibles, lo que podría resultar en el uso de antibióticos menos efectivos o más costosos.
2. Mayor riesgo de infecciones: El uso de antibióticos alternativos podría no ser tan efectivo en el tratamiento de ciertas infecciones. Esto podría resultar en una mayor duración de la enfermedad, recurrencias de infecciones y un mayor riesgo de complicaciones.
3. Mayor resistencia a antibióticos: El uso inapropiado y excesivo de antibióticos alternativos debido a una etiqueta de alergia falsa podría contribuir al problema global de la resistencia a los antibióticos. Esto sucede cuando las bacterias desarrollan la capacidad de resistir los efectos de los medicamentos, lo que dificulta el tratamiento de infecciones futuras.
4. Costos económicos: El uso de antibióticos alternativos o más avanzados puede ser más caro que el uso de antibióticos betalactámicos estándar. Esto podría aumentar los costes de la atención médica tanto para el paciente como para el sistema de salud a nivel global.
En definitiva, un diagnóstico preciso es esencial para garantizar que los pacientes reciban el tratamiento adecuado y evitar las consecuencias negativas asociadas con una etiqueta de alergia incorrecta. Por ello es fundamental realizar un estudio de alergia tanto para descartar como para confirmar el diagnóstico de alergia a betalactámicos, y en este último caso, ofrecer una alternativa de tratamiento.
Alicia Gallardo Higueras
Hospital Universitario de Salamanca
Con el buen tiempo y las vacaciones de verano, todos pasamos mucho más tiempo al aire libre y aumenta la exposición de nuestra piel al sol, pudiéndose producir algunas reacciones cutáneas no deseadas que conviene diferenciar:
Las erupciones solares o polimorfas ocurren sin relación con la toma de medicamentos, en aquellas zonas de piel que no han recibido sol durante el año. Tienen un aspecto variable, como manchas, granitos, etc… y producen picor, apareciendo a las pocas horas de la exposición en ambas partes del cuerpo (simétricas). Es típico en los primeros días de sol, y algunos pacientes las pueden presentar cada año. Estas reacciones pueden ser evitables utilizando las medidas de fotoprotección adecuadas.
Las reacciones fototóxicas son reacciones de la piel con aspecto de quemadura solar sobre la zona que ha recibido la exposición. Respetan la piel cubierta por ropa, y zonas típicas como el mentón, detrás de las orejas o debajo de la nariz. Se provoca por el uso de algunos productos sobre la piel o medicamentos, como algunos antiinflamatorios, antihipertensivos o antibióticos. Empiezan a los pocos minutos/horas de la exposición solar y se resuelven habitualmente en unos días, dejando en ocasiones marcas durante meses. Aunque no son reacciones alérgicas, son frecuentes, y pueden aparecer en cualquier persona que los utilice, incluso la primera vez que se usa un producto o medicamento a dosis altas.
Las reacciones alérgicas por exposición solar o fotoalergia son reacciones mucho menos frecuentes. Son causadas sobre todo por medicamentos pero también por perfumes, algunos cosméticos e incluso por los protectores solares. Tienen un aspecto de eccema o ampolla, con picor, que afecta a las zonas que han recibido el sol, aunque también puede extenderse a otras zonas con menos intensidad. Aparecen más tarde que las anteriores, a partir de 24-48 horas tras la exposición solar, y mejoran a partir de 5-6 días, sin dejar lesiones residuales. Este tipo de reacciones ocurren en personas con predisposición, que ya han utilizado estos productos previamente sin reacción anterior, y pueden condicionar reacciones cruzadas con otros medicamentos o productos similares.
Si presenta una reacción cutánea, conviene hacer fotografías, y recuerde acudir a su médico de atención primaria para recibir tratamiento, además de contar con el asesoramiento de un Alergólogo para realizar los estudios necesarios.
Bibliografía:
1. Dávila I, Jáuregui, I, Olaguibel, J.M., et al. Tratado de Alergología. 2a Edición. Ergon, 2016.
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3. Montgomery S, Worswick S. Photosensitizing drug reactions. Clin Dermatol. 2022 Jan-Feb;40(1):57-63.
María del Valle Campanón Toro
Hospital Universitario de Burgos
La alergia a la quimioterapia, al igual que la alergia a otros medicamentos es una reacción en la cual el sistema inmunológico, que es el responsable de protegernos de agresiones externas, produce una respuesta contra un fármaco empleado para tratar el cáncer. Normalmente, las personas no deberían reaccionar a la quimioterapia, pero en determinadas circunstancias pueden presentar este tipo de respuesta.
Las reacciones alérgicas por estos fármacos generalmente son de 2 tipos:
Las reacciones inmediatas, es decir, aquellas que comienzan rápidamente tras la administración de la quimioterapia. Suelen ser graves, incluso pueden afectar varios órganos simultáneamente, en cuyo caso se trataría de una anafilaxia que es una reacción generalizada que puede poner en peligro la vida. En este tipo de reacciones los síntomas pueden incluir ronchas, picor o enrojecimiento de la piel, hinchazón de cualquier parte del cuerpo, opresión de garganta, afonía, dificultad o pitos al respirar, náuseas, vómitos, dolor abdominal, mareos, dolor de espalda, tiritonas, fiebre o desmayos.
Las reacciones tardías las cuales suelen aparecer una hora después de haber acabado el tratamiento, siendo usual que se presenten tras un tiempo superior a 6 horas. Este tipo no suele ser grave y generalmente causa erupción en la piel, episodios de hinchazón o fiebre.
En cualquier caso, el Alergólogo es el especialista que debe estudiar y confirmar la posible alergia. Si se confirma y el especialista en Oncología recomienda continuar con la misma quimioterapia (porque es la mejor línea de tratamiento para ese cáncer), el alergólogo puede realizar una desensibilización, que en muchos casos es la única forma en la que se puede volver a dar el mismo fármaco en condiciones seguras para evitar una reacción similar o más grave.
La desensibilización es un procedimiento que debe ser realizado en un ambiente hospitalario y bajo supervisión de un alergólogo experto en su ejecución. Consiste en engañar a las células responsables de la alergia (llamadas mastocitos), administrando la quimioterapia de manera gradual y en tiempos muy definidos, para que la persona tolere temporalmente el fármaco sin que desarrolle una nueva reacción alérgica.
La forma en la que se realiza una desensibilización dependerá de la vía por la que se administra habitualmente la quimioterapia, con lo cual puede ser por vía oral, subcutánea o intravenosa entre otras, pero siempre debe ser realizada por un especialista en Alergología.
Un aspecto importante de las desensibilizaciones es que solo tienen un efecto temporal, esto quiere decir, que cada vez que se necesite dar la misma quimioterapia, se deberá realizar una nueva desensibilización.
Recuerde que el Alergólogo es el único especialista formado para ayudarle con estas reacciones.
Dr. Teodorikez Wilfox Jiménez Rodríguez.
Adjunto de la Sección de Alergología.
Coordinador de la Unidad de Desensibilización a Fármacos.
Hospital General Universitario Dr. Balmis, ISABIAL, Alicante, España.
Jimenez_teorod@gva.es
A continuación se da información sobre una opción muy particular para casos seleccionados en pacientes con alergia a medicamentos
Desensibilización a medicamentos (3655 descargas )
En el documento para descargar se hace una breve descripción de lo que son los antibióticos beta-lactámicos.
Antibióticos Beta-lactámicos (10199 descargas )
En el documento adjunto se explica en qué consiste el estudio de la alergia a medicamentos, para facilitar la comprensión de las pruebas que se van a realizar en caso de precisarlo.
Cómo se realiza el estudio de la alergia a medicamentos (18918 descargas )
Este documento recoge la actividad desarrollada últimamente por este comité, así como las líneas de trabajo que se van a desarrollar en los próximos meses.
Memoria del Comité de Alergia a Medicamentos (2767 descargas )
El Comité de Alergia a Medicamentos ha elaborado un documento informativo para pacientes que sufren alergia o intolerancia a medicamentos analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos (AINE).
En el documento se explican los síntomas y formas de reaccionar ante esos medicamentos, así como una serie de consejos útiles para pacientes y médicos, para entender y estudiar este tipo de reacciones.
Información para pacientes alérgicos a antiinflamatorios (86078 descargas )
Estimados socios:
Se adjunta informe del Coordinador del Comité de Reacciones a Medicamentos durante el periodo 2006-2010 con las actividades más relevantes llevadas a cabo a lo largo de estos 4 años.
Descargar documento: Actividades del Comité de Alergia a Medicamentos 2006-2010 (77 descargas )
Medicamentos con potenciales problemas de hipersensibilidad con relación a aditivos de origen alimentario
El presente artículo es fruto de un trabajo de revisión realizado por el Comité de Alergia a Medicamentos con el fin de confirmar o descartar la importancia de aditivos alimentarios en los medicamentos que pudieran contenerlos en su composición.
Con este documento pretendemos identificar aquellos medicamentos potencialmente peligrosos para los individuos alérgicos y también los que por el contrario no han demostrado riesgo y por lo tanto no deben evitarse en estos pacientes.
Descargar documento: Aditivos alimentarios en medicamentos (17398 descargas )